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EL DIARIO digital
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La segunda audiencia del juicio oral contra Rolando Quiroga por el femicidio de su expareja, Paola Recuna, se centró en los testimonios que reconstruyeron el contexto de violencia de género sistemática. Además, todos coincidieron en las palabras del hijo menor de la pareja, que presenció el ataque.
El Tribunal integrado por los jueces Gastón Boulenaz, Daniel Saez Zamora y Andrés Oliél escuchó a una policía que acudió al lugar, a dos de los hijos de la pareja y a familiares de Paola Recuna.
Carolina Di Giorgio, la policía que concurrió al domicilio tras el llamado al 101, fue la primera en declarar. Encontró a Juan Manuel Barrios, pareja de la víctima, y se dirigió al interior de la casa para verificar el estado del hijo menor de Paola, que se encontraba en una cama.
"Entré por atrás, en la cama estaba el nene acostado boca abajo y con las manos en la cabeza", relató Di Giorgio. Al sacarlo de la casa, Bruno, el niño de 7 años, le dijo: "Vino mi papá y le pegó a mi mamá."
El testimonio más duro provino de los hijos de la víctima y el victimario, quienes confirmaron el historial de violencia y amenazas que finalmente culminó en el femicidio.
Agustín Quiroga relató la mala relación con su padre debido al maltrato hacia su madre y su premonición sobre el desenlace fatal. Ante consultas de la fiscal Cecilia Molinari, mencionó un episodio de meses antes, donde Quiroga "entró a casa, a las 6 de la mañana... me buscaba a mí para pegarme, yo lo enfrenté y peleamos." Tras este hecho, su madre hizo la denuncia y le dictaron la restricción perimetral.
"Yo sabía que esto iba a pasar, por las amenazas de él", confesó el joven. Al enterarse del crimen, recordó que no lloró porque pensó en sus hermanos.
Luciana, otra hija de la pareja, ratificó el ambiente de control y agresión que Quiroga ejercía sobre Paola: "Nunca se llevaron bien, él no la dejaba hacer nada, la golpeaba, no le gustaba nada de lo que hacía". Y afirmó que, tras la separación, Quiroga no aceptaba la ruptura: "Le decía que no iba a estar con nadie que no sea él, no quería que ella fuera feliz".
La joven contó que ella era el vehículo de las amenazas, ya que Quiroga le enviaba mensajes para "ponerme en contra de mi mamá" y advertir sobre el crimen. En la audiencia, se reprodujeron algunos de esos mensajes de WhatsApp.
Luciana contó el impacto del crimen en su hermano menor: "Bruno vio todo lo que pasó, él me dijo que vio cuando la apuñaló. Él ya no es más mi papá por lo que le hizo a mamá."
Contexto de violencia
Otros familiares y vecinos reforzaron el relato de acoso permanente, como Juana Recuna (hermana de Paola) quien manifestó que el contexto de violencia y las discusiones e insultos que se escuchaban desde el patio que compartían.
Natalia Hasper (sobrina de Paola) detalló que tras la separación la relación se volvió "mucho más violenta", al punto que ella y su esposo debían ir a buscar a Paola a distintos lugares porque Quiroga "la perseguía en su camioneta". Además, reveló que Bruno le contó que su mamá "forcejeó con papá y ella cayó llena de sangre".
Finalmente, declaró una vecina, Mónica Marcos, quien entregó las cámaras de seguridad que registraron a Quiroga llegando al lugar. Además, tuvo a Bruno en su casa, manchado de sangre, durante varias horas hasta que sus hermanos pudieron hacerse cargo.