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EL DIARIO digital
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El peronismo se encuentra sumergido en un "manojo de problemas" que atormentan a la principal fuerza política de la oposición. La falta de una conducción nacional clara, el impacto de la derrota electoral, las constantes tensiones internas y la posible fuga de legisladores se suman a la disputa central entre Cristina Kirchner (CFK) y Axel Kicillof, conformando un combo letal que pone a prueba la endeble unidad.
Existe un consenso informal para terminar el año en paz, pero a partir de 2026 la discusión sobre identidad, proyecto y liderazgo tomará mayor velocidad, impulsada por la necesidad de una profunda renovación.
La renovación del PJ Bonaerense, primer campo de batalla
Uno de los temas sensibles que detonará la agenda es la renovación de autoridades del PJ Bonaerense. El mandato de Máximo Kirchner vence a mediados de diciembre, y hay un preacuerdo para que las elecciones se realicen entre febrero y marzo de 2026.
Dilema de Máximo Kirchner: El líder de La Cámpora avisó que los comicios se realizarán, pero evalúa si habrá competencia o una síntesis de unidad. Su voluntad es continuar cuatro años más al frente del partido.
Voluntad de Kicillof e intendentes: El gobernador Kicillof no quiere asumir la conducción del partido, pero busca que uno de los intendentes que le responden se haga cargo, para que el PJ Bonaerense lleve el sello de su gestión.
Visión del Interior: Para los intendentes y otros sectores, la disputa partidaria es una forma de medir fuerzas entre el kicillofismo y el cristinismo. Un histórico intendente advirtió: "Hay que empezar por el partido. Tenemos que volver a la democracia interna. Hace más de tres décadas que no hay una elección".
Amenaza de fugas en el Congreso y la postura del Norte Grande
El conflicto más importante en términos de capacidad de gestión es la integración de los bloques de diputados y senadores nacionales en diciembre. Los jefes de bloque, Germán Martínez (Diputados) y José Mayans (Senadores), trabajan para evitar fugas, ya que la derrota electoral redujo la potencia legislativa del espacio.
Caso Catamarca: La principal preocupación en Diputados es retener a los cuatro legisladores catamarqueños. El gobernador Raúl Jalil mantiene diálogo con todas las facciones desde Fuerza Patria a Casa Rosada y también con gobernadores que buscan armar un interbloque propio.
Articulación regional: Jalil fue nombrado Presidente Pro Témpore del Consejo Nacional del Norte Grande, desde donde se articulan reclamos comunes al Gobierno, como la inclusión del riojano Ricardo Quintela en la negociación del Presupuesto y la transferencia de la deuda de las cajas previsionales.
Interbloque de gobernadores: Sigue latente la idea de formar un interbloque en el Senado con provincias como Salta, Misiones, Río Negro, Neuquén y Santiago del Estero.
La senadora jujeña Carolina Moises (del bloque Convicción Federal) hizo explícitas las críticas a la conducción: "Siguen declarando "unidad" sin convocar a nadie. Siguen imponiendo sin consensuar ni una idea. ¿Unidad es con otros o con ellos mismos? Puros, el que piense distinto que se vaya. Subordinación o traición".
El hartazgo con el kirchnerismo
La frase "subordinación o traición" y una similar, "esclavo o traidor" es utilizada en el peronismo del interior para describir los modos de construcción política del kirchnerismo, lo que motiva a muchos dirigentes a tomar distancia definitiva.
Existe una rebeldía cada vez más pronunciada sobre la figura de Cristina Kirchner, cuya capacidad de armar proyectos es vista como agotada. El hartazgo respecto a la interna bonaerense (entre CFK, Máximo Kirchner y Kicillof) es generalizado, ya que la disputa mantiene al bloque estancado.
El peronismo tiene un ciclo agotado y la renovación es inevitable, ya sea por la fuerza de los votos o por un acuerdo que mitigue los daños. El espacio tiene hasta las elecciones de 2027 para modernizar sus ideas y volver a enamorar al electorado.