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Un descubrimiento celular podría cambiar el tratamiento del ojo seco

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La enfermedad del ojo seco, una afección frecuente que puede ir más allá de una simple molestia, volvió a quedar bajo la lupa a partir de un avance científico: investigadores lograron desarrollar glándulas lagrimales humanas en laboratorio para entender por qué dejan de funcionar. Según se detalló, el objetivo es profundizar en los mecanismos que reducen la producción de lágrimas o alteran su calidad, una situación que puede dañar la superficie ocular, aumentar el riesgo de infecciones e incluso comprometer la visión si no se trata a tiempo.

De acuerdo con la información difundida, la enfermedad del ojo seco afecta a entre el 5 y el 15% de la población. Se produce cuando las glándulas lagrimales no generan suficientes lágrimas o cuando estas no cumplen su función protectora. En ese esquema, se explicó que las lágrimas no solo hidratan: también lubrican, eliminan impurezas y protegen al ojo de infecciones. Por eso, cuando el cuadro se vuelve crónico y no recibe tratamiento adecuado, puede derivar en lesiones de la superficie ocular y en un deterioro visual persistente.

Entre los factores que pueden contribuir a su aparición se mencionaron alergias, trastornos autoinmunes, cambios hormonales, envejecimiento y otras influencias ambientales. En ese marco, el texto señaló que comprender qué ocurre dentro de las glándulas lagrimales es clave para avanzar hacia tratamientos más efectivos y duraderos.

El hallazgo se enfocó en un proceso celular denominado autofagia, descrito como un sistema de "limpieza" o reciclaje interno que permite mantener sanas a las células al eliminar proteínas dañadas y material que ya no sirve. Según se indicó, cuando este mecanismo falla, las glándulas lagrimales producen menos lágrimas y de peor calidad.

Para estudiar el fenómeno, Sovan Sarkar y su equipo de la Universidad de Birmingham, en el Reino Unido, desarrollaron organoides de glándulas lagrimales humanas a partir de células madre. Se trató de estructuras tridimensionales cultivadas en laboratorio que imitan de manera precisa el comportamiento de las glándulas reales. El trabajo fue publicado en la revista Stem Cell Reports.

Los organoides creados, según se informó, contenían todos los tipos celulares presentes en una glándula lagrimal humana y eran capaces de producir proteínas esenciales para lubricar el ojo y protegerlo de infecciones. En la etapa experimental, cuando los investigadores desactivaron genéticamente la autofagia en esos modelos, observaron cambios definidos: se rompió el equilibrio celular, disminuyó la producción de proteínas lagrimales y aumentó la muerte celular.

El estudio también evaluó posibles intervenciones en esos mismos organoides. Los investigadores probaron el efecto del mononucleótido de nicotinamida (NMN) y de la melatonina. En ambos casos, se indicó que el daño celular se redujo y se logró restaurar, al menos en parte, la liberación de proteínas lagrimales.

"La autofagia es esencial para el correcto desarrollo de los tejidos y el funcionamiento de los órganos. En este estudio, proporcionamos evidencia genética de que la autofagia es necesaria para el desarrollo del tejido glandular", explicó Sovan Sarkar. El investigador señaló además que, al generar glándulas lagrimales humanas con deficiencia de autofagia, pudieron observarse de forma directa los defectos de desarrollo y de funcionamiento que aparecen cuando ese sistema falla.

Según el texto, este modelo basado en células madre humanas ofrece una herramienta para seguir estudiando cómo se regula la producción de lágrimas y cómo podría corregirse cuando se altera. También se aclaró que se trata de investigación básica y que todavía no implica un tratamiento disponible para pacientes.

Aun así, la creación de glándulas lagrimales humanas en laboratorio fue presentada como un paso relevante para analizar la enfermedad del ojo seco con mayor precisión y para probar intervenciones sin riesgo directo para las personas. En esa línea, se planteó que el conocimiento sobre lo que ocurre a nivel celular puede acercar a soluciones más específicas y eficaces para prevenir o tratar la sequedad ocular y proteger la salud visual a largo plazo.

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