Tensa expectativa electoral: el oficialismo es el que más se juega

El oficialismo pampeano es el que más se juega en la provincia en la elección de este domingo y esa circunstancia provoca una tensa expectativa en el "PamPeronismo", pese a que parece casi cantado el resultado respecto de las bancas del Congreso que se ponen en juego.

La votación por las diputaciones nacionales prácticamente no tiene misterios: se renuevan dos bancas, las que dejan el ultravernista Hernán Pérez Araujo y el radical Martín Berhongaray y es casi un hecho que esos escaños serán ocupados por el justicialista Ariel Rauschenberger que encabeza la boleta de Unión por la Patria y el macrista Martín Ardohain, que se postula por Juntos por el Cambio.

En la provincia sólo hay otra candidatura para esa categoría, la de Claudia Lupardo como referente del Frente de Izquierda. Ni Javier Milei con la Libertad Avanza ni Juan Schiaretti consiguieron presentaron candidaturas para el Congreso.

El que pone más en juego, obviamente, es el oficialismo, sobre todo porque el gobernador Sergio Ziliotto decidió jugar a fondo en la campaña, a diferencia de lo que ocurrió en la previa de la PASO de agosto, cuando el peronismo durmió la siesta y no midió las consecuencias de su pasividad.

Desde el día en que interpretando ese comicio el gobernador dijo que había sido "un partido amistoso", preparó todo para el enfrentamiento "por los puntos", que sería el de este domingo, con la expectativa de que haya una posibilidad de revancha en la segunda vuelta del 19 de noviembre.

Si bien el PJ y sus aliados lograron la reelección en una disputa reñida, en el mes de mayo, el desempeño electoral ha sufrido vaivenes: la derrota en la legislativa de 2021 fue un aviso concreto, y en la PASO de agosto el sello de Unión por la Patria quedó en el tercer lugar. La actividad proselitista previa en esa oportunidad fue casi nula: el peronismo se hizo el distraído con la candidatura de Sergio Massa, que encima fue cuestionado en los días previos a la votación por los guiños para una obra hídrica sanjuanina que afecta negativamente a La Pampa.

En esta instancia fue notable el cambio de conducta del peronismo: con Ziliotto a la cabeza, activó herramientas del partido y del Estado para incidir en la votación. Hubo actos, charlas militantes, recorridas, visitas en todos los barrios, una virtual cadena provincial de Ziliotto llamando a votar a Massa y un gran cierre en el Día de la Lealtad.

La realidad es que la Provincia comprendió que la elección impactará de lleno sobre La Pampa y que una presidencia que no sea de Massa, según anticipó Ziliotto, impedirá que se concreten en nuestro territorio los proyectos previstos y las inversiones que se planean siempre y cuando haya un marco de producción y desarrollo. 

En todos los casos, obviamente, los impactos en las alianzas locales están atados a lo que ocurra en el nivel nacional. De acuerdo a cómo sean los resultados se dispararán reacciones y comportamientos, nuevos alineamientos o rupturas. La interna de Juntos por el Cambio ya es indisimulable y únicamente podría maquillarse si Patricia Bullrich logra meterse en el balotaje. De lo contrario, se advierte una fragmentación evidente, que ya está en la superficie: sectores del radicalismo, sobre todo, ya vienen manifestando disidencias con el PRO más duro, del mismo modo que hay dirigentes del macrismo que coquetean con Milei.

Para La Libertad Avanza, en principio, la elección será todo ganancia: ya el desempeño en la PASO fue literalmente extaordinario, inesperado para un partido que en la provincia prácticamente no tiene presencia, que cambió referencias de manera permanente, que no tiene dirigentes conocidos y que ni siquiera pudo presentar postulaciones a la diputación nacional por estar flojo de papeles.

Si bien la propia PASO aumentó las expectativas del sector, que ahora busca con real posibilidad la presidencia, para el caso de la provincia LLA no tiene compromisos ni cuentas pendientes, por lo que cada voto que sume será pura ganancia.