Salud

Jengibre saludable: desde poderoso antioxidante a mejor aliado para la digestión

Proviene de una planta originaria del sudeste asiático y se utiliza desde la antigüedad con objetivos medicinales ante varias dolencias. Además, es considerado un superalimento por su gran densidad de nutrientes. Consejos para su consumo.

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EL DIARIO digital

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Considerado como uno de los superalimentos más populares del mundo, el jengibre está de moda y es consumido por cada vez más personas que confirman sus potenciales beneficios para la salud.

Disponible en polvo, fresco, en cápsulas o en forma líquida, el jengibre es recomendado también por los nutricionistas por su gran densidad de nutrientes, entre los que destacan el gingerol, los shogaoles, el potasio y el magnesio, los cuales tienen múltiples beneficios para la salud.

El jengibre (zingiber officinale) es una planta con rizoma, o tallo subterráneo, horizontal de la familia de las zingiberáceas, al igual que el cardamomo y la cúrcuma. Si bien proviene de la planta compuesta por pequeñas flores de color amarillo y violeta, su parte esencial es la raíz -con el nombre de rizoma-, de aspecto grueso que aporta a los alimentos un sabor dulce.

Utilizado como especia en la cocina por su aroma y sabor picante, proviene de la planta originaria de Asia Central y del Sudeste Asiático. Actualmente, el 50% de la producción mundial del jengibre proviene de India, pues además de ser una planta medicinal, también se utiliza como especia en la gastronomía. Sin embargo, también se cultiva en otras partes de Asia, como China, así como en África, Brasil y Jamaica.

La raíz de jengibre se utiliza como planta medicinal desde la Antigüedad (al menos desde el siglo I d. C.) y, generalmente, se utiliza como uno de los remedios naturales para las enfermedades oculares, la dismenorrea, dolores musculares, migrañas y diversos problemas digestivos como la gastritis, los cólicos y las náuseas matutinas en las mujeres embarazadas.

Beneficios y propiedades que el jengibre tiene para el organismo

- Antiinflamatorio: el principal ingrediente del jengibre, el gingerol, inhibe la producción de las postaglandinas, que son sustancias que generan la respuesta inflamatoria en el cuerpo. Por ello, puede ser útil para combatir dolores menstruales o inflamación intestinal

- Propiedades analgésicas: también el gingerol tiene un efecto analgésico, así que puede ser útil para combatir las migrañas y los dolores de cabeza.

- Antibacteriana: favorece la eliminación de microorganismos infecciosos y puede ser efectivo contra bacterias que aparecen en la boca, por lo que puede actuar en enfermedades como la gingivitis o la periodontitis.

- Ayuda a combatir la halitosis: estimula una enzima que se encuentra en la saliva y que ayuda a descomponer las sustancias malolientes.

- Favorable para las náuseas y el mareo: estimularía el flujo de saliva y la secreción de jugos gástricos. Por ello, puede actuar en el estómago y el intestino contra los gases o las náuseas.

- Favorece la expectoración: por sus propiedades puede combatir la congestión y algunos síntomas del resfriado, como es la tos.

- Ayuda a reducir los niveles de azúcar en sangre: según Dosfarma, el jengibre aumenta los niveles de insulina y ayuda a reducir los niveles de azúcar en la sangre.

- Favorable para reducir el dolor muscular: según el portal Healthline, en un estudio, los participantes que consumieron 2 gramos de jengibre al día durante 11 días, redujeron de forma significativa el dolor muscular en el codo. Eso significaría que el jengibre no tiene un impacto inmediato, pero podría resultar efectivo para reducir progresivamente el dolor muscular.

- Antioxidante: se utiliza mucho para productos de cosmética, ya que sus principales propiedades son frenar el envejecimiento y reducir el daño celular.

De acuerdo con un artículo llamado El jengibre, una planta medicinal eficaz como medicamento, especia o infusión publicada en la Revista Internacional de Acupuntura, la planta tiene efectos curativos en problemas neurológicos, en dolor, problemas de circulación y trastornos digestivos, entre otros.

"Como indicaciones importantes para su uso terapéutico se encuentran las náuseas, los vómitos, la falta de apetito, la tos, la insuficiencia respiratoria, el frío y los escalofríos, el dolor de cabeza y de las extremidades, la congestión nasal, la dispepsia y diarrea tras el consumo de alimentos en mal estado, la dismenorrea y los trastornos del riego (NdeR: de circulación) debidos al frío", se señala en el artículo.

