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La campaña cobra intensidad y toma vuelo

La actividad proselitista entró en una fase de mayor actividad y visibilidad. Faltan 5 semanas para la elección y las dos fuerzas mayoritarias despliegan sus estrategias.

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EL DIARIO digital

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La campaña política con vistas a las neurálgicas elecciones del próximo 14 de mayo entró en una fase de mayor intensidad: las dos fuerzas mayoritarias despliegan sus distintas estrategias en espacios mediáticos y en el territorio.

El peronismo ya mostró algunas de sus apuestas más fuertes, sobre todo en las ciudades donde se supone que se juegan las madres de todas las batallas: Santa Rosa y General Pico. A los lanzamientos formales de la lista completa con presencia del gobernador Sergio Ziliotto se sumó la masiva caminata del miércoles, desde Villa Parque.

Juntos por el Cambio, pero sobre todo el radicalismo, desarrolla con algo de silencio su propia táctica: el recorrido por diversos puntos de la provincia donde aspira a quedarse con victorias regionales que le permitan un comicio en paridad.

Por esa razón es que el candidato a gobernador Martín Berhongaray, que derrocha optimismo, anduvo en las últimas semanas por localidades donde la oposición ya gobierna o aspira a dar un relativo batacazo.

La mirada positiva de la UCR va en paralelo con otras reacciones en el justicialismo, que viajan desde la seguridad de una victoria a la inquietud por ciertas sensaciones, sobre todo cuando se hace el punteo lugar por lugar. La aspiración del peronismo es marcar fuerte la cancha en el bastión tradicional de General Pico (donde en las legislativas siempre tuvo alguna sorpresa desagradable) y en la capital provincial, donde además se da una puja potente por la Intendencia entre Luciano di Nápoli y Francisco Torroba.

Cruce de encuestas

El exintendente agita a sus seguidores mostrando una encuesta que anuncia un empate técnico y hasta una posible victoria de la UCR, aun con los problemas internos aun no acallados en la alianza, desde que Torroba aludió a que los fiscales de mesa cobran para trabajar y Carlos Mac Allister le respondió con un calibre mayor comparándolo con "una máquina de decir pelotudeces".

El peronismo tiene sondeos que dicen lo contrario: Ziliotto y di Nápoli ganan en Santa Rosa y sus gestiones son muy bien vistas. No obstante, a la hora de los votos se reduce el porcentaje respecto de la buena imagen. Y hay una diferencia hipotética en favor del gobernador. Por eso a Ziliotto se le escapó en el acto en Santa Rosa el llamado a no cortar boleta. La dirigencia de todo color sabe que ese corte de boleta, a la hora de los bifes, será entre muy minoritario y nulo.

Juntos por el Cambio se hace ilusiones provinciales a partir de que descuenta que obtendrá victorias en algunas ciudades de real peso, como General Acha y Eduardo Castex. 

El oficialismo, en tanto, pretende mantenerse firme en Toay. Pero por debajo de la mesa comenta con preocupación que no será tan sencillo el triunfo en Colonia 25 de Mayo, donde la figura de David "El Sapo" Bravo amenaza con volver a la comuna, pese a la reciente condena por el delito de trata de personas.

Otras de las localidades más pobladas le dan aliento a la oposición: cuentan como propias a Intendente Alvear, Victorica, Guatraché, Macachín y otras localidades más pequeñas del sur. Se auguran paridades en Realicó, Ingeniero Luiggi, Catriló y Quemú Quemú, localidades estas últimas donde gobierna el peronismo pero tuvo serios tropezones en las legislativas de 2021.

A la vez, hay más de una decena de localidades en general pequeñas donde el peronismo presenta listas en soledad, con lo cual se supone que sumará votos para la causa provincial, que aunque no sean tan masivos terminarán incidiendo a favor, como por ejemplo Uriburu, Lonquimay, Luán Toro y algunas comisiones de fomento del oeste. En esa zona, el peronismo interpreta que mantendrá Telén.

Dilemas oficialistas y opositores

Lo que parece estar claro en todos los casos es que ninguna victoria será tan holgada como en los buenos viejos tiempos. De ahí que la oposición sueñe despierta, aun con los problemas que atravesó para definir sus postulaciones y aun con una boleta en la que hay nombres fuertes ausentes (Martín Maquieyra, Daniel Kroneberger, Juan Carlos Marino).

La inflación y la caída del poder adquisitivo, al margen de otras problemáticas menos graves o a veces más locales, son un caldo de cultivo que perjudica al oficialismo. El peronismo también considera que como la necesidad tiene cara de hereje, la posible paridad implicará la necesaria aparición de Carlos Verna en la campaña, en algún momento y de alguna manera todavía no definida.

El peronismo luce efectivamente unido entre sus facciones dirigenciales. Nadie saca los pies del plato, y eso se ha visto claramente reflejado en los últimos actos, pero otro de los fantasmas que rondan es el de la baja participación del electorado: se augura que será una de las elecciones provinciales con menos asistencia a las urnas y eso puede perjudicar al partido gobernante, que es el que habitualmente más moviliza.

La oposición también tiene sus dilemas. Su interna no se caracterizó por la potencia de adherentes y dejó heridas, incluso dentro del propio radicalismo. Y la estrategia inicial era polarizar a fondo y aunque se descuenta que habrá solo dos fuerzas importantes también habrá en el cuarto oscuro otras opciones electorales que pueden llevarse votos opositores o de descontento. El Movimiento Federalista Pampeano, de hecho, es un desmembramiento de Juntos por el Cambio. La presencia de Juan Carlos Tierno quizá perjudica más a la alianza que al Frente Justicialista Pampeano. Las otras son fuerzas de izquierda. El Partido Libertario aparece solo con postulaciones legislativas, sin una fórmula para la Gobernación.

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