"Desfinanciar la universidad es una decisión política"

La decana de la Facultad de Ciencias Exactas, Nora Ferreyra, consideró que  "desfinanciar a la universidad es una decisión política" y reveló que los gastos que tienen que afrontar se han triplicado mientras cuenta con los mismos recursos que el año pasado para hacerle frente.

"Espero que la sociedad nos acompañe para defender este derecho y podamos revertir esta mirada mercantilista que se quiere imponer", afirmó, consultada por El Diario. Ferreyra es una de las decanas que acompañó durante  esta semana la declaración de emergencia de la UNLPam.

Actualmente, en la Facultad citan once carreras de grado, cinco licenciaturas (en Matemática, Física, Ciencias Biológicas, Química y Geología), cinco profesorados (en Matemática, Física, Ciencias Biológicas, Química y Computación) y la Ingeniería en Recursos Naturales y Medio Ambiente, una carrera de pregrado, la Tecnicatura en Informática de Gestión y cuatro carreras de posgrado, tres maestrías y un doctorado.

La planta docente está compuesta por alrededor de 240 personas, muchas de ellas con más de un cargo, ya que es bajo el porcentaje de cargos con dedicación exclusiva. El equipo nodocente está compuesto por 34 personas, donde se incluye personal de mantenimiento, limpieza, administrativo y técnico profesional. En cuanto a estudiantes, tienen alrededor de 1400 estudiantes activos en las carreras de grado y pregrado. Participan además en el programa UNLPam en el Territorio, donde ya se han graduado algunas personas del interior de la provincia, en la Técnicatura en Informática de Gestión.  Asimismo, en el área de investigación y extensión se desarrollan alrededor de 100 proyectos en las distintas áreas de estudio. 

- ¿Cuál es la situación presupuestaria al día de hoy? -le consultó El Diario a Ferreyra.

-La situación es la misma que en el resto de las unidades académicas, muy preocupante. Muchos de los gastos fijos se cubren desde el rectorado, por ejemplo, la electricidad o el gas. Acorde a lo informado, la factura de electricidad se quintuplicó en el último período. Y como ese, la mayoría de los gastos de funcionamiento. 

En particular, como ejemplo de las compras que se realizan habitualmente en nuestra Facultad, un bidón de lavandina que en marzo de 2023 costó 800 pesos, en marzo de este año lo pagamos 3150 pesos. Discos sólidos para las salas de computación, el año pasado costaban 17000 y este año 53000. 

Un microscopio básico, que en marzo de 2023 costaba 1760 dólares, es decir, aproximadamente 640000 pesos, en marzo de 2024 nos presupuestaron 2150 dólares, es decir 1865000 pesos.

Sin contar con el combustible y el mantenimiento de los vehículos para realizar viajes de aplicación práctica que son esenciales en nuestras carreras.

 Y contamos con el mismo presupuesto que el año pasado….

- ¿Cuáles son los efectos que ya produjo el ajuste en el funcionamiento de la facultad?

-En este momento, no hemos podido hacer contratos de mantenimiento y servicios, que en otros períodos se realizaban para todo el año. Por ejemplo, el servicio de agua, o el mantenimiento de elevadores y otros equipos, en esta ocasión se realizaron por tres meses. Algunos profesores viajeros están espaciando los viajes y dictan algunas clases de manera virtual, ya que es complicado cubrir el total de pasajes y viáticos. Con estas restricciones y algunas reestructuras presupuestarias que se están haciendo, consideramos cubierto el primer cuatrimestre, esperemos que se resuelva esta situación antes de julio. 

-¿Qué capacidad de continuar su actividad tiene la facultad de persistir con el mismo presupuesto prorrogado y las mismas restricciones de fondos?

-Las compras de insumos para dictar clases en el primer cuatrimestre, ya se realizaron y, como dije antes, considero que las clases se van a poder cubrir bien este período. Más adelante, habrá que evaluar según lo que nos vaya quedando y cómo evolucionen los precios.  

- ¿Puede llegarse a un extremo de cerrar la facultad o llegar a un arancelamiento forzado?

-Quiero pensar que no se llegará a ese extremo. Desfinanciar la universidad es una decisión política, espero que la sociedad nos acompañe para defender este derecho y podamos revertir esta mirada mercantilista que se quiere imponer. Desde la institución nunca dejaremos de reclamar por el derecho a una Educación pública, inclusiva, de calidad y, por supuesto, no arancelada.