Coronavirus, restricciones y respuestas. Por un lado, el plan vacunatorio que avanza, el esfuerzo del personal de un sistema de Salud que tiende al colapso, el consenso de ciertos sectores económicos; por otro lado, el egoísmo de algunos sectores, la violencia, el aprovechamiento político y la "burbuja" de la corporación judicial.
Escuchá esta nota
EL DIARIO digital
minutos
Una de cal…
En medio de la segunda ola de la pandemia de coronavirus, cuando el ruido abunda y hay espacios institucionales que generan más discordia todavía, en la provincia -que desde el inicio se caracterizó por una apuesta a básicos consensos- la mayoría de los sectores productivos, sociales y políticos se han demostrado a la altura de las circunstancias.
Desde ya que esa descripción del escenario no implica que el Estado haya demostrado capacidad para hacer frente a todas las necesidades que le llegan, ni que no haya algunas excepciones respecto de las convivencias más elementales, pero en todo caso está claro que mayoritariamente hay un acuerdo con el rumbo elegido.
Las limitaciones de los planes vacunatorios en general no son ninguna revelación, a partir de la repartija injusta del capitalismo que privilegia a los poderosos, pero partiendo de esa base La Pampa ha demostrado una eficiencia y diligencia que son ejemplo a nivel nacional, y que tienen reconocimiento de la población.
Esa realidad se debe, por un lado, a la decidida presencia estatal que es desde hace décadas política pública -obviamente, con sus aspectos críticos- y fundamentalmente a que pone el hombro un personal sanitario formado, comprometido y muchas veces no reconocido lo suficiente desde lo salarial y laboral.
También hay un costado económico de la pandemia: como ejemplo paradigmático de nuevas relaciones, las empresas dedicadas al comercio y el gremio que agrupa a trabajadores y trabajadoras del sector llegaron a un acuerdo que se caía de maduro en este marco.
Implicará también un aporte de la comunidad para sumarse al cambio cultural que significa el horario de corrido que se puso en vigencia al menos hasta que pase el tiempo de temperaturas más bajas.
El Gobierno anunció por su parte una serie de medidas financieras, con aporte fundamental del Banco de La Pampa, para los espacios productivos más castigados con las nuevas restricciones en vigencia: esos anuncios fueron recepcionados con satisfacción, desde el sentido común, por más que florecieran algunas quejas puntuales de ciertos sectores.
…y una de arena…
Entre esos sectores quejosos se incluyeron algunos de los referentes de gimnasios obligados a cerrar sus puertas por un período, y disconformes con las tres vías de ayuda económica que dispuso el Gobierno Provincial para el sector.
Desde ya que existe el derecho de manifestar y protestar contra las medidas que se consideren injustificadas, pero en este caso hubo aspectos que fueron un poco más allá de lo que aconseja la vida democrática, puesto que simpatizantes del PRO aprovecharon esa movilización para agredir a la prensa, quizá a tono con la propia convocatoria, que se planteó como una suerte de resistencia o rebeldía ante las medidas oficiales.
La dirigencia de los partidos opositores pampeanos, en general, maneja un tono más mesurado, aunque el partido macrista también reclamó por la apertura de los gimnasios y poco menos le pidió al gobernador Sergio Ziliotto que tome la misma actitud que el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y pase por encima del decreto nacional.
Por eso mismo esa fuerza política reverenció el fallo de la Corte Suprema de Justicia sobre la presencialidad en los colegios porteños, una decisión que significó un golpe para el Gobierno Nacional, derrotado políticamente en una instancia que confirma ciertos comportamientos de la corporación judicial más cercanos a la simpatía política que al cumplimiento de su tarea constitucional.
Es uno de los puntos más tristes de la pandemia: la certeza de que las conductas miserables, de oportunismo y aprovechamiento político, no cesan -y más aún, se incentivan- frente a un escenario calamitoso como el de pocas veces en la historia, con cadáveres contándose día a día y una situación complejísima del sistema de Salud, tal como ocurre en otros lugares del mundo.
La Pampa no es una excepción y las autoridades tuvieron en la semana que se fue el tino de transparentar esa advertencia, puesto que la cantidad de internaciones ha tornado la situación tan preocupante como para alertar sobre un posible colapso del sistema de Salud si no se toman otras medidas.
Es en ese punto cuando vuelve a instalarse como interrogante si no será necesario en la provincia implementar restricciones más extendidas, incluso poniéndose a pensar si no es sensato el planteo que hace la docencia para una suspensión de las clases presenciales.