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EL DIARIO digital
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Lejos del tradicional ceremonial político, Di Nápoli adoptó un "modo rockstar" durante el evento. Llegó de la mano de su mujer embarazada y de bajo perfil, sin la habitual cohorte de funcionarios que suelen rodear a los mandatarios. Eligió hablar parado en medio de la calle, sin ataduras a un atril o a un discurso leído. Su alocución fue un fluir espontáneo, donde prefirió evocar su infancia y adolescencia, conectando con la vida cotidiana del santarroseño promedio y sus recuerdos vinculados al centro de la ciudad.
Este gesto no es casual. En un contexto donde la relación de Di Nápoli con la estructura partidaria del PJ pampeano viene mostrando fisuras, su accionar público sugiere una estrategia de construcción de liderazgo personal, buscando un vínculo directo y emocional con la ciudadanía, por encima de las cúpulas.
Durante su discurso, el intendente repasó los momentos históricos del espacio central, desde la fundación de la ciudad hasta la reforma de 1994, y recordó con indisimulado afecto a Oscar Mario Jorge, a quien catalogó como "el mejor intendente que tuvo la ciudad".
Acto seguido, sentenció: "Hoy estamos protagonizando el quinto gran momento en este mismo lugar. Y lo hacemos con una obra que lo pone en valor y lo lleva a la escala de una verdadera ciudad capital". La referencia a la "ciudad capital" y la "escala" puede leerse como un mensaje subliminal sobre sus ambiciones futuras.
Los recuerdos personales, como "pasear de la mano de mi vieja, de tomar un café en La Capital, de comer un tostado en el Pampa Bar", junto con la mención de locales históricos, videojuegos y las primeras salidas, buscaron construir una identidad colectiva: "Este lugar nos atravesó a todas y todos", resumió. Este tono empático y cercano es una marca de su estilo, claramente diseñado para trascender las fronteras partidarias.
El cierre del evento, con Di Nápoli rodeado por vecinos de todas las edades que, según testigos, le prodigaron más felicitaciones que reclamos, subraya la efectividad de esta puesta en escena. Para un intendente que no oculta su pretensión de ser candidato a gobernador de la provincia, mostrarse como un líder accesible, conectado con las raíces y los sentimientos populares, es una movida calculada que busca consolidar su base de apoyo por fuera de las estructuras tradicionales. Di Nápoli juega su propio partido, y la inauguración de la semipeatonal fue un capítulo clave en ese libreto.