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Por qué los precios de los servicios suben más que los bienes y cuándo desacelerarían

El fenómeno se explica por la política de apertura comercial, que disciplina a los bienes importados, y por el rol de los salarios y el atraso de tarifas en los servicios.

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EL DIARIO digital

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La diferencia en la velocidad con que suben los precios de los servicios respecto de los bienes se ha instalado como un aspecto central de la dinámica inflacionaria en Argentina. Cada medición oficial, como el último IPC de julio, confirma que actividades como salud, educación, alquileres y otros rubros vinculados a los servicios aumentan a un ritmo mayor que los productos. En julio, los servicios mostraron un alza del 3,1%, mientras que los bienes solo avanzaron un 1,4%, una brecha que persiste desde hace varios meses.

Especialistas de distintas consultoras analizan los factores detrás de esta tendencia y su proyección. Lorenzo Sigaut Gravina, de la consultora Equilibra, explicó que el punto de quiebre se produjo en febrero de 2024, y desde entonces los servicios suben sistemáticamente por encima del nivel general. Una parte de este proceso se debe a los ajustes en los precios de los servicios públicos y las tarifas, que tuvieron varios aumentos puntuales.

Según Sigaut Gravina, los servicios privados también mostraron incrementos mayores debido a la falta de competencia en sectores no transables, es decir, aquellos que no enfrentan productos importados. "Al no haber competencia en los sectores no transables, el traslado de los costos a precios fue más elevado", sintetizó el economista. Esta escasa competencia permite que el impacto de mayores costos se refleje con rapidez en el consumidor final.

En contraste, la situación para los bienes fue distinta gracias a la política oficial de apertura comercial, la reducción de aranceles y la flexibilización de las restricciones a las importaciones. A esto se suma el contexto global, donde China volcó excedentes de productos a mercados internacionales por trabas comerciales con Estados Unidos, lo que generó una abundancia de bienes importados a menor precio. Esta situación, junto a las decisiones locales, intensificó el disciplinamiento de la inflación de bienes.

El analista de Equilibra detalló que la inflación en bienes promedió un 1% en mayo, junio y julio, muy por debajo del ritmo de los servicios privados, que no perforaron el 3%. Sigaut Gravina señaló que los sectores no transables han recuperado márgenes, ya que el aumento que registraron superó el de sus costos, a diferencia de los bienes, cuya estructura enfrenta costos en incremento, pero no logra recomponer márgenes.

Hacia el futuro, anticipó que la tendencia tiene un límite: "Si la actividad económica se frena o la demanda no convalida más incrementos, las diferencias entre la variación de bienes y servicios deberían empezar a recortarse".

Gabriel Caamaño, economista de Outlier, apuntó a la diferenciación estructural entre bienes y servicios. Los servicios tienen un componente no transable mucho más alto, por lo que suben más rápido en un contexto de ancla cambiaria. El economista sostuvo que los servicios acompañan la recuperación de los salarios reales por su elevada intensidad en mano de obra, lo que les da más inercia y les dificulta desacelerar. Mientras no cambien las condiciones macroeconómicas, el ritmo de variación de los servicios debería continuar por encima del de los bienes, ya que responden con rezago a las mejoras salariales o al reacomodamiento de tarifas.

Fausto Spotorno, de Ferreres & Asociados, recordó que segmentos de servicios como salud, educación y alquileres permanecieron con precios "pisados" durante años, y ahora esa situación revierte y genera aumentos más pronunciados. Para el analista, la expectativa es que el proceso continúe por algunos meses más y después empiece a normalizarse, a partir del ajuste de la brecha cambiaria y la estabilización de los costos en moneda local.

Ricardo Delgado, de Analytica, aportó que la aceleración de los servicios es un fenómeno esperable en el contexto de recomposición de precios relativos. "Era natural que durante el reacomodamiento los servicios —en particular los públicos, pero también los privados— corran más rápido que los bienes", detalló. En su visión, para el próximo año la diferencia de velocidad entre ambos tipos de precios irá reduciéndose y los comportamientos tenderán a converger, aunque siempre con variaciones ligadas a la estructura de costos de cada sector y la evolución de la demanda.

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