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Coyuntura favorable para la cebada cervecera

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La cebada cervecera tiene algunas características agronómicas que la posicionan para el presente año como una opción por demás de atractiva para La Pampa. Sin embargo, a la hora de decidir la asignación de área de los diferentes cultivos invernales (trigo, avena, etc.) debemos mirar más de cerca este negocio, pues tiene particularidades que si no son analizadas fríamente pueden llegar a disminuir drásticamente los ingresos del empresario rural.

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EL DIARIO digital

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En cuanto a las cuestiones agronómicas más destacadas de este cultivo podemos mencionar las siguientes:

1. Se cosecha en promedio diez a doce días antes que el trigo, lo que es de vital importancia para la siembra de cultivos de segunda como soja o maíz. En el caso de la oleaginosa establecida sobre cebada, rinde en promedio 3 quintales más que sobre trigo.

2. Tiene mejor comportamiento a hongos de suelo.

3. En general produce un poco más que el trigo a iguales condiciones, y se adapta mejor que este a potreros de menor nivel de producción, y a suelos sueltos.

4. Es la alternativa ideal para la recuperación de terrenos bajos con algún grado leve a moderado de salinización.

5. Muy elástica en la fecha de siembra (una semana de atraso de la siembra es un día de atraso de la floración).

Analizando las cuestiones de mercado, en lo que respecta a la plaza local se prevé una suba en la siembra de cebada cervecera, motivada por el precio de 210 USD/tonelada para la próxima cosecha. Este valor es similar al que se está pagando por trigo nuevo, por lo tanto al sembrar cebada el productor puede apilar los efectos benéficos de un mayor potencial de rinde respecto del trigo, a la vez que le permite planificar una mejor y más oportuna siembra de cultivos de segunda, los cuales también tendrán un mayor potencial de producción.

De la cebada se obtiene la malta, que es la materia prima para la elaboración de cerveza. Con 125 kilogramos de cebada se produce aproximadamente 100 kilogramos de malta. La cerveza es un producto de bajo valor, por lo cual no se exporta, es decir, conviene producirlo localmente. Sin embargo, la materia prima malta, si no hay posibilidades de obtenerla en la zona no queda otra opción que la importación de la misma.

La industria de la malta es muy conservadora, trabaja con muy pocas variedades. La cebada es el único cultivo que se comercializa con nombre y apellido, es decir, vendemos cebada Traveller, Explorer, Scarlett o la variedad que sea, por lo cual debemos ser muy cuidadosos de no mezclar diferentes variedades del cereal.

Hasta hace unos años atrás las variedades elite eran Scarlett y Ayelén. Sin embargo esto ha cambiado, pues se han presentado en el mercado nuevos cultivares que mejoran lo hasta ahora conocido tanto en rinde como en calidad y sanidad (tema clave por la poca resistencia varietal a enfermedades con las que actualmente contamos). De todos modos, a menos que apuntemos al mercado de cebada forrajera, la variedad cuando el lote está destinado a maltería viene provista por la industria o la exportación, y especificada en el contrato de producción, ya que tiene un destino determinado, que demanda una variedad determinada.

Cuando se produce cebada para malta se debe tener el mismo cuidado (o aún mayor) que en la producción de semilla, debido a que la mercadería va destinada a la industria de la fermentación, por lo tanto debe germinar. Además, como la maltería consiste en la automatización de un proceso bioquímico, se requiere gran homogeneidad de producto.

El cereal se procesa de a 300 toneladas por vez, poniéndolo a germinar durante aproximadamente 5 días y terminando el ciclo abruptamente, por lo tanto si la germinación es despareja, al momento de finalizada la misma habrá granos "pasados", otros en el "punto justo" y también sin germinar, estos últimos representan material inerte o "muerto" y como tal se pudre, genera hongos y toda una serie de complicaciones. Por lo tanto, si la semilla obtenida de la producción tiene bajo poder germinativo, y se destinara como insumo para la siembra, elevando la densidad por hectárea se solucionaría el inconveniente de bajo valor cultural, pero la industria no tiene esa opción, por lo tanto el material va a descarte.

Además, como se trata de una industria muy conservadora, la malta obtenida de la cebada germinada despojada de sus raicillas debe contener enzimas naturales para procesos posteriores, porque la industria es reacia a aplicar enzimas artificiales. Vale aclarar que la raicilla, que surge como residuo del proceso de producción de malta, representa un suplemento proteico de altísima calidad para los bovinos.

Para finalizar haremos una breve referencia al tema fertilización, sobre todo lo que a nitrógeno se refiere, no solo por su impacto en el rinde, sino en la calidad. Fuertes fertilizaciones nitrogenadas pueden generar exceso de proteína (más del 13 %), lo cual no es deseable porque le da turbidez a la cerveza. Sin embargo, tampoco debemos pecar por defecto de este nutriente, debido a que si el ambiente es propicio para generar altos rindes, la dilución del mismo en mayor cantidad de grano puede disminuir el tenor proteico, incluso debajo del límite del estándar de comercialización (10%).

Sin duda que la producción de cebada tiene varios aspectos más que no podemos tratar en una columna periodística, sin embargo se trató de hacer hincapié en los más importantes, a la vez de darle una visión al amigo productor del tipo de negocio en el que está por introducirse, recomendando, como siempre lo hacemos, la consulta a su ingeniero de confianza en aras de obtener los mejores resultados posibles.

Mariano Fava - Ingeniero Agrónomo

(MP: 607 CIALP)

Posgrado en Agronegocios y Alimentos

@MARIANOFAVALP

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