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EL DIARIO digital
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El hipotiroidismo es "una alteración en la que se produce una disminución en la producción de hormonas tiroideas·, explica a CuídatePlus Amelia Oleaga, endocrina del Hospital Universitario de Basurto. La causa más frecuente es "la Tiroiditis de Hashimoto, que es de origen autoinmune".
Otras veces, añade Luis Fernández Fernández, jefe del Endocrinología, Diabetes y Nutrición del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario, "es provocado por haberse extirpado parcial o totalmente el tiroides en una cirugía, por tratamientos con yodo radiactivo por hipertiroidismo y, más raras veces, por tumores cerebrales que afectan a glándulas como hipófisis o hipotálamo".
Puede presentarse de 3 formas diferentes; como hipotiroidismo primario si la causa deficitaria se encuentra en la propia glándula tiroides, hipotiroidismo secundario cuando la causa se encuentra a nivel hipofisario (adenomas) con descenso de la hormona estimulante del tiroides e hipotiroidismo terciario o por afectación hipotalámica por disminución de la hormona liberadora de tirotropina.
Es uno de los problemas endocrinológicos más frecuentes. Oleaga calcula que "afecta aproximadamente al 9% de la población en España" por lo que es bastante habitual, aunque, como señala, "es posible que haya aumentado la detección de casos leves debido a un aumento de las pruebas diagnósticas. En opinión de Fernández Fernández, "es posible que fuese una patología infradiagnosticada, pero hoy en día, en los simples análisis rutinarios, se realiza medición de hormonas tiroideas y se puede diagnosticar mucho mejor".
Aunque no hay un perfil especial de paciente con hipotiroidismo, sí es importante señalar que "es mucho más frecuente en mujeres con antecedentes familiares de esta patología o con antecedentes de cualquier otra patología autoinmune", destaca el endocrino.
La importancia clínica del hipotiroidismo radica en la disminución de la calidad de vida de las personas afectadas, pero también el coste sanitario que supone y la morbilidad asociada a esta enfermedad. En España "se estima que existen 2,7 millones de personas con hipotiroidismo subclínico", según se recoge en la guía de "Aspectos prácticos de los trastornos del tiroides", elaborada por el Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCOF), en colaboración con Merck.
Como apunta Oleaga "el hipotiroidismo no tratado tiene un impacto real en la calidad de vida de los pacientes. Aunque no haya un síntoma específico que nos sirva de guía para su diagnóstico, hoy en día, debido a las numerosas determinaciones analíticas que se realizan a la población de forma rutinaria, el diagnóstico de hipotiroidismo en muchos pacientes se realiza de forma temprana, cuando el hipotiroidismo es asintomático y no precisa tratamiento. Esto permite un seguimiento en el tiempo y ayuda a tratar al paciente de forma adecuada".
Síntomas del hipotiroidismo
En relación a los síntomas, Oleaga recuerda que "la mayoría de las veces es asintomático porque son formas muy leves que se detectan de forma temprana" o "son inespecíficos", añade Fernández Fernández.
Por su parte, el hipotiroidismo severo no tratado produce:
-Cansancio
-Estado de ánimo bajo
-Hinchazón
-Aumento de peso
-Somnolencia
-Caída de pelo
-Sequedad de piel
-Lentitud mental
-Intolerancia al frío
-Cambios en el ritmo intestinal
Como señala Fernández Fernández, "uno de los síntomas es la ganancia de peso", que se produce por varios factores como "la ralentización del metabolismo y la disminución del gasto energético, lo que favorece el acúmulo de grasa". La ganancia de peso, señala el experto, "es variable y depende de la intensidad y la duración del hipotiroidismo y también, por supuesto, con la dieta y el ejercicio físico que realice la persona". Eso sí, como señala, "esta ganancia de peso se frena tratando al paciente con la dosis apropiada de L-Tiroxina", el tratamiento del hipotiroidismo.
En cuanto a la alimentación de estos pacientes, Oleaga recuerda que "debe ser similar a la de la población general, sin contraindicación de alimentos". La mejor recomendación es "seguir una dieta mediterránea rica en frutas, verduras, legumbres, pescado, lácteos, carne blanca, cereales, frutos secos y aceite de oliva". Además, "es recomendable en la población en general y sobre todo en mujeres en edad fértil una ingesta adecuada de yodo a través de lácteos, pescado y sal yodada".