Salud

Hígado graso: qué es, diagnóstico y formas para curarlo

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La enfermedad puede causar cirrosis y cáncer de hígado. Qué tener en cuenta para llegar a un diagnóstico temprano.

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EL DIARIO digital

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El hígado graso no alcohólico es una de las pocas enfermedades, o quizás la única enfermedad, que se define por lo que no es, no es un trastorno solo de los alcohólicos.

La condición de hígado graso no alcohólico afecta al 30% de los argentinos aproximadamente. Aparece cuando una persona tiene sobrepeso, es sedentaria y tiene un alto consumo de grasas y azúcares. En esos casos, poco a poco se produce una infiltración de grasa en el hígado. En los grados más avanzados de la enfermedad puede causar cirrosis y cáncer de hígado.

En la década del 80, un investigador detectó que las personas que consultaban por hígado graso no todas eran alcohólicas. Gracias a esta investigación, donde no se encontraron vínculos con el alcoholismo y se descartó que los pacientes mintieran frente a la evidencia médica, se descubrió este tipo de dolencia.

Cuando todos estos factores se conjugan, la grasa se empieza a meter adentro del hígado. El hígado tiene una consistencia pareja y sufre alteraciones por este desequilibrio. En algunos casos después de esto se produce una inflamación, que se llama hepatitis.

Después de la hepatitis puede aparecer una fibrosis, que sucede cuando el hígado se empieza a endurecer, pero todavía estamos a tiempo de retroceder este proceso y mejorar la salud.

Si este avance de la grasa no se detiene, puede llegar a desarrollarse una cirrosis, lo que significa una destrucción de las células hepáticas que deriva en una enfermedad crónica e irreversible.

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¿Qué causa el hígado graso?

Existen varios factores que pueden causar o contribuir para desarrollar hígado graso:

Obesidad: la obesidad, en general, causa inflamación de grado bajo que puede promover la acumulación de grasa en el hígado. Se estima que del 30% al 90% de los adultos con sobrepeso tienen EHGNA y la afección está aumentando en niños a causa de la epidemia de la obesidad.

Exceso de grasa abdominal: las personas con un peso normal pueden desarrollar hígado graso si tienen “obesidad visceral”, esto significa que tienen mucha grasa alrededor de la cintura.

Resistencia a la insulina: se ha demostrado que la resistencia a la insulina y los niveles altos de insulina aumentan la acumulación de grasa en el hígado en personas con diabetes tipo 2 y síndrome metabólico.

Ingesta elevada de carbohidratos refinados: la frecuente ingesta de carbohidratos refinados promueve la acumulación de grasa en el hígado, especialmente cuando personas con sobrepeso o resistentes a la insulina los consumen en cantidades elevadas.

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Consumo de bebidas azucaradas: las bebidas azucaradas como las sodas y las bebidas energéticas son altas en fructosa, que ha mostrado ser la causa de acumulación de grasa en el hígado en niños y adultos.

Deterioro de la salud intestinal: investigaciones recientes sugieren que tener un desbalance en las bacterias intestinales, problemas en la función de la barrera intestinal (“intestino permeable”) u otro problema de salud en esta zona puede contribuir para desarrollar la EHGNA.

Síntomas del hígado graso

Existen varios signos y síntomas de hígado graso, aunque puede que no todos estén presentes. De hecho, es posible que ni siquiera te des cuenta de que tienes esta afección.

Es importante que visites a tu médico regularmente para que te realice exámenes y pruebas de sangre de rutina, con los que se puede diagnosticar el hígado graso en una etapa reversible y temprana.

¿Qué debo hacer si quiero bajar el hígado graso?

Estrategias dietéticas para eliminar la grasa en el hígado

Puedes tomar varias medidas para eliminar la grasa en el hígado, incluyendo perder peso y dejar los carbohidratos. Incluso, ciertos alimentos pueden ayudarte a eliminar la grasa en el hígado.

Pierde peso y evita sobrealimentarte si tienes sobrepeso u obesidad

La pérdida de peso es una de las mejores maneras de eliminar la grasa en el hígado si tienes sobrepeso u obesidad.

