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EL DIARIO digital
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En una emotiva y desgarradora carta dirigida a su hija, Alejandra Falcón recordó a Lía, la joven que murió atropellada en Santa Rosa, que cumpliría 23 años este viernes.
La carta, titulada "Feliz cumpleaños al cielo", refleja no solo el profundo dolor por la pérdida, sino también la frustración y la indignación de la familia por la condena de 5 años de prisión efectiva impuesta a Francisco Roldán, quien actualmente cumple la pena en prisión domiciliaria.
Alejandra Falcón lamentó los diez meses transcurridos desde que "el asesino de Roldán te quitó la vida". La madre confesó que, si bien el proceso judicial concluyó, no siente que se haya hecho justicia.
Falcón describió el juicio como un "segundo dolor más fuerte", señalando la actitud del condenado: "Quien te mató no mostraba compasión. Su postura de macho… ¿cómo va a decirme que él quería juicio y que vos lo habías ayudado? ¡Hasta dónde puede llegar una persona para salvarse de la cárcel! Escuchar tu nombre en su boca me pareció tan despreciable y una falta de respeto, ya que él decidió matarte; no frenó, él mismo dijo que iba rápido y apurado".
La madre contrastó la alegría que debería vivir hoy con la dura realidad: "Yo te tendría que tener conmigo, en casa, preparando todo para tu cumpleaños, eso que tanto disfrutabas. La casa llena de amigos, la torta, la decoración, el saludo a las 00 horas. Todo eso ya no va a estar, porque Roldán nos lo quitó". La familia, en lugar de festejar, "hoy solo puede ir al cementerio a llevarte una flor".
La mamá de Lía criticó abiertamente la decisión del tribunal que condenó a Roldán, integrado por los jueces Andrés Olie, Carlos Besi y Gastón Boulenaz. "Pensé que en el juicio darían una condena ejemplar, pero ninguno de los 3 jueces se la jugó. Solo nos queda la esperanza de que en el TIP (Tribunal de Impugnación Penal) los jueces de ese lugar hagan las cosas bien, con el corazón y teniendo en cuenta todas las pruebas que hay."
La madre expresó su impotencia al saber que Roldán "está en su casa, en la pileta tomando sol, seguramente y descansado mientras vos ya no estás".
La carta concluye con una promesa de seguir luchando hasta que el condenado cumpla su pena en la cárcel, y un emotivo adiós: "dónde estés te mando un gran abrazo y un beso al cielo, mi morocha de ojos café fuiste lo más hermoso que tuve estos 22 años. Te amo hoy y siempre".
