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EL DIARIO digital
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El equipo de fiscales que llevó adelante la investigación elevó la semana pasada a juicio oral la causa por falsificar informes médicos que beneficiaron al cirujano Jorge Rigutto, quien obtuvo la prisión domiciliaria en base a ellos mientras permanecía detenido por la acusación de abuso sexual en su contra, una denuncia de una expareja del profesional.
Ahora, la oficina judicial encargada del cronograma de debates en la Ciudad Judicial tendrá que ponerle fecha al juicio. Según confirmaron fuentes judiciales, los fiscales consideraron que se falsificaron al menos 5 informes. Allí le fraguaron la firma al médico Fernando Nadal, que primero apareció como sospechoso pero finalmente quedó desvinculado no solo porque las desconoció sino por pericias caligráficas- y declarará como testigo en el juicio.
En cambio, a Rigutto se le imputa que participó de la maniobra para fraguar 19 documentos tendientes a engañar a la justicia para lograr su domiciliaria, además de dos cohechos, uno activo y otro agravado, "coimas" en el lenguaje vulgar.
El médico Ariel Facundo Farías González está acusado de 13 falsificaciones y uso de instrumento privado. El forense Juan Carlos Toulouse está acusado por incumplimiento de los deberes de funcionario público, falsificación y uso de documentos público en un informe, y cohecho activo y agravado. Un enfermero, Rogelio Williams Tejada, fue acusado de falsificar y usar cuatro documentos privados.
Los hechos
Rigutto presentó una serie de estudios cardiológicos que fueron prueba clave para el beneficio de la prisión domiciliaria que se le otorgó en un momento de su prisión preventiva,
Los fiscales que investigan el caso lograron determinar que esos estudios en cuestión, en realidad, correspondían a una mujer que ya estaba fallecida y no al corazón de Rigutto, que goza de buena salud. En principio, quedó probado que la firma del médico que acompañaba ese informe había sido falsificada.
Con fecha de 25 de noviembre de 2022, la defensa de Rigutto presentó en la Justicia tres electrocardiogramas en lo que se dejaba constancia de supuestas deficiencias en el corazón del reconocido cardiocirujano.
Ese estudio fue el que terminó inclinando la balanza para que se le otorgara la prisión domiciliaria, dado que hasta ese momento estaba preso en la Alcaidía de Santa Rosa.
La investigación de los fiscales determinó que esos estudios médicos correspondían a una mujer ya fallecida y no era de Rigutto. El que supuestamente los avalaba era Nadal, pero se determinó que en realidad le falsificaron la firma.
Las escuchas telefónicas que se le hicieron al teléfono celular del médico Jorge Rigutto, y que derivaron en esta acusación por estafa procesal y coimas -entre otros delitos- fueron válidas y pertinentes, según lo que determinó el juez Chapalcaz y que incluso avaló el Tribunal de Impugnación Penal y el Superior Tribunal de Justicia-
El abogado Marcos Paz, actual defensor de Rigutto, llegó a decir que los fiscales intervinientes habían cometido un delito porque -según su teoría- divulgaron de un modo que no correspondía información derivada de esas escuchas.
Las escuchas se iniciaron a partir de que el médico forense Pablo Véliz le relató al fiscal Walter Martos que había recibido un llamado telefónico de Rigutto en el que le sugería un arreglo y lo incitaba a ponerse de acuerdo en "los números". El objetivo de Rigutto era que Véliz firmara un estudio médico en el que desaconsejaba la prisión preventiva efectiva del cirujano y señalara que por razones de salud su detención debía ser domiciliaria.
Una absolución apelada
Cabe recordar que el Tribunal de Audiencia absolvió el pasado 2 de junio al mediodía al médico Jorge Rigutto, acusado de abuso sexual con acceso carnal de una expareja. Durante los alegatos, el Ministerio Público Fiscal había pedido siete años de prisión para el cirujano. Los jueces aplicaron el beneficio de la duda: no hay pruebas para declararlo culpable pero tampoco para sostener su inocencia. La querella impugnó el fallo. Ese dia ordenaron la inmediata libertad del cirujano, que llevaba meses detenido.
El juicio se desarrolló durante seis jornadas, en las que el acusado declaró dos veces y se oyeron el testimonio de la víctima en Cámara Gesell y los de varios testigos de las partes. Rigutto ya tiene una condena de tres años de prisión en suspenso por el delito de "coacción" en perjuicio de su expareja.