De hecho, la pérdida de peso ha mostrado promover la disminución de la grasa en el hígado en adultos con la EHGNA, sin importar si dicha pérdida de peso se logró por medio de cambios alimenticios solamente o en combinación con cirugía bariátrica (para bajar de peso) o ejercicio.

En un estudio de tres meses en adultos con sobrepeso, reducir 500 calorías en la ingesta diaria permitió una pérdida del 8% del peso corporal, en promedio, y una disminución significativa de la grasa en el hígado.

Es más, aparentemente las mejoras en el nivel de grasa en el hígado y la sensibilidad a la insulina pueden mantenerse incluso si vuelves a subir de peso.

Deja los carbohidratos, especialmente los refinados

Puede parecer que la forma más lógica de tratar el hígado graso sea reducir la grasa en la dieta.

Sin embargo, los investigadores reportan que solo el 16% de grasa en el hígado en personas con EHGNA proviene de la grasa en la dieta, aproximadamente. Por el contrario, la mayoría de la grasa en el hígado proviene de los ácidos grasos en la sangre, y aproximadamente el 26% de esta grasa se forma en un proceso llamado lipogénesis de novo (DNL, en inglés).

Durante el proceso de DNL, el exceso de carbohidratos se convierte en grasa. La tasa de DNL aumenta cuando hay ingestas altas de alimentos y bebidas ricos en fructosa.

En un estudio, adultos con obesidad que consumieron una dieta alta en calorías y carbohidratos refinados por tres semanas, experimentaron un aumento del 27% de grasa en el hígado, en promedio, aunque su peso solo aumentó 2%.

Los estudios han mostrado que consumir dietas bajas en carbohidratos refinados puede ayudar a revertir la EHGNA. Estas incluyen las que son bajas en carbohidratos, la mediterránea y la de índice glucémico bajo.

Incluye alimentos que beneficien la pérdida de grasa en el hígado

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Adicionalmente a dejar los carbohidratos y evitar la ingesta de calorías en exceso, existen ciertos alimentos y bebidas que pueden beneficiar la pérdida de grasa en el hígado:

Grasas monoinsaturadas: las investigaciones sugieren que ingerir alimentos altos en ácidos grasos monoinsaturados como el aceite de oliva, aguacates y nueces puede beneficiar la pérdida de grasa en el hígado.

Proteína de suero: la proteína de suero ha demostrado reducir la grasa en el hígado hasta en un 20% en mujeres con obesidad. Adicionalmente, puede ayudar a disminuir los niveles de enzimas hepáticas y brindar otros beneficios en personas con enfermedad hepática más avanzada.

Té verde: un estudio encontró que los antioxidantes en el té verde llamados catequinas ayudaron a disminuir la grasa en el hígado y la inflamación en personas con EHGNA.

Fibra soluble: algunas investigaciones sugieren que consumir de 10 a 14 gramos de fibra soluble al día puede ayudar a reducir la grasa en el hígado, disminuir los niveles de enzimas hepáticas y aumentar la sensibilidad a la insulina.

Perder peso, evitar comer de más, incluir ciertos alimentos en tu dieta, y dejar de consumir azúcar y carbohidratos puede ayudarte a reducir la grasa en el hígado.

Ejercicios que te pueden ayudar a reducir la grasa en el hígado

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La actividad física puede ser una manera efectiva para disminuir la grasa en el hígado.

Los estudios han mostrado que realizar ejercicio o entrenamiento de resistencia, varias veces a la semana, puede reducir significativamente la cantidad de grasa acumulada en las células hepáticas, sin importar si pierdes peso o no.

En un estudio de cuatro semanas, 18 adultos con obesidad con EHGNA que hicieron ejercicio de 30 a 60 minutos, cinco días a la semana, experimentaron una disminución del 10% de la grasa en el hígado, incluso cuando su peso corporal permaneció estable.

Incluso el ejercicio de baja intensidad puede ser efectivo para lograr disminuir la grasa en el hígado. De acuerdo con un gran estudio italiano, al parecer, la cantidad de ejercicio que realizas es más importante.

El hígado graso puede conducir a varios problemas de salud. Afortunadamente, puede revertirse si se controla en una etapa temprana.

Seguir una dieta saludable, aumentar la actividad física y quizá tomar suplementos puede reducir el exceso de grasa en el hígado y disminuir el riesgo de progresión a una enfermedad hepática más grave.

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