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Subzona 14: cómo echaron de Aráuz a la esposa del rector del secundario

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María Antonieta Lebed, la esposa del director del colegio de Arauz, Carlos Samprón, dijo que "los amigos empezaron a cruzarse de vereda". Relató su calvario el lunes, durante otra audiencia del tercer juicio a los represores de la Subzona 14.

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EL DIARIO digital

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La mujer del director del colegio de Jacinto Arauz que fue secuestrado y torturado por la Subzona 14 durante la dictadura, María Antonieta Lebed, relató el lunes pasado, en otra audiencia del tercer juicio a los represores pampeanos, que quedó sola, con dos niños pequeños, y los "amigos se cruzaban de vereda" luego de que fueran víctimas del megaoperativo represivo del Ejército en la localidad. Después de un tiempo se tuvo que ir por exigencia del intendente de facto. "Me echaron del pueblo", contó.

Este miércoles continuará el juicio con la declaración de cuatro testigos. Están imputados los represores Luis Baraldini y Roberto Reinhart, que siguen las audiencias desde prisión domiciliaria en forma virtual, y Néstor Greppi (no está presente por su delicado estado de salud). También enfrenta por primera vez el banquillo de acusados el militar Jorge de Bártolo, uno de los jefes del Regimiento de Toay en la época, que en las últimas audiencias está ausente del debate por un trastorno de cervical.

"Me declararon persona no grata"

En la audiencia del lunes pasado, y en forma virtual, la mujer contó que con Samprón militaban en el peronismo de base en Bahía Blanca, ella estudiaba trabajo social, y a su esposo lo dejaron cesante en la universidad del Sur cuando avanzó la derecha sobre la educación, después de la muerte de Perón, en el ''''74.

El primer hijo de la pareja nació en marzo del ''''75 y su esposo salió a buscar trabajo. Entonces lo convocaron para el secundario de Aráuz, que se había formado recientemente, y llegaron a la localidad en abril de ese año. Después, en marzo del ''''76, se produjo el golpe. Había quedado embarazada. Se enteraron de que los habían denunciado al servicio de inteligencia naval de Bahía por su pasado peronista y en junio de ese año hubo una inspección en el colegio que les dio indicios de que "algo nos iba a suceder" porque revisaron planes de estudios y los libros que usaban los profesores. "Eso ya fue muy extraño", le dijo al tribunal.

Lebed contó que discutió con su marido porque ella se quería ir a partir de que un empresario amigo les avisó que el Ejército preparaba un operativo en el pueblo. Pero él no quiso. Estuvo tres días internada porque tuvo dificultades en el parto de su segundo hijo. La primera noche que durmió en su casa, a las 7 de la mañana lo llamaron a Samprón porque "estaba el Ejército revisando todo en el colegio".

"él va y yo no lo veo hasta un mes y pico después. A la hora y media entraron militares a casa, venían de Toay, me revisan todo y me dejan detenida en mi casa hasta nuevo aviso, sin poder salir ni moverme”, contó. “Volvieron de una manera muy abrupta, tiran todo, levantan al bebe del canasto, requisan la casa golpeando el piso, zócalos, una situación muy traumática. Esa tardecita viene un militar de apellido Iriart a decirme que me levanta la prisión y viene Jorge Malán (un empresario amigo) a acompañarme. A la mañana entran otra vez, porque estuvieron varios días en Arauz”, detalló.

Lebed contó que se enteró después, porque figura en los expedientes, que en el pueblo "hubo una reunión de las fuerzas vivas de la ciudad con un comisario de apellido Fiorucci". "En ese encuentro que tiene con los farmacéuticos de apellido Muse, con el señor Rostán, que creo después fue el intendente de la dictadura, y la directora de la Escuela Primeria Nacional de esa época, y otras personas, hablaban de que en el Colegio José Ingenieros había una célula guerrillera o por lo menos un adoctrinamiento y adiestramiento de los estudiantes", detalló.

Días después de varias detenciones y la fuga del docente Guillermo Quartucci, Lebed viajó a Santa Rosa para saber donde estaba su esposo sin resultados. A su regreso a Aráuz, el cura del pueblo advirtió que ella no tenía "idea en lo que estás metida".

Repitió este lunes algo que ya había dicho en el juicio anterior:"Se me ocurrió llamar a Favaloro, porque tenía bastante vinculación con Malán y muchas personas del pueblo. Frente a mi requerimiento, el doctor Favaloro dijo que con ese tema no se quería meter".

El obispo Adolfo Arana tampoco la quiso recibir. Fue al regimiento de Toay con una carta para Iriart: "Me sentaron en una habitación sola con las puertas cerradas y vienen con una ficha, donde hay datos míos, y un militar me dijo: ''''acá la comunista es usted y no la podemos poner presa porque no hay cárcel de mujeres''''. Pensé que no salía, pero me dejaron irme y recién al mes recibo una información que podía ir a visitarlo a Carlos".

Después pudo visitar a su esposo en la Primera y en la Unidad 4. "Los habían torturado prácticamente todos los días. Estaban incomunicados. Uno de los compañeros tiene secuelas por este tema. Carlos no quería contar nada, cuidaba mucho eso. Pero yo vi su sufrimiento", confió.

"Estuve 4 meses más en Arauz, hasta que vino el intendente de facto, de apellido Rostán, y me dijo que me tenía que ir porque me habían declarado persona no grata. Eso significó que ese día dejara los muebles en el galpón de los Bertón, subiera al auto a mis dos chicos con lo que pude llevarme, y me fuera al campo de mis padres en Médanos, partido de Villarino, provincia de Buenos Aires. Fue un golpe tremendo porque no me quería ir, porque me permitía estar más cerca de Santa Rosa, y me tuve que ir porque me echaron", reveló.

"Fue muy duro. Teníamos amigos, allá las casas no cerraban las puertas, pasaban sin avisar, y de golpe se cruzaban de vereda. Por eso valoro tanto a la familia Malán, porque nos ayudaron muchísimo y fueron de los pocos que siguieron acompañándome", cerró.

Luiggi

El lunes pasado también declararon tres personas de Ingeniero Luiggi. Roberto Torres y Oscar Grande contaron que fueron secuestrados y torturados por hacer una broma en la ruta, después de un baile. Además, Carlos Horacio García relató que lo detuvieron con una causa armada por robo de ganado y estuvo desaparecido por 15 días. Durante ese tiempo permaneció alojado en la Seccional Primera de Santa Rosa, donde fue interrogado y torturado con golpes y picana eléctrica. Lo mantuvieron detenido ilegalmente otros 20 días más en la Unidad Penal 4. Fue absuelto en todas las causas.

Cuatro testigos este miércoles

Este miércoles 17 a partir de las 8.30 horas se presentarán al tribunal Héctor Nery Martínez, víctima, empleado estatal; Jorge Licovsky, víctima, comerciante; María Alejandra Naunchuk, testigo; y Estela Maris Piombro, testigo. La audiencia se podrá seguir en el enlace https://youtu.be/hxkr5Rwb8esjjord

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