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EL DIARIO digital
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La proteína se convirtió en la estrella de dietas, batidos y suplementos que prometen un cuerpo ideal, más energía y pérdida de grasa. Sin embargo, consumirla en exceso puede transformar una tendencia "saludable" en un riesgo silencioso para el organismo.
Un nutriente esencial, pero en su justa medida
La Academy of Nutrition and Dietetics recomienda unos 0,8 gramos por kilo de peso corporal en adultos sanos. Más allá de esa cantidad, el cuerpo no genera más músculo: el excedente se convierte en energía, grasa o se elimina. "El cuerpo no almacena proteína extra", explica Michelle Cardel, profesora de la Universidad de Florida.
La sobrecarga en los riñones
Un consumo elevado exige un esfuerzo extra a los riñones para filtrar los residuos del metabolismo proteico. En personas sanas no suele dar síntomas inmediatos, pero en quienes tienen predisposición a enfermedades renales puede acelerar el deterioro. Además, aumenta el riesgo de deshidratación, cálculos renales y fatiga si no se acompaña de suficiente agua.
La fibra que desaparece
El boom proteico suele desplazar frutas, verduras y cereales integrales, reduciendo la fibra dietaria. Esto provoca estreñimiento, inflamación y altera la microbiota intestinal. Según las Guías Alimentarias 2020-2025 de EE.UU., más del 90% de los adultos no consume la fibra suficiente, clave para el tránsito intestinal, el colesterol y la prevención de enfermedades metabólicas.
Corazón y huesos en riesgo
La proteína de origen animal, sobre todo la carne roja y procesada, aumenta la ingesta de grasas saturadas y colesterol, elevando el riesgo cardiovascular. A largo plazo, también puede afectar la densidad ósea: la mayor excreción de calcio en la orina favorece la osteoporosis.
El verdadero secreto: el equilibrio
Las dietas hiperproteicas pueden dar resultados rápidos en la balanza, pero los estudios muestran que los mejores logros llegan cuando la proteína magra se combina con fibra, vegetales, cereales integrales y ejercicio físico. El entrenamiento de resistencia ayuda a conservar masa muscular, pero siempre dentro de un plan equilibrado que incluya grasas saludables y variedad vegetal.