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Cristina fuera de la cancha: voces disidentes en la UCR local

Dirigentes del radicalismo como Cecilia Roigé y Carlos Alonso advirtieron que la decisión de la Corte Suprema contra Cristina "no es justicia".

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EL DIARIO digital

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A contramano del posicionamiento del Comité Capital de la UCR, dirigentes del radicalismo de Santa Rosa fijaron posiciones públicas que advierten que la decisión de la Corte Suprema de Justicia de sacar de la cancha electoral a Cristina Fernández de Kirchner "no es justicia".

Por ejemplo, María Cecilia Roigé -referencia del espacio de Mujeres Radicales- fue una de las que se diferenció del posicionamiento oficial del organismo que preside Jorge Sampedro.

"Si la Justicia la imparten tres personajes que responden a los poderosos, no es justicia", interpretó como primer análisis.

Agregó: "Si la Justicia usa los tiempos según los cronogramas electorales, tampoco es justicia y si actúa patriarcalmente, tampoco. Me gustaría que tengan esta velocidad para dictar la inconstitucionalidad del decreto 70/2023 y ahí pensaría si hay justicia", competó.

Otro dirigente de la UCR local, Carlos Alonso, también se expresó en redes sociales: "más allá de lo que cada uno piense de ella (Cristina), esto no puede dejarnos indiferentes. Es triste que un expresidente sea declarado culpable de un delito. En un país serio, quienes gobernaron deberían poder terminar su mandato y caminar tranquilos por la calle como cualquier vecino. Pero también deberían tener derecho a un juicio justo. Sin operaciones, sin tribunales armados a medida, sin tiempos acomodados al calendario electoral".

Añadió que "el juicio a Cristina tuvo irregularidades graves. Y mientras tanto, hay otros expresidentes y funcionarios con causas desde hace años que ni siquiera pisan un juzgado. No son noticia. No hay tapas. No hay celeridad. ¿Por qué? ¿Por el apellido? ¿Por el partido? ¿Por a quién molestan?"

Insistió en que "lo que no quiero es una justicia que actúe según conveniencias. Eso no es justicia. Es poder disfrazado de imparcialidad. Y ojo: esto no daña solo hacia adentro. ¿Qué país puede ser tomado en serio si su justicia parece un circo? Sin una justicia confiable, no hay democracia sólida, ni inversiones, ni futuro estable", remarcó.

Completó: "Podemos pensar distinto, votar distinto, pero hay algo en lo que deberíamos estar de acuerdo: o la ley es para todos, o no es para nadie".

Y una pregunta final, incómoda pero necesaria: ¿qué hubiéramos dicho si el fallo era otro? Si la Corte hubiera anulado la condena, ¿la otra mitad del país hubiera gritado "justicia" o "impunidad"? ¿Hubiéramos aceptado el fallo o hubiéramos dicho que fue todo un arreglo? La grieta hace que muchas veces no discutamos los hechos, sino desde qué lado de la grieta los miramos. Y así, no hay justicia que alcance.

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