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EL DIARIO digital
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La conductora de la moto nunca estuvo detenida. A otra mujer -la conductora de un auto que paró para que María Eugenia cruzara, previo al impacto- ni siquiera le tomaron declaración en el lugar: era de Bahía Blanca y la dejaron seguir. Tampoco está su testimonio en la investigación.
María Eugenia Affonso tenía 19 años. Le decían "Rusita". Fue atropellada por una moto Honda 105 -que iba de sur a norte- en el cruce de Circunvalación y Neveu. Allí hay semáforos. Estaba terminando de cruzar, de oeste a este, cuando un auto paró para dejarla pasar. Pero la moto que vino detrás la atropelló, la tiró por el aire y cayó a varios metros del impacto.
No tuvo fractura de cráneo: la violencia del choque directamente le desgarró el cerebro.
Norma Caño, la madre de María Eugenia, pide justicia. Dice que en la causa no hay nada. Ni detenidos y ni siquiera la certeza de lo que ocurrió.
La mujer, en diálogo con El Diario, apuntó contra el Ministerio Público Fiscal. La causa por ahora está en manos Fernando Pallota, que es prosecretario de la Unidad de Atención Primaria. Todavía se está evaluando a qué temática y a qué fiscal pasará.
"Quieren cerrar la causa y mandarme a la casa. No lo voy a permitir como madre", se plantó. "No pido un milagro, porque mi hija no va a volver. Pero saber lo que pasó. Y si alguien hizo algo negligente, que lo pague", aseguró.
La joven salía de su clase de taekwondo cerca de las 9.45 de la noche del jueves 6 de marzo pasado. Quería entrar a la Policía. Estudiaba Derecho en la UNLPam.
"Ese día se fue a las siete y cuarto. María Eugenia se va a taekwondo y me dice: 'chau, má'. A la salida, en el paso peatonal de Circunvalación y Neveu, cruzó para tomar el colectivo", relató la mujer. Y evaluó que esos semáforos son muy rápidos.
"María Eugenia no alcanzó a cruzar. Apareció un auto que frena, pero detrás venía a gran velocidad una moto que le pega en el cuerpo, la tira por el aire y con esa fuerza le desgarra el cerebro desde el tronco encefálico y cae varios metros más allá. Ahí quedó María Eugenia", recordó con dolor.
"No hay cámaras y no se ve exactamente lo que sucede", afirmó. Las cámaras fueron colocadas en el lugar una semana después de la muerte de María Eugenia.
Norma insistió sobre la violencia del impacto que sufrió María Eugenia. "No tuvo ninguna quebradura en la cabeza y en el cuerpo. Solo tuvo un dedo quebrado. Pero la fuerza del choque la mató, le produjo la pérdida de masa encefálica", dijo al detallar la explicación que le dieron los médicos del área de Cuidados Intensivos del Hospital Favaloro, donde su hija agonizó durante dos días.
La moto era conducida por una mujer. "Dice que no se acuerda nada. Pero los testigos dicen que estaba preguntando por mi hija", afirmó. La mujer que conducía el auto y que frenó era de Bahía Blanca. Como estaba "en tránsito", la Policía no le tomó el testimonio y la dejó ir.
La madre de la víctima también denunció que le avisaron cuatro horas después del siniestro. "Me avisaron cerca de la una de la mañana. Pero ella tenía en sus pertenencias y en la billetera, la mochilita, tenía el celular... tenían los datos de ella y de su familia", dijo.
"A la una menos diez de la mañana se presentó un móvil de la Seccional Segunda en mi casa. Tienen todas las posibilidades de avisar a la familia. Ella llega viva al Favaloro. Ella ingresa a las diez y veinte al hospital. Llega respondiendo una orden. Si me hubieran llamado media hora después, una va Favaloro. Si me hubieran avisado ,yo podría haber estado en el último instante de la vida de mi hija", lamentó Norma, llorando y quebrada por esa evocación.
La orden a la que respondió María Eugenia cuando ingresó al Hospital Favaloro fue la de mantener los ojos abiertos. "Por lo menos que supiera que su madre estaba al lado", agregó. "Ellos me impidieron ese derecho de estar ahí. Una madre, por más que un hijo sea grande, es la mamá y yo debía estar ahí. Esos son los errores, que son horrores humanos, que espero que los corrijan", afirmó.
Cuando Norma pudo ver a su hija ya estaba sedada, entubada y con todos los artefactos para asistirla. "María Eugenia tuvo muerte cerebral al otro día. Ahí pido estar. Para mí era María Eugenia conectada, esperando sobrevivir", indicó la mujer.
Por eso le molestó la insistencia sobre el cuerpo y la desconexión de los aparatos. "Me explicaron, les dieron el parte a mis hijos. Pero ella no tenía quebraduras, la había atropellado una moto. Yo tenía esperanza que se iba a recuperar. Pero me estaban diciendo del cuerpo, del cuerpo, que la tenía que desconectar rápidamente", relató.
Sin nada
En la causa nunca estuvo detenida la conductora ni se tomó alguna medida. Según contó Norma Caño a este diario, le dijeron que "están juntando información".
"A mí me da la impresión que no lo han leído mucho (al caso). Sé que tienen mucho trabajo, que están ocupados, pero yo tenía una sola María Eugenia", indicó la mamá de la joven.
"No tengo la misma vida porque me la rajaron en pocos minutos. Quiero que trabajen a conciencia, para tener todo sobre la mesa. Y que sea la verdad. No había cámaras, no tengo la culpa. Tendría que tener las respuestas que me están matando: si la mató el auto, la moto, los dos. Qué es lo que pasó", planteó.
La mujer no tiene abogado, pero pidió el expediente. "Quiero que no se basen en suposiciones. Tienen que garantizar el proceso, pero quiero saber lo que pasó", indicó.
Luego dijo que a la conductora del vehículo que frenó y dejó pasar a María Eugenia en el instante previo al impacto que resultó mortal, "la dejaron ir y ni siquiera la llamaron a dar su versión de lo que pasó".
Respecto a las charlas con Pallota en la Unidad de Atencion Primaria, indicó lo siguiente: "Me dijo que no busque justicia en que le den dos o tres años de cárcel a la persona que mató a mi hija, sino en algo que me haga bien, que buscara algo espiritual".
"Me dio la impresión que ni siquiera había leído el expediente", confió la mujer. "Como yo tome el duelo es cosa mía. Ellos tienen que investigar", reclamó.
La familia de Norma buscó cámaras particulares en la zona para ver qué ocurrió, pero no obtuvieron nada. "No sé si ellos lo buscaron", dijo la mujer sobre los investigadores del caso.
"Así está la justicia en La Pampa. Uno escucha de tanta impunidad y piensa que no le va a pasar. Pero no saben el dolor que es. Ellos han naturalizado los accidentes. Si hubiera un puente, María Eugenia estaría vivo. Puede haber otra muerte ahí por ese paso", advirtió.
Finalmente, volvió a recordar la desesperación de las horas en la que esperó y buscó a su hija la noche del siniestro. "Ella avisó a su hermano mayor que había salido. Pero cuando se hizo la hora que tenía que llegar empezamos a mandarle mensajes. Y la empecé a llamar, a llamar... no me contestaba. Pensaba que había perdido el celular. Ella tenía el documento en la mochilita, con el número entran y saben todo de la familia", explicó la mujer. Norma vive a solo nueve cuadras del Hospital Favaloro.