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EL DIARIO digital
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Luego de partir el pasado domingo, el caminante llegó este domingo a la localidad bonaerense de Bragado y, a pesar de las inclemencias del tiempo, se muestra optimista con su travesía.
"Voy re bien, solo me atrasó un poco la lluvia de ayer", dijo "Panchi" este domingo en diálogo telefónico con El Diario, agradeciendo la ayuda que recibe a lo largo del camino.
Con la meta fijada para el próximo miércoles, el albañil se mantiene en el tiempo estipulado para cumplir su promesa, a pesar de las adversidades que le obligaron a modificar sus planes iniciales.
Una travesía de fe
La peregrinación de Pizzamiglio es una odisea de más de 500 kilómetros. En un inicio, tenía pensado hacer el viaje en su camioneta y ser asistido cada 20 kilómetros por su hija, pero la difícil situación económica hizo que esta opción fuera inviable. Así, "Panchi" decidió hacer el camino a pie, acompañado únicamente por una bicicleta y una carpa.
Su peregrinación, un acto de profunda devoción, tiene un sentido de agradecimiento personal, pero también se ha convertido en una misión colectiva. "Soy católico de chico y siempre fui muy devoto de la Virgen de Luján. Esto lo hago por agradecimiento y por gusto", explicó. "Le llevo varias intenciones de los vecinos del barrio", añadió, demostrando que su fe es compartida.
Durante su caminata, ha recibido muchas muestras de apoyo. "La gente para y me saluda", contó, emocionado. Pizzamiglio, quien tiene dos hijos y su madre en Santa Rosa, también reflexionó sobre el papel de la Iglesia en la sociedad. "Si todos nos arrimáramos a la iglesia, pienso yo, que la fe y el mundo serían un poco distintos", concluyó, convencido de que la unión a través de la religión es un camino para mejorar el mundo.
