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EL DIARIO digital
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La reunión, que congregó a los principales dirigentes del partido, busca llenar el vacío dejado por las recientes renuncias de Martín Berhongaray y Marcela Coli.
El encuentro, que comenzó pasadas las 20:00 horas, contó con la presencia de figuras clave como Francisco Torroba, "Poli" Altolaguirre, Federico Guidugli, la propia Marcela Coli y el senador nacional Daniel Kroneberger, entre otros. Luego de una serie de deliberaciones, los participantes entraron en un "cuarto intermedio" hasta este martes. La presión es máxima, ya que el próximo 7 de agosto vence el plazo para la presentación de alianzas y la UCR se encuentra sin un candidato definido.
Desconcierto radical
La delicada situación del radicalismo se agudizó la semana pasada con las sucesivas deserciones. Primero fue Berhongaray, quien se preservó para la gobernación de 2027, y luego Coli, quien se bajó de la reelección denunciando haber sido sometida a "condicionamientos". Fuentes cercanas al partido sugieren que estos condicionamientos tenían relación con su postura "antigobierno nacional" y su falta de críticas a la gestión provincial, lo que evidencia la profunda división que vive el partido.
Este escenario dejó al radicalismo en un callejón sin salida, huérfano de figuras de peso. Ahora, el nombre de Manuel Gallego pica en punta en la consideración, sumándose a otros posibles postulantes que ya habían manifestado su interés, como Alexis Iturrioz y Ramiro Passo.
La reunión de este lunes a la noche también expuso las diferentes visiones sobre el camino a seguir. Mientras que "Poli" Altolaguirre no da por descartado un "amplio frente opositor", una postura que no es compartida por la mayoría, el resto de la dirigencia se concentra en cerrar una lista propia para evitar una implosión. "Yo no descarto nada, sigo siendo optimista de que podamos alcanzar un acuerdo", se limitó a decir Altolaguirre al ingresar al encuentro.
Carrera contra el reloj
El tiempo apremia. La UCR se encuentra al borde de una definición histórica. La falta de un candidato de consenso tras las bajas de sus principales figuras ha puesto al descubierto la fragilidad de su liderazgo.
La reunión de este lunes noche no solo definirá o descartará otro nombre, sino que podría sellar el destino del partido en las próximas elecciones: la posibilidad de ir con una lista propia, el fracaso de una alianza o la tan temida pérdida de una banca. Con el 7 de agosto a la vuelta de la esquina, el radicalismo se enfrenta a un desafío contrarreloj en el que su futuro está en juego.