El dueño de las chacras de Toay, el empresario santarroseño Marcelo Gallego, culpó a los compradores del condominio que reclaman sus terrenos. Lo mismo hizo la inmobiliaria que intervino (ver aparte). Además, admitió que fue durante la gestión de Rojas que obtuvo el guiño para hacer el proyecto.
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EL DIARIO digital
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"Cada uno sabe lo que compró", dijo ayer en una entrevista telefónica con El Diario el dueño de las chacras de Toay, Marcelo Gallego.
Y manifestó sus quejas contra el municipio de Toay. "La Municipalidad no quiere dar el libre deuda porque cree que el lugar se va a urbanizar o porque cree que se va a cometer alguna irregularidad... Bueno, cuando se cumpla esa irregularidad, como ellos suponen que va a ocurrir, que intervengan entonces, pero hoy no tiene sustento legal para impedirnos escriturar", sostuvo.
Gallego admitió que "estar en El Diario no me hace mucha gracia, pero acá hay un malentendido que es necesario aclarar".
"Esto es más simple de lo que parece... Nosotros tenemos ahí un emprendimiento familiar con mi hermano y mi cuñado, y nos pareció que había una demanda de chacras, de gente que quería tener una chacrita, y lo planteé en la Municipalidad. A la Municipalidad también le pareció interesante y todo salió por una ordenanza del Concejo Deliberante", contó.
- ¿Eso se hizo durante la gestión del exintendente Ariel Rojas?
- Sí, durante la gestión de Rojas obtuvimos el trámite provisorio y después con esta gestión el visto bueno definitivo. Es más, en su momento, con la gestión de Rojas, me permitieron una porción para poder afrontar el gasto de las exigencias que ellos me planteaban, como alumbrado eléctrico, apertura de calles, dejar un espacio verde, etc.
- ¿Unos 10 millones de pesos le costó llevar el alumbrado hasta ahí?
- No, no, un poco más, fue un poco más. En su momento fueron unos 150.000 dólares.
- ¿Y los primeros lotes a quién le vendió?
- Fue a una mujer, que compró una de las chacras. Y en algún momento comenzaron a aparecer grupos para comprar. Primero la verdad es que lo dudé, lo consulté con un escribano, con un abogado y me explicaron cómo era el tema. Que había que hacer condominios y eso es lo que hicimos.
- ¿Por qué no salen las escrituras ahora?
- El tema se traba con el libre deuda. Las ventas no son irregulares, son legales, son regulares. Lo que saltó es que cuando pedimos el libre deuda nos dicen que hay alambrados y cosas hechas. Pero la verdad es que no hay ninguna infracción. Yo eso lo vendí legalmente, lo que pasó después es cuestión de los adquirentes.
- Nosotros accedimos al testimonio de gente que dice que esa zona fue ofrecida para hacer una urbanización, para hacer viviendas particulares...
- No lo sé... La gente compra y yo le vendo. No sé si todos quieren hacer viviendas. Pero cada uno sabe lo que compró. Ellos saben que no se pueden hacer viviendas... En las chacras, tengo entendido, se puede hacer una vivienda o un galpón con una perforación por chacra.
- ¿Usted dice que los compradores sabían que no se podían hacer viviendas particulares?
- Eso quedó con absoluta claridad. Capaz que alguien lo hizo pensando a futuro, que en algún momento eso se podría llegar a urbanizar. La Municipalidad no nos puede negar el libre deuda por lo que supone... Si sucede algo, bueno, que actúen. Pero no pueden no habilitar algo porque suponen que se va a poner una fábrica de bomba atómica. No hay un sustento legal para frenar esto.
- ¿Usted vendió solo a través de Konrad?
- Sí, Konrad participó como inmobiliaria en las ventas.
- ¿Lo hizo alguien más?
- No.
- Konrad dice que también participaron otras inmobiliarias...
- Ah, sí, sí... Puede ser. Pero fue al principio y no me gustaría dar nombres.
- ¿Qué relación tuvo en las ventas una persona de apellido Vila?
- Estuvo armando algunos grupos de compra.
- ¿Cómo entró en el negocio?
- Un día apareció en la inmobiliaria que quería comprar una chacra, que se había enterado por alguien.
- ¿Se enteró por alguien? ¿No es raro eso?
- Lo que pasa es que todo fue medio raro... Porque yo no salí a vender esto. Se fue dando. No es que salí a publicar, es más, no sé si llegamos a hacer alguna publicación con la inmobiliaria. Fueron grupos que se fueron armando en forma privada, se aparecían en la inmobiliaria y elegían qué chacra comprar.