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EL DIARIO digital
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La empresa Ingalfa S.A., que firmó con Pampetrol el primer contrato para la puesta en marcha del parque fotovoltaico de Victorica, es una firma que decidió apostar a las energías renovables y desde ese lugar se convirtió en una de las que pelean el liderazgo en el sector.
La rúbrica del contrato por parte de la empresa estuvo a cargo de Fernando García Frugoni, quien junto a Carlos Hernán Neudorfer comandan la firma, fundada hace 45 años por sus padres, quienes siguen siendo parte del directorio.
El grupo le sacó provecho al momento de las energías renovables y convirtió este sector en la principal usina de ingresos. Los parques solares están en el centro de su apuesta.
Los empresarios explican que en el último tiempo explotó su unidad de energías renovables, que ya se convirtió en el 50% de sus ingresos. Apuntan además que la flexibilidad es una de las características más nítidas de las pequeñas y medianas empresas argentinas en general, y destacan esa capacidad de adaptación y mecanismos para salir a flote o reconvertirse a tiempo.
La apuesta a las renovables
La unidad relacionada con la energía renovable comenzó a gestarse en 2016 a partir de un pedido puntual de un cliente. "Tenía la necesidad de autoabastecerse y hacer eficiencia energética para bajar costos. Entonces empezamos a tratar de entender qué soluciones se podían generar", afirma Pablo Topczylo, quien se incorporó como socio gerente para este vertical en aquel entonces. Antes de eso, contaba con 10 años de experiencia en el sector de energías renovables.
Así se puso en marcha el negocio que hoy representa la mitad de los ingresos de la compañía. Su primer desarrollo fue el Parque de los Llanos en Chamical, La Rioja, por un total de 30 megavatios (llevan construidos 23 MW), encomendado por Empresa Federal de Energía S.A. Se trata de un parque solar en el que actualmente están trabajando en su tercera etapa. Ingalfa no solo se encarga de la construcción, sino también del desarrollo, montaje y mantenimiento.
Todos los proyectos en los que trabajan son solares fotovoltaicos, y detrás hay una explicación que tiene que ver con la esencia de la empresa en sí misma. "Entramos ahí porque era el área que tenía más componente de construcción. En la eólica tenía más que ver con levantar un molino, mientras que estos parques tienen más ese componente que es donde sabemos que somos competitivos", señala García Frugoni (h). A pesar de esto, no descartan lanzarse a otros segmentos en un futuro. Del total de generación renovable, un 73,8% pertenece a energía eólica y un 10,5% a la solar.
Primeros pasos y reconversión
En sus inicios, Ingalfa estaba centrada sobre todo en la industria gasífera. Con el tiempo, de los gasoductos pasaron a otros proyectos de infraestructura como la construcción de desagües pluviales, desarrollo de espacios de espejo de agua -lagunas- e incluso viviendas en barrios privados cuando tuvieron su momento de auge.
Un artículo de Javier Ledesma Cascio en "Forbes - Argentina" cuenta que Neudorfer (h), quien estudió Ingeniería Industrial en la Universidad Tecnológica Nacional, se unió al emprendimiento familiar hace 15 años. En tanto, García Frugoni (h) se incorporó recién hace poco más de medio año, después de trabajar durante casi dos décadas en compañías relacionadas con el agro.
Para los actuales directores de Ingalfa, la clave para mantenerse activos en este rubro es la "actualización permanente". "Este es un momento exponencial de expansión tecnológica -apuntan- que afecta positivamente los costos. Antes solo era competitiva a través de los subsidios y hoy gana. Lo que hay que hacer es estar al día con los cambios tecnológicos y revisando permanentemente la obsolescencia por tecnología".
Cada parque demanda una inversión inicial de al menos US$ 700.000 por megavatio. "El componente principal son los materiales, paneles, estructuras y aspectos técnicos. Después está el acondicionamiento del terreno y la construcción, que se lleva entre un 15% y un 20% de la obra. Al costo también hay que sumarle la conexión que, dicho en criollo, depende de donde esté el cable para conectarse", aclaran los ejecutivos.
En 2020 la oferta de energía de generación renovable se incrementó en un 63,7%, de 7.779 a 12.734 GWh, según el informe de CAMMESA. Este crecimiento significó que las energías limpias pasaron a la nuclear y se posicionaron como la tercera en importancia a nivel participación con el 9,4% (un alza de 3,6 puntos porcentuales versus 2019). El objetivo es que para 2025 las energías renovables cubran el 20% de la demanda; sin embargo, Topczylo cree que esto será difícil de cumplir.
"Hoy la meta la veo un poco auspiciosa, aunque tampoco es improbable. Pero el Gobierno actual tendría que tomar ciertas acciones como para apoyar la construcción y el desarrollo de renovables. Bajo ciertas condiciones se podrían llegar a esos valores. Lo que es seguro es que a futuro esto va a seguir creciendo porque no es una moda, sino que llegó para quedarse", analizó.