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EL DIARIO digital
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General Pico (Agencia) - La presentación de un proyecto de ordenanza de Juntos por el Cambio, que fue rechazado por mayoría, disparó el cruce de chicanas entre oficialistas y opositores. La concejala del FreJuPa Daniela Cabrino mandó a estudiar a la bancada opositora en el marco de una discusión que tuvo como eje a la Universidad Pública, la política y el agua caliente.
El proyecto original contemplaba la instalación de un dispenser para agua caliente para mate y paneles solares para la recarga de teléfonos celulares y dispositivos en la Facultad de Veterinarias. Aunque, luego de los cruces en comisiones internas, el bloque de JxC ya había declinado el pedido de los paneles solares y solicitaba solo el dispenser de agua.
Cabrino pidió la palabra para señalar que "la importancia que puede tener la Universidad para el Ejecutivo Municipal no tiene que ver con un dispenser, tiene que ver con políticas que se implementan en lo cotidiano, como por ejemplo en este momento que desde Desarrollo Social se esté acompañando a muchos de los estudiantes que viven en Pico y que necesitan todos los días el acompañamiento para poder comer y seguir estudiando".
Recordó luego que "esto se habló en la comisión y lo que se dijo fue: ¿por qué exigirle al municipio algo que le corresponde a Nación? Esto no le corresponde al municipio, quien tiene que invertir en las Universidades es la Nación, no las municipalidades".
Para luego chicanear a los opositores al solicitar "una capacitación" para todos los concejales "para tomar conocimiento de las facultades de cada uno de los poderes". Remarcó que "quiero creer que es por desconocimiento, pero muchos de los proyectos que se presentan son inviables por desconocimiento de cómo funcionan los sistemas y las competencias de cada uno de los organismos del Estado". Y remató: "No es la primera vez que presentan proyectos por los cuales después se ofenden cuando se los rechazan, pero, en realidad, es que están mal presentados".
El concejal de JxC Leonardo Ananía recogió el guante y señaló: "Bueno, vamos a ponernos a estudiar". Para justificar luego que "la idea era colaborar con la Facultad, con los chicos, se puede hacer perfectamente, a la Universidad no le costaba un peso, el valor del dispenser es mínimo y, además, el costo del dispenser se iba a pagar con la plata que los chicos iban a dejar de usar para calentar el agua para gastarla en otra cosa".
Y consideró luego que "en el fondo, me parece que hay una cuestión política que tiene que ver con rechazar las iniciativas que tiendan a colaborar con el mejor funcionamiento de la Universidad. Creo que hay una cuestión política, no hay otra razón para rechazar el proyecto".
El justicialista Roberto Gómez también se metió en el barro y aseguró que "la prioridad que hoy tiene es abastecer los insumos necesarios para que los chicos sigan realizando sus prácticas con la tenencia de los productos veterinarios".
Para destacar en ese sentido que en el último tiempo veterinarias locales aportaron productos a la Facultad por alrededor de cinco millones de pesos, sin que la unidad académica deba aportar dinero por ello. "Eso es organizar, dar prioridad y no suspender, ni hacer caer el nivel de estudio que tanto prestigio tiene nuestra Universidad Nacional", remarcó Robledo.