La Pampa

Una apuesta exitosa y más palos en la rueda

La conectividad a Internet en La Pampa es de las mejores del país y marca el camino para políticas asociadas entre Estado y cooperativas que reafirmen esa orientación también ante la telefonía celular; las patronales agropecuarias vuelven a patalear contra decisiones políticas, pero se niegan al diálogo y se creen dueñas de la tierra y de los votos.

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EL DIARIO digital

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Una de cal...

una de cal

La Pampa es una de las provincias que mayor conectividad a Internet tienen en todo el país, de acuerdo con cifras oficiales que demuestran por un lado que esa ha sido una decisión estratégica en nuestro territorio, y que marcan a su vez la brecha digital también entre distritos más ricos y zonas menos favorecidas.

El dato es de especial interés en un momento en el que el Estado provincial y las cooperativas se disponen a tomar en conjunto las riendas de la Empresa Pampeana de Telecomunicaciones (EMPATEL), aunque en la semana bien sonó la advertencia respecto de que el objetivo de ese desafío no es solo la cuestión vinculada a Internet, sino también a la telefonía celular.

Los números que maneja el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) a la hora del análisis del servicio de Internet también permiten resaltar el lugar estratégico y preponderante que en ese ámbito consiguió el movimiento cooperativo: así como en La Pampa hay 82 de cada 100 hogares que tienen el servicio de Internet, en el conglomerado Santa Rosa-Toay, donde opera especialmente la Cooperativa Popular de Electricidad, ese índice crece hasta el 87 por ciento.

La situación demuestra que la población, ante la oferta de un servicio eficiente y con precios dignos, se vuelca a las ofertas locales de la economía social, un camino que la comunión entre Estado e instituciones solidarias promete seguir encarando de manera sistemática.

Lo mismo se desprende de otros números contundentes respecto de las conexiones a Internet en los últimos barrios de viviendas que se levantaron en Santa Rosa: más del 99% en el ProCrear tiene el servicio, del mismo modo que más del 95% del ARA San Juan y casi el 90% del Santa María de La Pampa.

La brecha digital aludida en párrafos previos se deduce nomás de un simple dato: en la ciudad de Buenos Aires, donde "atiende Dios", hay más conexiones que hogares: están contabilizados 108 servicios cada 100 hogares.

Pero hay otros datos, más al alcance de la mano y sobre los que se puede y debe trabajar en concreto: aun en la favorecida zona de Santa Rosa-Toay, con ese altísimo nivel de conectividad, hay cifras que revelan que en el cuarto cuatrimestre del año pasado solo el 64% de los hogares tuvo acceso a computadoras.

La otra situación en la que hay una deuda pendiente es la referida a la velocidad de las conexiones: el promedio en la provincia es de apenas 10 megas, y hasta un año antes era de 6 megas, que es el servicio que tiene el 52% de los abonados a la CPE, y que no garantiza éxito para la realización de tareas sincrónicas, como por ejemplo las clases virtuales.

Ahí hay un punto a trabajar, también vinculado con la capacidad de inversión en años especialmente complejos y donde las empresas solidarias cargan también con los problemas de cierto atraso tarifario.

El mayúsculo interés que tiene hoy la conectividad no debe hacer perder de vista, ni al Estado ni a las cooperativas, la necesidad de que EMPATEL ponga importantes fichas a jugar en la telefonía celular, a riesgo de que la distracción en otros rubros -también necesarios e interesantes- saque de ese juego a quienes mejor representan a la población y les garantice facilidades a los oligopolios y multinacionales.

…y una de arena…

una de arena

Con la añoranza de los tiempos en que se gestó la "alianza del campo", los sectores patronales rurales volvieron a movilizarse en la semana que se fue, testimoniando su rechazo a algunas medidas oficiales, defendiendo sus intereses y su bolsillo y a la vez entrometiéndose en la disputa política que tendrá uno de sus apogeos en este año legislativo.

Los dueños de la tierra, que gustan de decirse productores de "el campo", organizaron una movida con el argumento de cerrar las limitaciones a las exportaciones de carne que el Gobierno Nacional tuvo que decidir, incluso a su disgusto, para tratar de mantener los precios de ese alimento central en la cultura argentina.

La convocatoria opositora, motorizada inicialmente por una organización íntimamente vinculada al exministro macrista del área, reunió a las organizaciones de la patronal, cada cual con un discurso más exacerbado no ya en contra de las políticas que se implementan en y para el sector, sino contra cualquier integrante o representante de un Gobierno Nacional que no les cae en gracia.

Con la excepción de CONINAGRO -entidad que percibió prontamente que ese clima estaba enrarecido y que parecía más bien ser la plataforma de lanzamiento de un sector partidario electoral-, las entidades patronales se alinearon con los planteos y eso incluyó la participación de la vernácula Asociación Agrícola Ganadera.

La entidad local dio un paso de imposible explicación en ese marco: mientras con discursos bonitos los dirigentes que representan a ese sector social destacaban la necesidad del "diálogo" (un caballito de batalla que quedó de la gestión de gobierno anterior), La Rural pampeana le dio un portazo al convite que el propio Gobierno pampeano le había formalizado días antes, en un gesto que la Agrícola no supo entender o valorar.

Pero más aún, en el mismo comunicado en que se negaba a brindar opiniones, aportes o sugerencias ante la consulta oficial respecto de un Plan Ganadero, la entidad patronal se atribuyó potestades gubernativas y recomendó como desde un altar que la Provincia presionara al Gobierno Nacional para que modificara el rumbo de sus políticas.

No es novedad que las patronales agropecuarias tienen la aspiración de manejar decisiones estatales y articular el poder como si fueran dueñas de los votos del pueblo.

Tampoco hacen esfuerzos por disimular cuáles son sus intenciones: el comunicado aludió a situaciones del año 2006, trazando un paralelo entre circunstancias imposibles de comparar, pero a la vez soñando con el regreso de aquel glorioso cuarto de hora para el sector, cuando en 2008 y en alianza con las corporaciones mediáticas y dirigentes políticos de la derecha estuvieron a punto de forzar la caída de un gobierno democrático.

Para la Provincia seguramente también quedará una enseñanza de ese chisporroteo, sobre todo porque aun en la posición de defender las políticas nacionales La Pampa mostró la generosidad de manifestar ciertos desacuerdos y de abrir la puerta a un encuentro con el gobernador y el gabinete -situación que muchos sectores productivos y de otros ámbitos desearían-, incluso presentando esa reunión como un cónclave con "todos los sectores del campo" cuando en realidad eran exclusivamente las patronales, y no trabajadores, ni gremios, ni cooperativas, que también son "el campo".

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