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EL DIARIO digital
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó sobre un nuevo brote de Ébola en la provincia de Kasai, en el centro de la República Democrática del Congo (RDC). Según el último reporte, se registraron 47 casos confirmados y 25 muertes, mientras que otros 10 contagios sospechosos y 10 fallecimientos están en investigación.
La tasa de letalidad alcanza el 61,4% en la Zona Sanitaria de Bulape. Los grupos más afectados son los niños de entre 0 y 9 años (23% del total) y las mujeres (61% de los casos). Amas de casa, agricultores y menores aparecen entre los principales grupos de riesgo.
La cepa más peligrosa
El Ministerio de Salud congoleño confirmó que el brote está asociado al Zaire ebolavirus, la variante más letal y la misma que causó la devastadora epidemia de 2014-2016 en África occidental. Es el decimosexto brote en el Congo desde 1976; el último había ocurrido en 2022 en Kivu del Norte.
Los especialistas creen que el origen está en un salto zoonótico (de animal a humano). Sin embargo, la secuenciación genética muestra diferencias con cepas anteriores, lo que refuerza la hipótesis de un nuevo salto viral.
Una respuesta con obstáculos
El brote afecta a cuatro regiones de Kasai: Bulape, Mweka, Mushenge y Kakenge, zonas con escasa infraestructura sanitaria y difícil acceso. "La falta de atención temprana hace que la mayoría de los pacientes lleguen en estado avanzado, reduciendo las posibilidades de éxito terapéutico", advirtió Peter Horby, del Pandemic Sciences Institute de Oxford.
La OMS pidió USD 21 millones para fortalecer la respuesta, con envío de especialistas, tratamientos, trabajo comunitario y estrategias de control.
Desde Uganda, Henry Kyobe Bosa, responsable de la respuesta contra el Ébola en ese país, señaló que la lejanía de Kasai funciona como un "arma de doble filo": por un lado, limita la propagación hacia ciudades y fronteras; por otro, dificulta la llegada rápida de equipos sanitarios.