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EL DIARIO digital
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Investigadores del Instituto Leloir, el Conicet y el Hospital Italiano hallaron biomarcadores en la sangre que permitirían ajustar la medicación según cada paciente. El estudio, publicado en Scientific Reports, abre una nueva vía para el diagnóstico y seguimiento de la enfermedad.
Un equipo de investigadores argentinos desarrolló un método innovador para mejorar el tratamiento de la epilepsia, mediante la detección de biomarcadores en la sangre que permiten ajustar la medicación de manera personalizada. El trabajo fue realizado por especialistas del Instituto Leloir-Conicet y del Hospital Italiano de Buenos Aires, y publicado en la revista científica Scientific Reports, del grupo Nature.
El estudio, que se extendió durante dos años, incluyó el seguimiento de 32 pacientes epilépticos y se basó en el análisis de muestras de sangre tomadas antes y después de las crisis. Para ello, los científicos utilizaron una sofisticada tecnología de resonancia magnética nuclear que permite detectar variaciones en los metabolitos pequeñas moléculas presentes en la sangre que actúan como señales del estado del organismo.
"Los biomarcadores son señales que da el cuerpo cuando está ocurriendo algo, como una enfermedad o un cambio metabólico. En este caso, identificamos metabolitos que se alteran antes y después de una crisis epiléptica", explicó Martín Arán, biólogo y director del área de Resonancia Magnética Nuclear de la Fundación Instituto Leloir.
El trabajo fue posible gracias a la colaboración del neurólogo Juan Carlos Ávalos, del Hospital Italiano, quien recolectó las muestras en la guardia del centro de salud en momentos clave. "El mayor esfuerzo lo hizo Ávalos: muchas veces debía ir de madrugada a tomar muestras de sangre de pacientes que acababan de sufrir una crisis", relató Arán.
Entre los metabolitos analizados, el equipo identificó cambios en sustancias como hipurato, piroglutamato e isovalerato, indicadores que podrían servir para detectar y monitorear episodios epilépticos incluso cuando ocurren durante el sueño.
"La estadística arrojó resultados muy fuertes; es imposible no ilusionarse", destacó Ávalos. Los investigadores creen que el método podría facilitar un seguimiento menos invasivo, más rápido y accesible de los pacientes, además de optimizar la administración de medicamentos antiepilépticos según la respuesta individual.
Arán detalló que el resonador magnético utilizado no genera imágenes, sino señales moleculares: "Es una técnica de resolución atómica que permite ver todos los metabolitos presentes en una muestra. Con una sola extracción de sangre, obtenemos un mapa completo del metabolismo del paciente".
El equipo planea continuar la investigación en una segunda fase, analizando moléculas inflamatorias que podrían vincularse con la actividad epiléptica. "Estamos abriendo una puerta hacia un enfoque más integral y personalizado del tratamiento", concluyó Arán.
El hallazgo refuerza el papel de la ciencia argentina en la medicina de precisión y marca un avance significativo hacia diagnósticos más tempranos y tratamientos adaptados a cada paciente.