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La Comunitaria: producción, cultura y arraigo en un contexto que golpea al consumo

La comercialización de lÃctos se sostiene a pesar de la caída del consumo
La comercialización de láctos se sostiene a pesar de la caída del consumo.La Comunitaria
La Comunitaria sostiene que su experiencia puede servir como ejemplo: "No creemos que una planta chica como la nuestra va a solucionar el problema del sector lácteo, pero sí creemos que es un modelo replicable", dicen sus representantes.

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EL DIARIO digital

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La cooperativa La Comunitaria, nacida hace dos décadas en General Pico desde el teatro comunitario y el trabajo cultural en los pueblos rurales, sostiene un proyecto productivo que combina valor agregado en origen, empleo local y alimentos de cercanía. Desde 2021 elabora quesos en su planta Lácteos Cercanía y, desde 2023, lo hace instalada en el Parque Agroalimentario. Hoy procesa 5.000 litros de leche por mes y comercializa sus productos en ferias y almacenes de la región. Pero la caída del consumo y el encarecimiento de los costos complican su sostenimiento.

"Cuando alguien compra un producto de La Comunitaria no solo adquiere un alimento sino un proyecto social, colectivo, de desarrollo local", afirmó Manuel "Manolo" Martino, integrante de la cooperativa, en declaraciones a Agencia de Noticias Tierra Viva, medio que publicó el informe original.

Un proyecto productivo nacido desde la cultura

La Comunitaria surgió hace veinte años vinculando arte, participación vecinal y arraigo en distintas localidades, especialmente rurales. En los últimos años, la cooperativa buscó sumar una veta productiva que generara puestos de trabajo y reforzara su relación con la comunidad. La elección de un proyecto agroalimentario no fue casual: siempre quisieron impulsar producción agropecuaria con valor agregado en origen y mercados de cercanía.

La planta Lácteos Cercanía se concretó en 2021 con apoyo del Gobierno de La Pampa, del entonces Ministerio de Desarrollo Social de la Nación —mediante el programa Sembrar Soberanía Alimentaria— y con el acompañamiento técnico del INTA** y la UBA, según detalla Tierra Viva. La nota recuerda que esos programas y organismos fueron luego eliminados, ajustados o desfinanciados por el gobierno de Javier Milei.

En 2023, la producción ingresó al Parque Agroalimentario de General Pico, en un lote cedido por la gestión provincial con servicios de energía, agua y gas. Allí procesan unos 5.000 litros mensuales, equivalentes a unos 500 kilos de queso, con materia prima proveniente de un tambo de General Pico y otro de Catriló.

La variedad principal es gouda, incluidos algunos saborizados. La planta también produce pategrás y, en menor medida, sardo.

 Consumo en baja y números ajustados

El presente económico obliga a la cooperativa a trabajar con mucho cuidado. "Estamos trabajando al límite. No vamos a cerrar la fábrica, pero tenemos que estar muy finos con los números y esperando pueda mejorar el consumo. Las perspectivas con este modelo económico nacional las vemos muy difíciles", sostuvo Martino en Tierra Viva.

La caída del consumo respalda esa preocupación. Según datos citados por la agencia, la consultora Scentia registró en septiembre una baja del 3,7% frente a agosto en el consumo masivo. En supermercados, la caída acumulada en el año alcanza el 5,3%, mientras que en autoservicios llega al 1,2%.

En el caso de los quesos, el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) proyecta una recuperación respecto a 2024, aunque más lenta de lo previsto. Argentina consume en promedio 12 kilos per cápita, pero la preferencia se concentra en los quesos blandos (57%), seguidos por los semiduros (31%), duros (9%) y especiales (3%).

"Cuando la gente no tiene plata en el bolsillo… se priva de comprar productos de alta calidad como los que hoy estamos ofreciendo", advirtió Martino.

Sostener el empleo y la infraestructura

La Comunitaria sostiene cinco puestos de trabajo en la planta y un esquema de distribución propio, que incluye un camión frigorífico con cisterna. Gracias a ese sistema pueden recoger la leche en los tambos y pagar entre 150 y 200 pesos más por litro que la principal firma compradora, una forma de fortalecer a pequeños productores frente a las condiciones de las grandes empresas.

El desafío es mantener la infraestructura operativa: "un repuesto en una máquina, en la cámara de frío o en un utilitario tiene un impacto muy grande", explica Martino.

Una segunda planta

A contramano del contexto nacional, la cooperativa avanzó también en otro frente: la creación de una planta de alimentos balanceados en Santa Isabel, una zona ovina y caprina donde los crianceros estaban asfixiados por el precio de los alimentos para animales.

Allí procesan maíz embolsado y maíz partido, y proyectan ofrecer alimento mezclado. "No estamos hablando de regalar el maíz, sino de que los productores puedan acceder a ese insumo clave a un precio justo", subrayó Martino.

En el sector lácteo, señaló la "fuerte concentración" y remarcó la necesidad de articular con otras cooperativas pequeñas y medianas "para que la tormenta no nos destruya".

Trabajo asociativo y presencia regional

Pablo Ponce, trabajador de Lácteos Cercanía, relató que el proceso de puesta en marcha fue "prueba y error", pero hoy la marca está instalada en comercios de Pico y alrededores. También participaron recientemente de la Expo de Cooperativas Lácteas (Coopelac 2025) en Castelli, donde se reunieron cooperativas y entidades asociativas como la Federación Rural, AgroBa y Fecofe.

Ponce destacó que "el trabajo asociativo es muy eficiente" y que una cooperativa puede "impulsar y gestionar una fábrica y reforzar su vínculo con la comunidad".

Cultura, arraigo y soberanía alimentaria

La Comunitaria entiende la cultura como un eje transversal. El teatro comunitario, las actividades artísticas y el trabajo con jóvenes conviven con un centro de asistencia para adicciones que la cooperativa sostiene en General Pico.

"Nuestro lema es sembrar cultura para el arraigo. La cultura del trabajo, la cultura del valor agregado… la cultura es transversal a la vida en comunidad", expresó Martino.

Además del proyecto lácteo y la planta de alimentos balanceados, apoyan emprendimientos asociados como panificados y otras producciones. Todo bajo una misma idea: que el arraigo y la posibilidad de reconstruir la vida rural requieren valor agregado en origen e industrialización local.

La Comunitaria sostiene que su experiencia puede servir como ejemplo: "No creemos que una planta chica como la nuestra va a solucionar el problema del sector lácteo, pero sí creemos que es un modelo replicable… Esto puede ser una política de producción, de soberanía alimentaria, un modelo multiplicable".

Para que eso ocurra —plantean— hacen falta políticas públicas activas: cesión de lotes en parques industriales, recursos técnicos para habilitaciones y créditos a largo plazo para infraestructura y equipamiento.

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