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Desafíos del embolsado de forrajes en condiciones adversas

Por Mariano Fava (*)

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EL DIARIO digital

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La tecnología del silaje de cultivos para la alimentación bobina es una de las más difundidas en la ganadería moderna. La misma permite conservar un forraje de una calidad casi similar a la que posee la planta en estado vivo. Mediante procesos químicos y biológicos llevado adelante en anaerobiosis (ausencia de oxígeno) y un medio húmedo, desarrolla un ambiente ácido que preserva los tejidos vegetales con una calidad superior al henificado en seco. 

La última campaña 2021-22 se picaron alrededor de 2,4 millones de hectáreas, de las cuales el 53 % fue para tambo y el 47 % restante para bovinos de carne. De esa superficie el 80 % de lo producido fue conservado en silos bolsas según las estadísticas de la CACF (Cámara Argentina de Contratistas Forrajeros). Del total de hectáreas picadas el 58 % corresponde a maíz, un 11 % a sorgo y el resto al conjunto integrado por pasturas, verdeos de verano y de invierno, siempre según la misma fuente antes citada.

Contrariamente a lo que se piensa, el forraje es lo que mas exige al silo bolsa. Lamentablemente se popularizó la idea de que los silos bolsas más finos, comúnmente denominados estándar son los adecuados para forraje, mientras que los más gruesos (denominados reforzado) son para grano, pero nada más lejos de la realidad. Lo correcto es decir que ambos tipos de calidades de film pueden emplearse indistintamente para un u otro destino, pero la premisa que se debe tenerse siempre en mente es la siguiente: "a mas micrones, mas seguridad". 

Sin perjuicio de ello, y como dijimos anteriormente, todos los tipos de silos bolsas son buenos y adecuados para grano y forraje si se emplean correctamente según las recomendaciones del fabricante, pero los mas gruesos y por lo tanto mas reforzados, son menos sensibles a mal manejo, soportando mejor situaciones de maltrato o mal uso.

La rotura de un bolsón siempre es un episodio indeseable y que genera cuantiosas pérdidas. En el caso del grano si bien no deja de ser un trastorno desagradable, es de relativamente fácil solución, muy costosa claro está, pero más o menos sencilla y de rápida respuesta. En cambio, en el caso de la rotura de un silo bolsa con forraje picado, además de ser una solución aún más onerosa que la anterior, es extremadamente compleja, pues requiere el uso de una embutidora de forraje las cuales son difíciles de conseguir y más aún en plena campaña de picado, requiriendo el auxilio de palas mecánicas para re embutir el forraje. Además, resulta casi imposible de determinar lo que se pierde por el ingreso de oxigeno a la masa de forraje que debe ser nuevamente estabilizada.

Dentro de las situaciones que mas roturas de silo bolsas generan a campo podemos mencionar:

1.Embutido de forrajes afectados por sequia

2.Golpes de calor del material embutido recientemente

3.Trabajo de embolsado con temperaturas de 38 °C o más

4.Procesamiento de forraje con menos de 30 porciento de materia seca (muy húmedo), o con mas de 38 % de materia seca (muy seco)

Si bien podríamos mencionar otras situaciones, estas son las más importantes por la magnitud de daño que provocan. En el punto 1 cuando se trabaja con maíces o sorgos afectados por sequía, es común recibir el reclamo de que se está trabajando sin presión y aun así el silo bolsa se excede del estiramiento recomendado del 10 %. En realidad, lo que quiere expresar el contratista (o productor), es que no esta pudiendo colocas los kilos de materia verde que normalmente acostumbra por metro de silo bolsa. El problema radica en que al ser un pasto afectado por sequia tiene menos peso hetolictrico que el que tendría si las condiciones ambientales le hubiesen permitido desarrollarse adecuadamente, y por lo tanto es imposible resolver tal situación con presión, ya que faltan kilos que el forraje lamentablemente no trae. 

Esto se entiende más fácilmente con un ejemplo de grano. Pensemos por un momento en un silo bolsa de 60 metros donde colocamos unas 180 toneladas de soja, en ese mismo silo bolsa solo podremos almacenar unas 130 toneladas de girasol, y por mas presión que apliquemos nunca llegaremos a las 180 toneladas de girasol embutidas, simplemente porque le material no tiene ese peso hetolítrico. 

Lo antes expuesto muy frecuentemente acontece simultáneamente con el punto 3, es decir trabajar con altas temperaturas. Con 37/38 grados o más de calor el polietileno se vuelve menos resistente a la tensión y más permeable al oxígeno, por ello se recomienda detener las labores y esperar a que la temperatura del ambiente y del cultivo bajen. Esto es algo a lo que los picadores no están acostumbrados, pero es responsabilidad del ingeniero y/o del productor pararlo hacerles entender la necesidad de dicha pausa, al igual que lo hacen en la cosecha de grano cuando el cultivo tiene una humedad elevada para ser trillado.

En cuanto al punto 2: "Golpe de calor con material recientemente embolsado" ocurre cuando se termina de picar el forraje y comienza la etapa denominada aérobica que puede durar hasta 90 horas. Es esta fase las bacterias que usan oxígeno para vivir emplean el remanente que ha quedado en el forraje embutido liberando en el proceso de respiración dióxido de carbono. Si esto ocurre muy rápidamente a causa del calor y no se ha dejado la punta final de silo abierta para que salga la presión positiva, el film de plástico puede colapsar al inflarse y sobre estirarse. Lo correcto es dejar abierto el bolsón 2 o 3 días para luego cerrarlo, caso contrario se debe hacer un corte en la parte final, justo donde el forraje no tensiona en demasía la bolsa. El mismo debe ser en forma de cruz y de unos 10 centímetros, para cerrarlo una vez que se ha venteado todo el gas.

Finalmente el ítem 4 referido al estado de madures del forraje es complejo y largo de explicar, pero podemos resumirlo diciendo que en el caso de picar un cultivo con 30 % de materia seca o menos se van a generar jugos celulares que drenarán, pudiendo perderse hasta 100 litros de liquido por tonelada de pasto. Este va a sufrir un reacomodamiento en el bolsón, el cual se va a achatar y sobre estirar aun cuando los procesos de llenado hayan concluido. Por ello es recomendable esperar a que le pasto tenga más materia seca o recurrir al pre oreado, y en caso de fueras mayor no estirar la bolsa, para tener el 10 % de elongación permitido como margen de seguridad.

Por ultimo el forraje que tienen muy poca humedad (mas de 38 % de materia seca) va a tener las fibras de celulasa acolchonadas impidiendo un correcto prensado de este, quedando mucho oxigeno en la masa de pasto, no pudiendo llenarse de manera adecuada el bolsón. Hemos así delineado algunos conceptos importantes para evitar dolores de cabeza al momento de embutir forraje picado (silaje) en condiciones adversas.

(*) Ingeniero Agrónomo  (MP: 607 CIALP) - Posgrado en Agronegocios y Alimentos - @MARIANOFAVALP

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