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La cosecha fina, en medio de un escenario climático "favorable"

Los productores vienen con una cosecha gruesa complicada y se encaminan a un nuevo ciclo de siembra en invierno. Predomina la incertidumbre en el sector y si bien se muestran optimistas, mantienen reservas.

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EL DIARIO digital

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La cosecha fina en la región pampeana se encuentra en medio de un escenario "favorable", según dio a conocer la Bolsa de Cereales de Buenos Aires en su primer informe de pre- campaña de cosecha fina -trigo, cebada, avena, centena-, con las proyecciones de siembra, cosecha y aporte económico de los cultivos.

De todos modos, el otoño del año 2024 se presenta con una complejidad climática que refleja la activación tardía del evento "El niño" (fenómeno que produce un calentamiento a gran escala de las aguas superficiales), con precipitaciones sobre lo normal en prácticamente todo el territorio nacional, y un inicio de temporada de heladas en fecha normal, a diferencia de la temporada pasada.

El invierno del año 2024 marcará el final del ciclo climático 2023/24 y el inicio del 2024/25. Respecto al fenómeno "ENSO", se observa una reducción significativa en las diferencias entre las perspectivas más optimistas y pesimistas. Actualmente, la mayoría de las previsiones apuntan hacia un estado dentro del rango "Neutral Frío", con una tendencia gradual hacia un "La Niña".

En este escenario, se espera que la región Noroeste argentino registre precipitaciones superiores a lo normal, el centro de la Región Pampeana observaría precipitaciones algo inferiores a lo normal y la región del Chaco y norte, este y sur de la región pampeana registrarían precipitaciones cercanas al rango normal. En cuanto a las temperaturas, se espera que los eventos de heladas alcancen intensidades fuertes, pero finalizarían a mediados/fines del mes de julio.

En este contexto, los productores -que vienen con una cosecha gruesa complicada- se encaminan a un nuevo ciclo de siembra en invierno, donde predomina la incertidumbre en el sector y si bien se muestran optimistas, mantienen reservas.

En principio, se dará una campaña estándar. Los relevamientos delinean una posible estabilidad en el área de siembra del trigo, igualando los 5,9 millones de hectáreas (MHa) alcanzadas durante el ciclo anterior. Este valor queda supeditado a la evolución de las variables climáticas y económicas de aquí hasta el momento de comenzar con las labores de implantación.

Al ampliar la foto, esta proyección de superficie representa una disminución del 6,9% en comparación con el promedio de las últimas cinco campañas.

Los sí y los no

"A diferencia de las últimas 3 campañas, frente a un escenario agroclimáticamente favorable para la siembra. Con la activación tardía del fenómeno de "El Niño", que desencadenó lluvias abundantes durante marzo y abril sobre toda el área agrícola, dificultando las labores de recolección de gruesa, se dio la recuperación al menos parcial de las reservas del perfil. Sumado a ello, ciertas cuestiones de manejo (rotación de cultivos, preservación del suelo, control de adversidades biológicas y economía del agua) y la necesidad de refinanciamiento a partir de la siembra de un cultivo que pueda cumplir un doble propósito (cosecha de grano comercial o consumo como recurso forrajero) son otros de los factores que, en segunda instancia, también actúan a favor de la intención de siembra de trigo", se detalla en el informe de la Bolsa de Buenos Aires.

Sin embargo, también entra en juego el factor especulación de los productores, que ante la previsión de un año atravesado por el fenómeno "La Niña", preferirían "guardar" la tierra directamente para la próxima campaña gruesa. "Esto lleva a muchos productores a optar por realizar barbechos largos, con el objetivo de reservar la humedad almacenada recientemente para los cultivos de gruesa del próximo ciclo. Por otro lado, el marco económico establece algunos obstáculos a la hora de definir el planteo productivo del cereal. Los costos elevados de los insumos dados los precios del cereal comprimen los márgenes proyectados afectando la competitividad del cultivo".

Precio del trigo

Los precios de los granos han sufrido un proceso deflacionario en los últimos años. Específicamente, el trigo primera posición de Kansas, ha mostrado prácticamente una tendencia decreciente desde los máximos alcanzados en 2022. Aunque en agosto de ese mismo año, los precios experimentaron un breve repunte que perduró apenas 2 meses. Actualmente, dicha cotización se ubica en valores cercanos a los 212 USD/tn, lo que representa una caída del 32% en comparación con abril del año pasado y un -14% respecto al promedio de los últimos 5 años. Con relación a los otros granos, el maíz tuvo una tendencia similar al trigo, cayendo un 34% interanualmente y un 16% respecto al promedio. En el caso de la soja, la caída fue menos pronunciada, reduciéndose un 21% y 5%, respectivamente.

En el plano local, desde principios de marzo, el precio promedio FOB a cosecha del trigo en Argentina ha experimentado una recuperación, alcanzando los 230 USD por tonelada, lo que representa un incremento del 10%, o una ganancia acumulada de 20 USD por tonelada. Este aumento se produce después de las significativas caídas registradas desde abril del año anterior, que resultaron en una reducción acumulada del 19%.

Baja rentabilidad

En momentos de crisis como el actual, el productor argentino suele hacer un cálculo minucioso para determinar qué cosechará y en qué cantidades. La rentabilidad es uno de los factores claves para que decida si avanza con todo o mantiene ciertas reservas. Sobre este último punto, Natalia Ariño, economista de Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), observó que en marzo, el índice FADA dio 65%, es decir, que de cada $100 de renta en una hectárea agrícola, $65 son impuestos.

"La situación para el productor de trigo es compleja para la campaña 2024/25. Los costos han ido en aumento, mientras que el precio se encuentra por debajo del promedio histórico de los últimos 4 años. Los costos en pesos, como la siembra, pulverización, cosecha y fletes, comparando marzo 2024 con marzo 2023, aumentaron entre un 176% y 270%. También subieron los costos en dólares. Este doble movimiento implica una reducción de la rentabilidad del productor en un momento tan importante para la toma de decisiones", dijo a modo de contexto.

Y añadió: "Esto podría hacer que disminuya la intención de siembra en trigo, si no se toman medidas que acompañen la situación del productor. La reducción sobre aranceles de importación a los fertilizantes anunciada la semana pasada es positiva, no es suficiente y tiene poco impacto en los costos del productor. En el caso de la Urea, que es la de mayor impacto, genera un impacto de 3 dólares por hectárea".

En este orden, desde la Bolsa de Cereales indicaron que predomina la incertidumbre: "Por un lado, hay agua disponible ahora para sembrar, pero se prevé la "niña" -fenómeno que produce un enfriamiento a gran escala de las aguas superficiales- para primavera. Lo que hace poner en duda al productor si hace un trigo/soja o hace una soja de 1er tiempo, por ejemplo -la cosecha se suele dividir en dos veces-.

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