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EL DIARIO digital
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Este movimiento no solo busca cerrar las históricas grietas internas, sino también definir una estrategia clara para el Desafío 2027: armar una alianza antiperonista competitiva que integre a La Libertad Avanza (LLA).
Tal como había adelantado El Diario, el acuerdo alcanzado en las últimas horas por las líneas Celeste, Azul, la Liga de los Intendentes y el sector de Daniel Kroneberger posiciona a Berhongaray, quien estuvo cerca de vencer al gobernador Sergio Ziliotto en 2023, como el dirigente con mayor proyección provincial.
El consenso logrado dentro de la UCR pampeana tiene dos objetivos claros:
Fortalecer la conducción: por primera vez en años, la conducción incluye dirigentes de la línea Azul, buscando equilibrio. La presidencia y vicepresidencia quedaron en manos de la Celeste (Berhongaray), mientras que la Tesorería y la Convención Provincial quedaron en manos del sector de Kroneberger.
Visibilidad territorial: las intendencias, que habían exigido ser consideradas, obtuvieron cuatro de los nueve lugares titulares del Comité y su referente, Abel Sabarots, encabezará la lista de convencionales nacionales.
Berhongaray y el jefe de bancada de diputados provinciales, Poli Altolaguirre, trabajan bajo la premisa de "amplitud y generosidad", evaluando incluso ceder el Comité Capital, históricamente en manos celestes, a otro sector (posiblemente la Azul de Francisco y Javier Torroba).
El dilema de la alianza
El principal desafío de la nueva conducción es definir bajo qué condiciones la UCR integrará a La Libertad Avanza, un paso que la mayoría considera indispensable para ser competitivos en 2027. Este punto abre una nueva puja interna:
- Referentes como Berhongaray y Altolaguirre se muestran más proclives a una alianza sin mayores condiciones con LLA.
- Los intendentes adoptan una postura más prudente, buscando imponer límites claros a la incorporación de LLA. El temor radica en que un "mal acuerdo" ponga en riesgo sus reelecciones y el poder territorial en los municipios que gobiernan.
La nueva conducción de la UCR, que se formalizará el 14 de diciembre, tendrá la tarea de administrar estas tensiones internas y construir la coalición que enfrente al peronismo provincial en los próximos años.