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EL DIARIO digital
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Otra nutrida asamblea en el Centro Municipal de Cultura desnudó el creciente malestar de trabajadores y trabajadoras con ese sector de la conducción municipal y dejó en claro que el conflicto está lejos de apaciguarse.
Al contrario de las expectativas de las autoridades, ese conflicto involucró en las últimas horas a más actores de la propia Secretaría que maneja Natalia Lara, ya que en el CMC sumaron sus voces, y en el mismo sentido, empleados y empleadas de las áreas de Educación y de los Centros de Desarrollo Infantil.
También hubo representación del área de Género, que pertenece a otra Secretaría, porque la aspiración es que haya un encuentro general de municipales de diversos sectores. Trabajadores advierten que se percibe de modo notable el miedo a represalias.
El malestar tendrá repercusión seguramente en el Concejo Deliberante, para convertirlo en caja de resonancia de un reclamo que, dicen los sectores trabajadores, no tiene eco entre funcionarios y funcionarias.
En la asamblea estuvo presente la conducción provincial de la Asociación de Trabajadores del Estado, que evaluó estrategias, garantizó derechos y analizó la situación política de la reacción comunal con sorpresa e interpretando que es una conducta grave, incluso en comparación con gestiones anteriores.
Lara comenzó su gestión como secretaria con el "segundo tiempo" de Luciano di Nápoli. El intendente la empoderó, ya que además de ponerla a cargo del área Cultural y Educativa también la dejó al frente de Deportes, Turismo y los CDI. En el momento de asumir sus funciones, Lara juró por el propio intendente.
Lara, docente, ya había sido directora de Educación en la primera gestión, y ya entonces disparó reclamos laborales que en general fueron desatendidos por las esferas superiores. En ese momento el secretario de Cultura era Pablo Ferrero, ahora designado en una dirección de otro espacio.
Trabajadores y trabajadoras explican que con los cambios de autoridades comenzó una fase de maltrato, violencia institucional y tal ninguneo a lo que puedan aportar que se produce un "vaciamiento" del área: eso fue lo que formalmente denunció ATE a través de un documento que se hizo público a principios de este mes.
"Quienes trabajan en el CMC tienen una historia de resistencia y lucha en defensa de los derechos culturales entendidos como parte de los derechos humanos", advirtió el gremio. Desde el CMC, entre otras cosas, se resistieron las políticas autoritarias del intervenido exintendente Juan Carlos Tierno, quien pretendía reconvertir los espacios culturales en ámbito policial y de vigilancia. También el CMC se plantó ante la avanzada del exintendente Leandro Altolaguirre, quien pretendía naturalizar el "negreo" de ese sector trabajador y debilitar las políticas culturales.
Ahora, el intendente di Nápoli está muy al tanto de los reclamos, pero a partir de su accionar político, y también de sus omisiones, sostiene las decisiones de Lara. El gremio exige, al menos, que se abran paritarias para poder resolver las problemáticas que se vienen interponiendo al desarrollo de las funciones de los trabajadores y las trabajadoras.
ATE asevera que "en los seis meses de la nueva gestión hasta la actualidad, ningún área cuyo trabajo esté vinculado a la Cultura pudo desarrollar cabalmente sus funciones ya sea por falta de materiales, herramientas, difusión, condiciones edilicias, mobiliario básico, ropa y calzado de trabajo. A esto se le suma la burocratización permanente del cotidiano laboral, lo cual no solo afecta a quienes trabajan en la dirección, sino también, y fundamentalmente, vulnera el acceso al derecho a la cultura de la comunidad santarroseña".
Lara intentó relativizar el reclamo, aludiendo a que lo motorizaba "un grupo", aunque con las sucesivas reuniones y asambleas, aún en un período de cierto parate por las vacaciones de invierno, tuvo un ejemplo claro de que el conflicto irá escalando si no hay respuestas.
También respondió públicamente con cuestiones semánticas: "A mí me parece que en este contexto hay que ser muy cuidadosos y cuidadosas de las palabras que se utilizan, porque violencia, vaciamiento, no serían las palabras que se utilizarían, me parece, para este tipo de situaciones".
Agregó: "lo que hay son muchas propuestas de gestión, muchísimo trabajo diario y hay un trabajo en equipo, de eso se trata, de defender la democracia. Vos en tu lugar de trabajo tenés jefes, ¿verdad? Que definen cuáles son las líneas de trabajo, qué es lo que vas a hacer, por dónde vas a ir. Bueno, eso se llama democracia, trabajo en equipo, se definen acuerdos y después se respetan", completó.