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EL DIARIO digital
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El uso extendido de los hornos de microondas en la cocina moderna revolucionó la forma de preparar y calentar alimentos. Sin embargo, su popularidad vino acompañada de dudas sobre su impacto en la salud. Uno de los interrogantes más frecuentes gira en torno a la posibilidad de que estos electrodomésticos estén relacionados con el desarrollo de cáncer. Especialistas del Instituto Americano de Oncología (AOI) abordaron esta inquietud, aclarando los principales mitos.
Radiación de microondas: qué es y cómo actúa
La radiación de microondas, utilizada en estos hornos, pertenece al grupo de las radiaciones no ionizantes. Esto significa que no tiene suficiente energía para modificar la estructura de átomos o moléculas ni arrancar electrones, a diferencia de la radiación ionizante de los rayos X o gamma, que sí está asociada al riesgo de cáncer.

En términos sencillos, las microondas no pueden causar las alteraciones celulares que suelen desencadenar procesos cancerígenos. Cuando un horno de microondas se utiliza para calentar comida, las ondas generan la vibración de las moléculas de agua presentes en los alimentos, produciendo calor. El diseño metálico de la cavidad interior impide que la radiación se escape.
¿Existe un riesgo real de cáncer por el uso doméstico de microondas?
El Instituto Americano de Oncología (AOI), junto a otras agencias internacionales de salud, sostiene que no existe evidencia científica que relacione el uso regular de hornos de microondas con un aumento del riesgo de cáncer. Durante décadas, extensos estudios revisaron la exposición a la radiación de microondas dentro de los parámetros permitidos y no hallaron pruebas que indiquen efectos negativos en la salud humana relacionados con el cáncer.
Por el contrario, la mayoría de los incidentes adversos reportados involucran el uso inadecuado o la manipulación de recipientes no aptos, más que la exposición a la radiación misma. Además, las normas internacionales exigen que los hornos de microondas comercializados se sometan a controles estrictos para garantizar que cualquier emisión de radiación se mantenga muy por debajo de los límites considerados seguros.
Consejos para un uso seguro y responsable

Pese a la ausencia de evidencia que vincule a los microondas con el cáncer, el AOI recomienda seguir ciertas pautas de seguridad que ayudan a prevenir riesgos innecesarios en el hogar:
Estado del equipo: compruebe que el horno esté en perfecto estado y que la puerta selle correctamente, evitando posibles fugas.
Recipientes aptos: utilice únicamente recipientes aptos para microondas; plásticos inadecuados pueden liberar sustancias tóxicas al calentarse.
Mantenimiento: siga al pie de la letra las indicaciones del fabricante. Operar un microondas vacío puede dañar el magnetrón.
Posicionamiento: no permanezca junto al microondas observando el proceso durante largos periodos.
Daños: si el horno muestra señales de desgaste o daño, absténgase de utilizarlo y consulte a un técnico especializado.
El AOI subrayó que el temor a que los hornos de microondas causen cáncer no encuentra respaldo en la literatura científica actual. Las preocupaciones deben centrarse en factores de riesgo probados, como la genética, el tabaquismo o la exposición a agentes cancerígenos reconocidos.