La Pampa

Puestero denunció a sus primos por el robo de materiales por 2.500.000 pesos

Se trata del Puesto "El Pampeano", propiedad de Onésimo Llantén. Acusa a sus sobrinos del robo, con quienes tiene un largo conflicto por la propiedad del puesto.

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EL DIARIO digital

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Un puestero de la zona rural de 25 de mayo denunció el robo de alambre, varillas y hasta el cartel del puesto, valuado todo en 2.500.000 pesos. Onésimo Llantén, el propietario del puesto "El Pampeano", denunció el hecho producido el pasado lunes 8 de enero. 

En la Comisaría de La Reforma, Llantén realizó la denuncia y detalló el faltante de un poste de caldén, 2.500 metros de alambre de acero liso, 100 varillas de madera, 20 torniquetes de madera y el cartel en acceso al predio, con reseña del campo. Según el puestero, lo robado está valuado en 2.500.000 pesos.

En la denuncia, el puestero agregó que "en horas de la tarde de ese mismo día se observó una camioneta oscura, marca Toyota, color oscuro, tripulada por dos personas, Adriel llantén y otro de apellido Quintana, terno de Hugo llantén, quienes se retiraron el martes 9 por la mañana". Estas personas del mismo apellido del denunciante son primos, con quienes Onésimo mantiene un conflicto por la propiedad del puestero. 

En la presentación judicial, se detalla que esa misma camioneta fue observada por personal de una empresa petrolera que pasa por el campo y que, al ver a los trabajadores, el rodado se fue del lugar. Además, Onésimo Llantén confirmó que hay dos testigos que pueden dar cuenta de lo denunciado

Pelea de larga data

Este no es el primer conflicto entre los primos Llantén, las disputas llevan más de una década. 

A fines de octubre del año pasado, el puestero denunció que recibió amenazas y tuvo que refugiarse en el área de La Reforma. Antes, Onésimo había enviado una carta documento a los presuntos usurpadores prohibiéndoles ingresar a ese puesto. Hicieron caso omiso y amenazaron con prender fuego los postes del alambrado.

Los protagonistas de las amenazas ya fueron desalojados por la Justicia de un puesto lindero al que ahora pretenden tomar. Pero al poco tiempo volvieron, rompieron candados y cerraduras de la casa y se volvieron a instalar. Una situación similar vive el hermano de Onésimo, Gerardo Llantén, quien logró que un juez desaloje a sus sobrinos, pero luego estos retornaron, violentaron candados y cerraduras y permanecen en el lugar del que fueron expulsados por la Justicia.

En el caso de Onésimo, sus sobrinos además le sacaron los carteles del campo, cambiándolos por un cartel propio, argumentando que son una comunidad originaria. Según la versión de la familia del puestero, alambraron partes del campo -de los límites que le otorga la mensura a Onésimo-, ambos casos denunciados y archivados por la fiscala de 25 de Mayo, Eugenia Bolsan. Todo esto a pesar de cobrar servidumbre de ambos campos desde el año 2010.

El hijo de Onésimo Llantén -Claudio Alejandro Llantén- radicó una denuncia penal en la Comisaría de La Reforma este jueves 26 de octubre, donde expresa: "…en momentos en que estaban descargando postes para alambrar el inmueble, se hicieron presentes los Sres. Hugo Llantén, Gustavo Llantén y Adriel Llantén, amenazando al personal que estaba descargando el equipo y aduciendo con prenderles fuego todos los postes que se compraron (…). En el lugar se encontraban Anselmo Sosa y los Sres. Hernández Oracio (sic) y Cristian Figueroa, encargado de la subcomisaría de Colonia Chica, quienes habían ido a visitar al Sr. Sosa que estaba al cuidado de la casa…".

Más adelante, en el texto de la presentación se lee: "…no es la primera vez que estas personas intentan usurpar el campo de Onésimo, y que desde el año 2010 cobran regalías petroleras (servidumbres) a través de un papel falsificado que le hicieron firmar a mi padre (Onésimo Llantén) engañándolo con que era un contrato de alquiler".

Agrega que "el padre de Claudio no sabe leer ni escribir y firmó en confianza porque son los sobrinos y lo estafaron. Que se presenta para dejar constancia de las amenazas que sufrió su padre anteriormente por parte de Gustavo, Adriel y Hugo Llantén. Que temen por su integridad física atento a que no es la primera vez que son amenazados por estas personas que se presentan intempestivamente amedrentándolo y diciéndole que tiene que abandonar el campo porque si no lo hace de forma voluntaria lo van a sacar a palos ellos mismos…".

En septiembre, Onésimo Llantén había enviado una carta documento a los sobrinos que ahora denuncia lo amenazan, donde, en uno de sus párrafos, señala: "…se le hace saber (a Hugo Llantén) que ante la posición violenta, fraudulenta y engañosa mantenida por Ud. y su familia de amedrentamiento y su intención ilegal (ya denunciada) de intentar tomar las tierras que me pertenecen le comunico que tiene prohibido tanto Ud. como cualquier integrante de su familia, el ingreso, permanencia, circulación, pastoreo de animales, extracción de leña, etc., en puesto 'El Pampeano'…"

Si bien la situación de la mayoría de los puesteros es de alta vulnerabilidad -porque el Gobierno de La Pampa nunca les dio la oportunidad de disponer de los títulos de las tierras a familias que llevan en ellas en algunos casos más de cuatro generaciones-, en general son reconocidos como ocupantes a través de un permiso que debe renovarse periódicamente, de modo que nunca tienen antigüedad, por lo que no podrían iniciar un juicio de usurpación a pesar del tiempo de su estadía en esos lugares.

Sin embargo, Onésimo Llantén ha sido precavido y, aunque no sabe leer ni escribir, se ocupó en realizar una mensura y de pagar el impuesto inmobiliario rural, a pesar de que sus derechos de servidumbre lo perciben sus sobrinos.

La familia del puestero que ahora denuncia amenazas fue reconocida y reubicada cuando se construyó el lago Casa de Piedra. Un antiguo documento foliado del Ministerio de Obras y Servicios Públicos de la época detalla las familias que fueron reubicadas, ya que vivían en lo que hoy es el espejo de agua. En esa nueva organización, el puesto N° 6 (donde ahora pretenderían expandirse las personas que amenazaron a Onésimo) fue otorgado al grupo familiar compuesto por Onésimo Llantén, Silvia Martínez de Llantén, Claudio Alejandro Llantén (quien radicó la denuncia en la Comisaría de La Reforma), Noemí Argentina Llantén, Norma Alicia Llantén, Luis Orlando Llantén, Gisela Jaquelín Llantén y Silvia Marisol Llantén. El puesto N° 7 les fue dado a Pilar Hernández de Romero y Delmiro Romero, y el puesto N° 8, a Ernesto Romero, por citar a algunos de los vecinos del puesto ahora en cuestión.

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