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EL DIARIO digital
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La esquina de México y José Luro se ha convertido, para los vecinos de esta ciudad, en el símbolo más elocuente de la desidia municipal. Lo que comenzó como dos "cráteres importantes" en octubre de 2024, es hoy, a mediados de julio de 2025, un verdadero campo minado de más de diez pozos sobre un asfalto que no tiene ni un año de vida.
La exasperación vecinal llegó a tal punto que, hace un mes, se contactaron con El Diario para visibilizar su calvario. Trece meses de reclamos, 139 llamados al 147 municipal desde octubre de 2024 a principios de julio de 2025, no habían surtido efecto alguno. Ni un solo operario de la Municipalidad de Santa Rosa había aparecido por la zona.
La difusión periodística pareció mover algo. Al día siguiente de la publicación, según relataron los vecinos, tres operarios municipales finalmente hicieron acto de presencia en la fatídica esquina. Pero la "solución" distó mucho de serlo: "Pusieron 2 vallas azules y dejaron el tambor que está hace 9 meses, ese tambor está en un estado deplorable", describió ahora con amargura uno de los frentistas. Lo más insólito fue el arreglo: "Taparon los pozos con arena y se fueron del lugar".
Veinte días después de aquella fugaz intervención, la situación es peor. La arena, efímera solución, ha desaparecido y los pozos volvieron a su tamaño original. Las vallas, lejos de mejorar la seguridad, restringen aún más el tránsito en una esquina de doble mano, "ocupan las vallas y se pierde visión en ambas arterias", aumentando el riesgo de accidentes. El "tambor", testigo mudo de la inoperancia, sigue allí, deteriorado y sin cumplir ninguna función práctica.
159 reclamos
Desde aquel octubre de 2024, la cuenta de reclamos al 147 de la Municipalidad de Santa Rosa no ha dejado de crecer. A los 139 iniciales, se sumaron 20 más en el último mes, totalizando la increíble cifra de 159 pedidos de auxilio sin ninguna solución definitiva a la vista.
Las fotos enviadas por los vecinos, tomadas este jueves 17 de julio a las 15 horas, son la prueba irrefutable de un abandono que se profundiza. La esquina de México y José Luro, una cicatriz abierta en el asfalto santarroseño, sigue esperando que las promesas de mantenimiento y seguridad vial se traduzcan, por fin, en hechos concretos.