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EL DIARIO digital
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Tres tiros. Uno en la cabeza, otro en el abdomen y el último en el parietal derecho. Un gobernador que se desploma. Un exministro es el atacante que surge de entre el público en un acto. La víctima sobrevivió y terminó un año presa. El atacante fue a juicio y lo absolvieron.
Parece una zaga de una película de ficción. Pero es la secuencia de un hecho histórico real, aunque poco presente en la memoria y en la historia pampeana. Este sábado se cumplen ocho días del intento de magnicidio de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Algunas personas se sorprenden y no tienen presente que en La Pampa hubo un intento de magnicidio también, hace 67 años, tal vez uno de los hechos más oscuros y ocultos de la historia política pampeana".
El 1 de febrero de 1955 el gobernador de la provincia en ese momento se llamaba Eva Perón- recibió tres tiros durante un acto público, en la vereda del edificio de la CGT de Santa Rosa. El primer gobernador de la provincia, Salvador Ananía, fue atacado por un exministro de su gabinete, Justo Raúl Tierno.
El atentado al gobernador
Un nieto de Ananía, Mariano, cineasta piquense, hace diez años desempolvó el expediente judicial y filmó un documental que tituló "Mataron al gobernador", luego de un año de investigación y el apoyo financiero del INCAA. Su abuelo se había recibido en Córdoba de odontólogo -estudió con Cámpora- y se radicó en General Pico.
La paradoja de que el agredido terminara preso un año y su atacante absuelto y libre, lo alentó a recuperar la historia. "El agresor, el hombre que quiso matar a un gobernador en la provincia, queda en libertad. Eso me generó angustia, rabia, no por ser familiar, sino en el sentido de que nunca se sanó en La Pampa. La historia la dejamos de lado y es importante revitalizarla y empezar a entender factores que todavía hay en la provincia y no nos dejan crecer", explicó en una entrevista en la UNLPamtv.
En el documental -Norberto Asquini estuvo en la investigación- se reconstruyó el ataque basándose en la causa del archivo judicial. Aquel 1 de febrero, un martes, Ananía había participado de un acto oficial en la plaza San Martín y luego caminó una cuadra y media con la comitiva de autoridades y dirigentes para dejar una ofrenda floral en un busto de Eva Perón, frente a la CGT, en la calle 9 de Julio al 100.
Ananía dejó la ofrenda floral y cuando se dio vuelta, del público surgió la figura de Tierno. A dos metros de distancia, sacó un revólver, un Colt 38, y le disparó tres veces: en el abdomen, en la parte inferior del tórax y en la cabeza, le rozó el parietal derecho.
Tierno fue detenido inmediatamente, mientras el público se desbandaba. Al gobernador lo cargaron en un auto y lo llevaron hasta el Sanatorio Santa Rosa, donde fue sometido a una operación de cuatro horas.
La esposa de Ananía, Elvira Rodríguez, recordó en el documental que ese día "Salvador vino y me saludó que se tenía que ir al acto, yo estaba acostada, y volvió 10 minutos después y volvió a despedirse. Como si hubiera sido una premonición".
"Yo me arreglé para después de los actos y media hora después llegó (el juez) Nores Martínez y con cuidado me fue diciendo que Salvador había tenido una discusión con Tierno y de a poquito me fue llevando hasta el sanatorio. Lo encontré a Salvador en la camilla con tres tiros. Fueron horas de operaciones que no sabíamos qué podía pasar", rememoró la mujer.
El mundo al revés
Tierno, un ingeniero civil que tenía 40 años que había sido rector de la Escuela Industrial, había sido ministro de Obras Públicas de Ananía hasta diciembre de 1954, el año anterior al atentado. El gobernador lo había echado por considerar que junto a un hermano, Juan Carlos Tierno, estaban boicoteando su gestión. También había pedido que lo expulsaran como asesor de la CGT.
Según consta en el expediente judicial, Tierno declaró que Ananía no lo saludó cuando se cruzaron en el acto y que en un momento "perdió el control de sus actos" y usó el revólver que siempre llevaba consigo. A los policías que lo detuvieron les dijo: "Estoy loco, loco".
Tierno fue encarcelado y contrató como defensor a Alfonso Corona Martínez. El 14 de febrero le dictaron prisión preventiva por tentativa de homicidio. Los médicos dirían que tuvo un cuadro nervioso y que tenía una "personalidad psicopática".
El gobernador Ananía fue internado en Buenos Aires, y aún convaleciente, regresó unos meses después a su puesto. Los militares de la Revolución Libertadora lo depusieron de su cargo el 23 de setiembre de 1955.
Las autoridades de facto detuvieron a Ananía en un contexto de persecución al peronismo. Estuvo un año preso.
En el proceso judicial, hubo un oportuno cambio de juez y Tierno fue excarcelado el 29 de setiembre de ese mismo año. Un nuevo informe médico estableció que Tierno "no pudo comprender la criminalidad del acto" y habló del "vejamen público" que significó la persecución hacia él.
El 18 de octubre la fiscalía elevó su informe donde indicaba que no iba a formular acusación "por entender que es inimputable y en consecuencia debe absolverse de culpa y cargo, sin ordenar la reclusión en un establecimiento adecuado, ya que han desaparecido las condiciones que pudieran hacerlo peligroso".
El 27 de octubre Tierno fue sobreseído definitivamente, de acuerdo a sus "antecedentes morales", y dado que el delito de lesiones lo había cometido en "un estado de perturbación absoluta pero transitorio de la inteligencia, relevante de una debilitación de sus facultades mentales (amnesia)".
Como en el mundo al revés, el caso de violencia política culminó con un desenlace inesperado: el agresor libre e inocente, y la víctima presa -todavía convaleciente- y perseguida.