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La Pampa: precipitaciones oportunas y dispares 

Por Mariano Fava (*)

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EL DIARIO digital

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Hace unas semanas atrás comentábamos que los trigos de la provincia de La Pampa estaban afectados por las intensas heladas ocurridas en la zona, que sumadas al estrés hídrico vigente ponían en jaque a toda la superficie de cosecha fina, para la cual el tiempo se agotaba.

Afortunadamente durante este fin de semana llegaron las lluvias y el alivio para una gran parte de la provincia, aunque lamentablemente la suerte fue esquiva para la porción más oeste. En efecto, los registros mayores estuvieron en el sector este, al límite con la provincia de Bs. As., con máximos de 45 milímetros que disminuyeron paulatinamente hasta los 15 milímetros para los pueblos ubicados a la vera de la Ruta Nacional 35. Apenas 20 kilómetros al oeste de esta misma ruta el agua simplemente se cortó, dejando una situación angustiante y acuciante para esos productores. Esperemos que pronto el agua se generalice, la buena noticia es que hay pronósticos de corto plazo que prometen lluvia en los próximos días antes de que finalice el mes.

Quizás lo más raro es que en zonas de la provincia de Bs. As. como Villegas o Trenque Lauquen, donde debería haber precipitado de manera adecuada, los registros estuvieron en el orden de los 10 milímetros o menos, lo cual refuerza la teoría de un año niña (lluvia por debajo de la media histórica).

Si bien para el clima de nuestra provincia es absolutamente normal que no llueva durante el invierno, es igual de lógico esperar lluvias durante el mes de septiembre para poder aspirar a una producción razonable de los cultivos de invierno. 

Las regiones que menos agua recibieron, si bien la misma fue muy importante, en apenas 10 días estarán nuevamente necesitando lluvia. La buena noticia es que octubre y noviembre son los momentos típicos de recarga de agua en los sistemas agroecológicos, con lo cual la probabilidad de precipitaciones se eleva sustancialmente. Además, como dijimos antes, hay algunos pronósticos de agua para lo que queda del mes de septiembre.

El período crítico del trigo transcurre durante el mes de octubre, por lo que aún estamos en condiciones de esperar una cosecha de trigo en La Pampa que esté dentro del promedio histórico. Si bien hay algunas regiones, como la "planicie medanosa oeste", donde los potreros tienen daños irreversibles y van a tener mermas importantes de producción, la zona eminentemente triguera de La Pampa (planicie con tosca) puede tener una buena zafra. Para la región sur de la provincia incluso puede estar por encima del rendimiento histórico.

Lo que necesitan los cereales de invierno pampeanos es un octubre fresco, sin heladas y con un registro de precipitaciones histórico, que ronda los 70 u 80 milímetros. En las zonas donde los cultivos pudieron desarrollar razonablemente bien, los mismos están con algún daño por heladas, que en general impactó en la pérdida de área foliar (hojas). Afortunadamente no dañó en una magnitud tal que causara pérdida de macollos, por lo que los daños deberían ser reversibles en la mayoría de los casos.

El aspecto positivo de la falta de humedad, si es que tiene alguno, es la sanidad de los cultivos. Recorriendo los lotes en general las plantas no presentan daño por hongos como "septoria", "mancha amarilla" o "royas". 

Sería muy importante para la economía de la provincia tener una buena campaña de cosecha fina. Los cereales de invierno en el país están en general en condiciones regulares y tienen muy mal desarrollo, por lo cual las cotizaciones del trigo futuro artículo 12 ronda los 300 dólares estadounidenses por tonelada. Claramente es una campaña para aprovechar, si es que el clima nos permite cosechar adecuadamente.

De ahora en adelante poco más le queda por hacer al productor por el cultivo, más allá de seguir monitoreando para asegurarse de no tener una infección de roya anaranjada cuando el cultivo desarrolle la hoja bandera; ya no queda mucho más por hacer en cuanto a cosecha fina se refiere, a excepción de alguna fertilización para las zonas donde tuvieron los mayores aportes de agua. 

Por lo tanto es momento de concentrarnos en el inicio de la campaña de cultivos de verano. Sin duda estas lluvias activarán el crecimiento de malezas en los lotes barbechados para cosecha gruesa. Hay que iniciar el monitoreo y poner a punto toda la logística de cara a la siembra.

Para quienes tengan pensado plantar maíz de primera temprano, prácticamente ya estamos en época de siembra. Los que se inclinen por girasol iniciarán las labores de implantación a mediados de octubre, y finalmente quienes apuesten a soja o maíz tardío durante el mes de noviembre y primeras semanas de diciembre estarán sembrando.

Un párrafo aparte merece el pronóstico climático de "año niña" (lluvia por debajo de lo normal), el cual esperemos que sea equivocado. De todos modos conviene apostar a estrategias defensivas, pensando en un escenario de estrés hídrico. Para ello recomendamos la consulta a nuestro ingeniero de confianza, de manera de plantear la alternativa productiva que nos permita economizar la mayor cantidad de agua posible, mejorando el uso consuntivo de la misma, y que a la vez tenga cierta flexibilidad en aumentar la producción si finalmente el clima acontece húmedo.

Esto requiere todo un planteo técnico, que va desde la estructura de cultivo, es decir espaciamiento entre surcos y densidad de siembra, como así también variedad (o híbrido), fertilización, control de maleza y, muy importante, la fecha de siembra.

En resumen, el sector agrícola pampeano ha tenido una buena noticia, parecería ser que nuestra querida provincia va a contar con una cosecha de trigo que podríamos calificar de normal a regular, si es que octubre transcurre conforme a lo esperable respecto de una serie histórica de datos climatológicos (lluvia y temperatura).

(*) Ingeniero Agrónomo -(MP: 607 CIALP)- Posgrado en Agronegocios y Alimentos @MARIANOFAVALP

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