Una intendenta vernista advierte que la Línea Plural "está desdibujada"
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EL DIARIO digital
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Su equipaje, una bicicleta y una carpa, son sus únicos compañeros en esta odisea de más de 500 kilómetros. Pizzamiglio, quien se desempeña como albañil, explicó que la difícil situación económica lo obligó a modificar sus planes iniciales. "La idea era venir con la camioneta, mi nena iba a acompañarme cada 20 kilómetros y así iba a tener más asistencia", comentó, pero los altos costos hicieron inviable esa opción.
A pesar de las adversidades, como el intenso viento, "Panchi" logra avanzar a paso firme. Este miércoles llegó a la localidad bonaerense de Pellegrini, tras haber recorrido más de 130 kilómetros. "Tengo pensado llegar dentro de nueve días", afirmó, con el objetivo de regresar a Santa Rosa a tiempo para participar de la caminata a Anguil el 5 de octubre.
Su peregrinación, un acto de profunda devoción, tiene un sentido de agradecimiento personal, pero también se convirtió en una misión colectiva. "Soy católico de chico y siempre fui muy devoto de la Virgen de Luján. Esto lo hago por agradecimiento y por gusto", explicó. "Le llevo varias intenciones de los vecinos del barrio", añadió, demostrando que su fe es compartida.
Durante su caminata, "Panchi" ya recibió muchas muestras de apoyo. "La gente para y me saluda", contó. El peregrino, quien tiene dos hijos y su madre en Santa Rosa, también reflexionó sobre el papel de la Iglesia en la sociedad. "Tenemos que unirnos un poco más a las iglesias, entrar más a la iglesia; porque Dios está en todos lados pero él vive en su casa", opinó.
Para Pizzamiglio, la fe y la unión a través de la religión podrían ser un camino para mejorar el mundo: "Si todos nos arrimáramos a la iglesia, pienso yo, que la fe y el mundo serían un poco distintos".
