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EL DIARIO digital
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Colombia acaba de escribir una página que nadie se animaba a imaginar: por primera vez en su historia, un expresidente fue declarado culpable en un juicio penal. La protagonista de este terremoto político fue la jueza Sandra Heredia, que este lunes condenó a Álvaro Uribe por el delito de soborno en actuación penal y fraude procesal.
Uribe, de 73 años, presidente entre 2002 y 2010 y uno de los nombres más influyentes de la política colombiana, escuchó el fallo que lo deja al borde de una condena de entre 6 y 12 años de prisión. Su defensa ya anunció que apelará, pero el golpe simbólico es monumental: el hombre fuerte de la derecha, el mismo que se jactaba de haber combatido a la guerrilla, ahora aparece del otro lado del mostrador.
La trama: plata, presión y paramilitares
Según la sentencia, Uribe presionó y pagó a paramilitares encarcelados para torcer testimonios que lo vinculaban a grupos armados ilegales. La operación se centró en la figura del exparamilitar Juan Guillermo Monsalve, preso en Bogotá, a quien según comprobó la justicia se buscó convencer para que desmintiera sus declaraciones ante la Corte Suprema de Justicia.
El contacto directo lo hizo el abogado Diego Cadena, mano derecha del expresidente. Pero el objetivo era claro: borrar cualquier vínculo de los hermanos Uribe con los paramilitares y, de paso, culpar al senador Iván Cepeda de haber armado todo "a cambio de beneficios carcelarios".
La frase que retumba
"La materialidad de la conducta punible ha quedado acreditada", dijo la jueza al dar por probados los intentos de manipular a Monsalve para que cambiara su testimonio. Fue una manera elegante de decir: hubo plata, hubo presión y hubo engaño.
Sin embargo, Heredia aclaró que no se pudo probar si Uribe fue el determinador directo del delito, lo que deja una rendija abierta para la apelación.
Absolución parcial y condena histórica
El expresidente fue absuelto del delito de soborno simple, pero la condena por soborno en actuación penal y fraude procesal lo convierte en el primer exmandatario colombiano en recibir una sentencia penal de este calibre.
La pena se conocerá en los próximos meses. Por ahora, la justicia habla de 6 a 12 años de prisión. Uribe tiene derecho a apelar ante el Tribunal Superior de Bogotá.
De los 80 a hoy: los fantasmas que nunca se fueron
La historia tiene una ironía cruel. Los paramilitares surgieron en Colombia en los 80 para combatir a las guerrillas marxistas. Décadas después, los vínculos entre el poder político y esos grupos siguen apareciendo en los tribunales.
El caso Monsalve es solo una de las puntas de una madeja que parece no terminar nunca. Pero esta vez, el hilo llegó a donde nunca había llegado: la silla de un expresidente.
¿Y ahora qué?
La condena a Uribe sacude a la derecha colombiana y golpea a todo el sistema político. Porque más allá de los recursos y de los tiempos judiciales, el fallo tiene un peso simbólico brutal: por primera vez, el hombre que se creía intocable escuchó la palabra "culpable" desde el banquillo.
En Bogotá, la pregunta es una sola: ¿será el principio del fin de una era, o el comienzo de una guerra política sin precedentes?