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"¿Estabilidad o negocio?: el pacto de Caputo con las agroexportadoras que privó al Estado de $1.500 millones

El Gobierno de Javier Milei selló un controvertido acuerdo con las principales agroexportadoras que le permitió inyectar US$ 7.000 millones en las reservas del Banco Central.

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A cambio, las cerealeras obtuvieron una exención temporaria de retenciones, lo que generó un fuerte superávit en la caja de divisas, pero levantó críticas por el beneficio concentrado en un puñado de grandes empresas, a espaldas de los productores.

El costo político y fiscal del acuerdo

La medida, pactada entre el ministro de Economía, Luis Caputo, y el sector exportador, buscó un objetivo de corto plazo: reforzar la caja del Banco Central para frenar la especulación y los sobresaltos cambiarios. La operación se concretó de manera relámpago, facilitada por el espaldarazo de las instituciones financieras de Estados Unidos. Sin embargo, el costo fiscal fue alto: el Estado resignó alrededor de US$ 1.500 millones en impuestos, una decisión que afectó directamente la recaudación.

La bronca del campo y el negocio de los grandes

El acuerdo no fue bien recibido por el sector agropecuario. La Mesa de Enlace y la Federación Agraria manifestaron su "bronca" y acusaron a Caputo de haber negociado a espaldas de los productores. La denuncia principal radica en que el beneficio de la exención de retenciones quedó exclusivamente en manos de un puñado de gigantes como Bunge y Cargill. Los productores temen que, al momento de vender sus granos, las cerealeras les descuenten las retenciones que ellas mismas no pagaron, lo que las dejaría en una posición de clara ventaja.

La incertidumbre y el plan para el 2027

El Gobierno sostiene que este ingreso de divisas es un paso crucial para construir un fondo de estabilización que le permita llegar a 2027 sin sobresaltos cambiarios. El objetivo a largo plazo es acumular un fondo de US$ 40.000 millones, cifra equivalente a la base monetaria. Sin embargo, los inversores aún se mantienen cautelosos, a la espera de un mayor orden político y económico para concretar proyectos de largo plazo. El regreso silencioso de las restricciones a la compra de dólares y las limitaciones a las importaciones son señales de que, a pesar del ingreso de divisas, el camino hacia la estabilidad aún presenta más de un obstáculo.

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