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EL DIARIO digital
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El portazo de Martín Berhongaray todavía resuena. Su paso al costado de la candidatura legislativa puso en crisis a Juntos por el Cambio.
La ausencia del último candidato a gobernador y la falta de consenso sobre un posible reemplazo, ante la ausencia de nombres fuertes, genera tensiones entre los principales partidos de la alianza, la UCR y el PRO.
Hay una fecha límite: el 7 de agosto deben formalizarse las alianzas electorales y es improbable que los dos sellos decidan ir juntos si antes no resuelven los nombres de las candidaturas.
La situación actual de la UCR y el PRO
El anuncio de Berhongaray de no participar en la contienda dejó un vacío en la coalición. Durante todo el año, su nombre había sido considerado el más probable para encabezar la lista, especialmente después de su desempeño electoral en 2023 y su ausencia del mundillo político en 2024.
Sin embargo, Berhongaray le sacó el cuerpo a la legislativa para centrarse en su candidatura para la Gobernación de 2027. Gambetea el riesgo de una postulación en la intermedia.
Este cambio de rumbo generó desconcierto dentro de la UCR, que había identificado a "Pachequito" como cabeza natural de la lista. El PRO también había mostrado disposición a respaldar su liderazgo, pero la renuncia a la postulación puso en jaque las negociaciones.
Riesgos para la coalición
La falta de un candidato fuerte pone en peligro las posibilidades de Juntos por el Cambio de ser uno de los "tercios" de la elección, junto al peronismo, tradicionalmente fuerte en la provincia, y el espacio libertario, que según la mayoría de las encuestas tiene un piso electoral cercano al 25%.
Para dar pelea en las mismas condiciones, Juntos por el Cambio necesita una figura competitiva al frente de su lista.
El PRO mete presión para que la UCR saque de la galera un candidato con alta competitividad, y complementar esa lista con una referencia amarilla, posiblemente del norte provincial.
Pero si no hay un acuerdo antes de esa fecha, no se descarta que el PRO caiga en la tentación de buscar una alianza con La Libertad Alianza (LLA), que tiene al economista Adrián Ravier como candidato seguro y que ya tejió cercanías con referencias del diputado nacional Martín Maquieyra.
Alternativas dentro de la UCR
El jefe de la bancada provincial de la UCR, Poli Altolaguirre, fue propuesto como candidato, pero él mismo rechazó la posibilidad. Poli está insatisfecho con la dirigencia de su partido: él mismo había apostado a una alianza con LLA y Comunidad Organizada, pero su idea cayó en saco roto.
También se tiró al ruedo el nombre de Abel Sabarots, intendente de General Acha, que también sueña con la carrera 2027. La relación de proximidad con el gobierno de Sergio Ziliotto complica una candidatura de tono crítico contra el peronismo.
El exintendente de Santa Rosa Francisco Torroba, que salió con los tapones de punta contra Berhongaray, se animó a sugerir públicamente el nombre de Marcela Coli, actual diputada nacional. Coli, que se alinea con Facundo Manes, no tiene apoyo amplio en la UCR, y mucho menos dentro del PRO. Parada en la vereda de enfrente de Javier Milei, las críticas le vienen más por el lado del pragmatismo: no tiene fuerza electoral propia.
Posibles escenarios
La incertidumbre es tal que dentro de Juntos por el Cambio en las últimas semanas se han discutido entre las alternativas la posibilidad de que el senador Daniel Kroneberger asuma un papel de liderazgo. Tiene mandato como senador hasta 2027y ha mantenido una postura ambigua frente al gobierno nacional.
También ronda el nombre de la intendenta de Eduardo Castex, Mónica Curutchet, aunque ella misma desechó semanas atrás la idea de una candidatura.
La situación es incierta y tanto la UCR como el PRO deberán definir en las próximas semanas una estrategia común si desean evitar una fragmentación y garantizarse competitividad.