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La mitad de los argentinos tuvo cambios en sus condiciones de vida en 2025

Informe del INDEC: más de 10 millones de personas mejoraron su calidad de vida y 7 millones la empeoraron durante el primer semestre de 2025. Los cambios en salarios, jubilaciones y acceso a servicios básicos explican las variaciones.

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EL DIARIO digital

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La primera mitad de 2025 mostró un movimiento demográfico significativo en la calidad de vida de los argentinos, según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC. Extrapolando los datos al total del país, 10,2 millones de personas mejoraron sus condiciones de vida, mientras que 7 millones las empeoraron, involucrando a poco más de un tercio de la población total (17,2 millones de personas). El saldo positivo alcanzó a 3,3 millones de personas.

La gestión de Javier Milei durante el primer semestre se enfocó en consolidar el superávit fiscal, principalmente por la reducción del gasto público, y en sanear el balance del Banco Central. Si bien el contexto de campaña electoral interrumpió la desaceleración de la inflación, no afectó la reducción de la pobreza e indigencia por ingresos.

Sobre la base de 76 indicadores del INDEC sobre calidad habitacional, acceso a servicios y nivel educativo, se registraron mejoras en 39 indicadores, 10 se mantuvieron iguales y 27 empeoraron respecto de un año antes.

Impacto del ingreso y la vivienda

La mejora en las condiciones de vida se vincula directamente a la recuperación del ingreso:

Salarios y Jubilaciones: La remuneración promedio de los trabajadores registrados aumentó 8,9% en términos reales entre el primer semestre de 2024 e igual tramo de 2025. Este aumento, junto a un incremento real promedio del 13,1% de las jubilaciones y pensiones, fue determinante para que la pobreza por ingreso descendiera del máximo de 52,9% de la población a 31,6%.

Vivienda: El 81,5% de los hogares y el 78% de las personas habitan en viviendas cuyos materiales poseen calidad suficiente. Este indicador aumentó 0,7% respecto al año anterior, beneficiando a 529.000 personas.

El INDEC detectó un incremento de 773.000 habitantes en vivienda propia plena y 95.000 ocupantes, mientras que se registraron caídas en inquilinos (-198.000) y propietarios únicamente de la vivienda (-155.000).

Servicios básicos y el desafío de las carencias

Aunque se observaron mejoras, el acceso a servicios esenciales presenta desafíos:

Saneamiento: Los hogares con saneamiento inadecuado se redujeron 2,4%, favoreciendo a más de 800.000 personas.

Gas Natural y Agua: El acceso a la red pública de gas natural cayó al 60,8% de la población, la proporción más baja desde el segundo semestre de 2020. Una dinámica similar se observó en el acceso al agua corriente de red: si bien creció 0,68%, quienes carecen del servicio aumentaron 4%, superando los cinco millones de habitantes.

Cloacas: El universo sin cloacas se incrementó, con una suba de 8,5% que llevó la cifra a 14,5 millones de habitantes.

En el hábitat, la cercanía a basurales aumentó 6,4% (2,8 millones de personas) y la ubicación en zonas inundables creció 18,8%, afectando a casi 5,1 millones de habitantes.

Salud e Instrucción

En materia de salud, la población con obra social o prepaga disminuyó en 188.000 personas, mientras que quienes dependen únicamente del sistema público crecieron en más de 751.000, totalizando 15,8 millones.

En el grado de instrucción de la fuerza laboral (18 a 64 años), la franja dominante es la de hasta secundario completo, con 15,4 millones de personas (se expandió en 434.000). En contraposición, los habitantes con instrucción superior o universitaria completa se redujeron en 81.000 personas.

La mejora de las condiciones básicas de vida depende no solo de la recuperación macroeconómica o del incremento del ingreso, sino también de que estos aspectos primen en la agenda de los candidatos a cargos ejecutivos y se reflejen en la ejecución presupuestaria.

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