"Ya sean bebidas, untables, salsas, helado, pasteles o galletitas, no hay casi nada que no se pueda preparar con jengibre". Así lo asegura Ellen Heidböhmer, autora del libro "Sano con jengibre". El sabor le aporta a todos los platos un toque exótico. Además, el jengibre hace las comidas más digeribles.

En principio, es importante encontrar buen jengibre a la hora de comprar. El consejo de los expertos es: "Una raíz de jengibre fresca no se puede presionar con un dedo. Tiene una cáscara fina, marrón claro, que brilla como un pergamino. Al cortarla, es de un amarillo claro tirando a verde".

Cuál es el uso culinario del jengibre

Más allá del reconocimiento medicinal, es un alimento versátil para combinarlo con diferentes tipos de comidas dulces o saladas. En la mayoría de casos, su uso es como condimento para salsas, sopas, cremas, carnes, aves, chancho, pescados, sushi, mariscos, entre otros.

Además, funciona como toque aromático a postres de frutas o elaboraciones de repostería (tartas, pasteles, galletas, bizcochos o dulces). "El polvo de jengibre es claramente más suave que el jengibre fresco, porque ya casi no contiene más aceites esenciales", señala la experta. "Dura hasta un año si está en un ambiente seco y a temperaturas inferiores a 20 grados, pero va perdiendo aroma".

Tanto para la utilización de la raíz como del polvo hay mucho margen para los cocineros: "El jengibre se puede usar de muchas maneras. Su fuerte sabor aromático va especialmente bien con arroz, verduras, carne de ave, pescado o frutos marinos, pero también con platos dulces", dice la autora. "Según lo que sé, no hay ingredientes que no combinen con el jengibre", agregó.

En su libro, Ellen Heidböhmer muestra, entre otras cosas, lo rápido que se puede preparar un untable de jengibre y zanahoria. Para ello, se cortan zanahorias en pequeños cubos y se pica en una chalota. Se saltean ambos ingredientes a fuego medio en mantequilla. Luego, se agrega caldo de verdura y jengibre, hasta que las zanahorias estén cocidas.

Se le agrega pimienta y chile, y cuando se enfrió un poco se lo procesa hasta convertirlo en puré. Finalmente, se mezcla con queso fresco y, tras un período de refrigeración y maceración este dip, ligeramente picante, puede usarse a gusto.

Suavizar lo picante del jengibre

Quien quiera suavizar un poco su sabor al cocinar puede probar con los siguientes consejos: colocar el jengibre entre 10 y 15 minutos en agua fría antes de utilizarlo. "A los platos con jengibre que quedan demasiado picantes es conveniente agregarles pan", señala Ellen Heidböhmer; ya que neutraliza lo picante, aunque debería retirarse poco antes de servir. "A las comidas líquidas con jengibre que quedaron demasiado picantes, se le puede agregar algo de nata dulce (NdeR: crema batida). Eso suaviza lo picante".

Rose Marie Donhauser, autora de otro libro sobre el tema, también es una verdadera experta en este tubérculo. Sabe cuál es la mejor manera de pelar la raíz y cómo cortarla, de manera que se pueda seguir usando y se preserve el sabor. "Por la forma del jengibre es conveniente usar un pelapapas", dice.

"Es mejor separar la pulpa de la cáscara marrón con una cuchara o cuchillo", suma. Claro que los componentes más sanos se encuentran directamente debajo de la cáscara. Por eso, recomienda: "Lo mejor es lavarlo, cepillarlo y utilizarlo con la cáscara".

En las recetas, muchas veces el jengibre se utiliza cortado en trozos pequeños o rallado. ¿Qué es mejor? "Cuanto más pequeño se lo corte, más fuerte se sentirán los aceites esenciales. Al picarlo, muchas veces el jugo del jengibre queda en la tabla de madera. Así que lo mejor es rallar el jengibre fresco directamente en la preparación", dice Rose Marie Donhauser.

El tiempo de cocción del jengibre depende de qué tan picante deseamos que esté el plato. "Cuanto más se lo cuece, más picante será el sabor", resume. Y si la idea es que eso no suceda, es mejor esperar: "Si se lo agrega al final de la cocción, aporta un sabor suave, ligeramente cítrico".

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