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EL DIARIO digital
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En el vasto universo de la física cuántica, los líquidos de espín cuántico han sido un enigma durante mucho tiempo. Estos no se asemejan a los líquidos cotidianos, sino que están relacionados con imanes especiales y cómo giran. A diferencia de los imanes convencionales que se solidifican con la disminución de la temperatura, estos líquidos permanecen en constante cambio.
Un estudio reciente de la Universidad Brown, liderado por el profesor asistente de física Kemp Plumb, ha arrojado luz sobre este fenómeno. Centrándose en el compuesto H3LiIr2O6, los investigadores exploraron cómo el desorden afecta a estos líquidos. Descubrieron que el desorden no imita ni destruye el estado líquido cuántico, sino que lo altera de manera significativa.
Este avance tiene implicaciones significativas para el desarrollo de la computación cuántica. El compuesto estudiado, H3LiIr2O6, es considerado el mejor candidato para ser un tipo especial de líquido de espín cuántico llamado líquido de espín de Kitaev. A pesar de ser conocido por no congelarse a bajas temperaturas, este compuesto es notoriamente difícil de producir en un laboratorio.
El equipo de Brown trabajó con colaboradores de Boston College para sintetizar el material y luego utilizó un potente sistema de rayos X en el Laboratorio Nacional Argonne para analizarlo. Las mediciones mostraron que el material no ordena magnéticamente a bajas temperaturas, lo que indica que el desorden presente no imita ni destruye el estado líquido cuántico.
Este descubrimiento no solo profundiza nuestra comprensión de los líquidos de espín cuántico, sino que también abre la puerta a futuras investigaciones y aplicaciones en el campo de la física cuántica.
El estudio fue publicado en la revista especializada Nature Communications.