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Socorristas advierten que el sistema privado "clandestiniza" las ILEs

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Enmarcado en el día de Acción Global por el Aborto Legal y Seguro, la agrupación Socorras Santa Rosa hizo públicos algunos de los datos de acompañamiento de este año 2020.

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EL DIARIO digital

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“La pandemia del Covid y el ASPO cambiaron nuestro modo de acompañar. Esto permitió un registro más detallado de la solicitud de interrupciones de embarazo en el sistema de salud local, en distintas localidades de La Pampa y el oeste de la provincia de Buenos Aires”, detallaron.

Según el registro de la organización local, desde enero hasta julio inclusive sistematizaron noventa acompañamientos de los cuales el 48% (41) fueron dentro del sistema de salud pública a través del protocolo de Interrupción Legal del Embarazo (ILE).

“Si bien la mayor proporción de nuestros acompañamientos proviene de personas localizadas en la ciudad de Santa Rosa (61%), nuestra escucha y sostén recorren kilómetros y borran fronteras; es así que el 20% de las personas acompañadas vive en otros lugares del territorio pampeano (alrededor de diez localidades) y el 19% residen en otras provincias (el 15% en la zona fronteriza de Buenos Aires)”, detallaron.

Advirtieron que muchas de las personas que les contactan reciben de las Soccoras “la primera información sólida sobre el acceso a una interrupción legal del embarazo en La Pampa”. “La guía provincial para acceder a una ILE, desde hace tiempo, no figura públicamente ni en la web del Ministerio de Salud, ni en las redes. Hoy es un protocolo que no cuenta con campañas de divulgación, es un protocolo guardado”, apuntaron.

Remarcaron además que uno de los vínculos más fuertes que tienen con el sistema público es a través de trabajadores y trabajadoras sociales. “El 63,41% de los acompañamientos que hicimos de ILEs se iniciaron con el equipo psicosocial, seguido por el de mediques generalistas (26,83%) y, en último lugar, por el servicio de ginecología (9,76%)”, detallaron.

También subrayaron que, ante las restricciones de circulación por la pandemia, decidieron reforzar la articulación con los Centros Primarios de Salud y así el 61,54% de los acompañamientos llevó adelante su ILE en alguna de las postas sanitarias de Santa Rosa.

También destacaron el papel del hospital Lucio Molas (donde se dieron el 29,63% de los acompañamientos) y también la organización a través de los hospitales de Victorica, Toay, General Acha, Realicó, 25 de Mayo y Trenque Lauquen.

La "deshumanización" del sistema privado.

Como contracara, resaltaron que en el sistema privado hay “prácticas clandestinizantes”. Muchos de los contactos que reciben son “luego de haber acudido a mediques privados que desconocen la normativa vigente en La Pampa y en Argentina, que insisten y atemorizan con una ilegalidad inexistente, que desinforman con procedimientos anacrónicos o no recomendados, que hacen ''''derivaciones'''' hacia el servicio del Hospital o que mienten burdamente desde su cómodo y supuesto saber hegemónico en materia de salud”.

Del total de personas que fueron acompañadas en procesos ILE, en esta primera etapa del año, el 100% lo hizo dentro de un servicio público de salud a través de la causal salud integral y el 100% fue sin uso de obra social “aún cuando el 46% de las personas que acompañamos cuenta con una”. “Estos números delatan un sistema sanitario desbalanceado donde lo público viene a cubrir las falencias (y abandonos) del privado y de las obras sociales y prepagas”, insistieron.

Incluso, señalaron testimonios de personas “que han recibido de sus médiques la insólita idea de que es ''''ilegal'''' que elles les ayuden a interrumpir pero que es legal abortar en el hospital”.

“Las derivaciones continuas al servicio público no son otra cosa que la expulsión de sus pacientes, el descuido, la deshumanización de la práctica sanitaria”, subrayaron.

Por eso, insistieron en que es “una deuda pendiente” del Estado provincial exigir la inclusión de las ILEs en el sistema privado de salud y en el SEMPRE para “poner un límite a la falta de compromiso para con la normativa vigente, la clandestinización de la práctica y el riesgo al que nos enfrentamos quienes necesitamos/queremos abortar”.

Información "retaceada".

“Para que un aborto sea seguro debe haber información y sostenemos que esta información debe tener como objetivo la construcción de decisiones autónomas, singulares, diversas. Por eso nuestra práctica apunta a la autogestión de nuestros propios abortos”, remarcaron desde Socorristas Santa Rosa.

Por eso también cuestionaron que también en hospitales y postas “se retacea información” para que las personas “puedan decidir y estar tranquiles durante el proceso”.

Puntualizaron que esas prácticas se reconocen en el método de colocación de la medicación. “Les efectores del sistema de salud público en La Pampa solo proponen como opción la vía sublingual de uso del misoprostol (en acompañamientos ILEs el 83% manifiesta que así lo hace), en cambio, en los acompañamientos por fuera del sistema las personas prefieren en un 51% la vía vaginal sobre un 49% sublingual. Dar opciones, permite elegir. Apropiarse de una práctica sobre el propio cuerpo, permite reconocer la capacidad de autocuidado que todes tenemos”, indicaron.

También ocurre algo similar, según recopilaron, sobre las opciones de métodos anticonceptivos. “La información que reciben no siempre es suficiente”, repitieron.

Y aunque reconocen que “hoy existe un sistema de salud pública mucho más preparado que antes” e incluso “mucho mejor preparado que antes de la cuarentena”, remarcaron que “no es suficiente”.

“Queremos correr los límites. Queremos buena información para decidir y otras prácticas médicas para consolidar nuestra autonomía. Queremos abortos autogestivos, cuidados, feministas. Por y para eso, las y les socorristas estamos cerca”, cerraron.

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