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Adiós a los USB: el clásico aliado se va quedando atrás y emergen estas alternativas

Las memorias USB de toda la vida pronto quedarán obsoletas: estas son las mejores alternativas.

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EL DIARIO digital

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Los pendrive o memorias USB nos acompañan desde hace muchos años, concretamente, desde que en el año 2000 marcas como IBM o Trek Technology empezaran a vender las primeras unidades con capacidades de 16, 32 y 64 MB. Ahora, tras 25 años y tres generaciones de los también llamados lápices de memoria están perdiendo cada vez más protagonismo en favor de nuevos métodos para almacenar información, a pesar de que los USB siempre se han caracterizado por ser muy cómodos y fáciles de llevar, incluso como llaveros. Sin embargo, parece que su tiempo empieza a quedar atrás debido a la popularización de nuevas tecnologías cada vez más presentes en nuestros días: desde la nube a las memorias SSD.

¿Por qué el pendrive USB se queda atrás?

Y es que en la actualidad se crean archivos cada vez de mayor tamaño, ya sean vídeos con resoluciones 4K o superiores, archivos de imágenes verdaderamente pesados o copias de seguridad de los sistemas operativos de nuestros dispositivos, dando como resultado unas memorias USB que son insuficientes a nivel de capacidad.

Tanto es así, que la mayoría de pendrive USB alcanzan tamaños de almacenamiento de 256 o 512 GB, siendo demasiado limitados en muchos casos. Y si bien existen memorias USB de alta gama de hasta 2 TB, su precio y presencia en el mercado no están al alcance de la mayoría. Es por ello que cada vez más usuarios optan por las memorias SSD.

Así, las memorias SSD recurren a chips flash de más calidad, proporcionando una mayor velocidad de escritura y una vida útil mucho más prolongada. Además, el clásico conector USB-A está siendo sustituido por nuevos estándares mucho más rápidos. Recordemos que la mayoría de nuevos ordenadores, móviles y tablets ya usan conectores USB-C, mientras que otros fabricantes como Apple ya piensan en eliminar por completo los puertos físicos en favor de la transferencia inalámbrica de datos.

A todo ello debemos sumar que los materiales usados en la mayoría de los clásicos lápices de memoria son de mala calidad, provocando fallos y errores que pueden dar al traste con nuestros archivos e información almacenada. De este modo, la mejor alternativa a los clásicos pendrive son las memorias SSD, con capacidades de hasta 4 TB y más, siendo más robustos y rápidos. Además, sacan partido de los puertos USB-C o Thunderbolt a nivel de rapidez.

Y si bien los discos duros tradicionales siguen siendo los más baratos, los SSD ofrecen el mejor equilibrio entre velocidad, durabilidad y precio. En definitiva, el mercado empieza a dejar atrás los USB clásicos en favor de soluciones más potentes. El futuro pertenece a los SSD y a las alternativas inalámbricas: el conector USB pronto será cosa del pasado.

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