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Pidieron pena de prisión perpetua para Antonela Pérez

Para el fiscal Pellegrino no hay dudas sobre la autoría del hecho y una de las pruebas concluyentes que mencionó fue la pericia sobre el cuchillo, donde se halló sangre de la víctima, Facundo Pérez, en la hoja y ADN de Antonela en el cabo. El abogado de la imputada planteó que la mujer se defendió, en un contexto de violencia de género. 

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EL DIARIO digital

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General Pico (Agencia) – Tras una semana de juicio oral y público por el asesinato de Facundo Pérez, a manos de su pareja Antonela Pérez, la Fiscalía pidió que se condene a la acusada por "homicidio agravado por el vínculo" a la pena de prisión perpetua. Con alguna disidencia puntual, la Querella coincidió en la figura y pena solicitada por el fiscal, mientras que la Defensa encuadró el hecho en un caso de violencia de género y consideró que su asistida actuó en "legítima defensa", por lo que requirió la absolución y libertad de la mujer. El 13 de diciembre se dará a conocer el fallo.

Con una sala colmada de familiares de víctima y victimario, los jueces Gianinetto, Pellegrino y Pagano dieron inicio a la última jornada del juicio, donde se incorporaron las últimas pruebas y se dio paso a los alegatos de clausura.

El fiscal Juan Pellegrino describió que la acusada dio muerte a Facundo Pérez en la madrugada del 3 de septiembre del año 2023, luego que ambos pasaran la noche con otras dos parejas en un local nocturno y los dejaran en el domicilio de calle 300 bis, donde le asestó una puñalada en el pecho con un cuchillo que fue encontrado en la bacha de la cocina.

Trató luego de derribar la teoría de violencia de género en la que se apoyó la Defensa, aunque admitió sí que existía una vinculación de pareja violenta, "pero recíproca, cruzada". Consideró que el móvil del homicidio fueron los celos, recordó que Antonela previo al hecho cortó con un cuchillo un brazo de Facundo, mencionó una cacheta de ella hacia él mencionada por testigos y aseguró que el hombre se iba de la casa, pero volvía porque "la quería".

Pidió que se valore la violencia verbal de los audios de whatsapp, porque allí quedaba de manifiesto "la dinámica de pareja". Remarcó también el informe de la psicóloga Del Pozo, quien tras varias horas de entrevista señaló que Antonela habló mucho del maltrato sufrido por ella, pero nunca reconoció el maltrato de ella hacia Facundo.

Sobre el hecho

Para el fiscal Pellegrino no hay dudas sobre la autoría del hecho y una de las pruebas concluyentes que mencionó fue la pericia sobre el cuchillo, donde se halló sangre de Facundo en la hoja y ADN de Antonela en el cabo. Remarcó la tranquilidad con la que la mujer llamó al SEM a las 6:20 horas, según se constató en el audio de esa comunicación mientras de fondo se escuchaba a Facundo manifestar "me pegó una puñalada, vení ya". Ese audio contrasta con la versión de la acusada, que señaló que lo hizo angustiada.

El fiscal dijo que en el departamento había desorden, pero no propio de una pelea cuerpo a cuerpo según dejaron claro los policías que llegaron al lugar. También descartó el supuesto ataque sexual, donde la acusada dice que se defendió mordiéndole la tetilla, ya que esa lesión fue certificada por el forense que aseguró que estaba en proceso de cicatrización y era previa al momento del hecho.

Remarcó también que el cuchillo homicida fue encontrado al fondo de los platos sucios en la bacha, en lo que consideró una maniobra de ocultamiento de la prueba. E insistió en que no existió una pelea o intento de ataque sexual porque no se encontraron marcas que así lo demuestren en el cuerpo de la acusada.

Se trató de un "ataque súbito" afirmó el fiscal y remarcó que la acusada le contó a la psicóloga "lo que quiso", mientras la profesional aseguró que no tenía problemas de memoria y sí ponía de manifiesto una "amnesia selectiva".

Los jueces Pellegrino, Gianinetto y Pagano encabezaron las audiencias en Pico.

Querella

El abogado querellante, Michel Divoy, coincidió en la descripción del hecho, la valoración de las pruebas reunidas y la figura achacada por la Fiscalía con el pedido de prisión perpetua, pero marcó su diferencia a la hora de analizar la violencia en la pareja. El abogado consideró que no era recíproca y que la violencia fue siempre ejercida de Antonela hacia Facundo.

Trató de separar también los problemas de adicciones de la víctima en su adolescencia, que lo llevaron a ser excluido del hogar, porque no era lo que se debatía en el juicio. Sumó también que varios testigos manifestaron que Facundo había dejado atrás las drogas, aunque sí admitió que se emborrachaba los fines de semana "como muchos lo hacen", mientras tenía hace años un trabajo que requería destreza física que no se condice con el consumo de estupefacientes.

Consideró también que no se debía encuadrar el caso en violencia de género porque no existen denuncias previas, ni pruebas de golpes, mientras que puso en valor la "violencia extrema" y "unilateral" de Antonela hacia Facundo en los mensajes de audio. En esos audios "no hay nada de sumisa", señaló el querellante y lo contrapuso con la descripción que las amigas de Antonela hicieron de la acusada. Y recordó que el fallecido no respondía esos mensajes en el mismo tono.

Destacó los informes de las psicólogas, donde se observaron signos de "impulsividad y agresión" y fue poco colaborativa con una de las profesionales, mientras a la primera que la entrevistó le confesó la autoría del hecho.

Defensa

En su alegato final, el abogado Norberto Paesani encuadró el hecho en contexto de violencia de género, hizo hincapié en los problemas de adicciones de Facundo Pérez que lo volvían "agresivo y violento", para graficar sobre el hecho que Antonela actuó defendiéndose con lo que encontró a mano mientras era objeto de un ataque sexual en la cocina. Por ello, consideró que se trató de "legítima defensa" y requirió su absolución con la inmediata libertad de la acusada, que transcurrió estos meses en prisión domiciliaria con una pulsera electrónica.

El letrado recordó al Tribunal que debían analizar el caso bajo las normativas y tratados internacionales que refieren a la violencia de género. Y ratificó en esa línea que su asistida fue "víctima de violencia verbal, física, económica y de violaciones de las que Antonela se defendió".

Insistió con el expediente judicial que determinó la exclusión del hogar de Facundo cuando era una adolescente, tiempo en el cual llegó a ser internado por problemas de adicciones que derivaban en episodios violentos en la casa de su madre. Y aseguró en esa línea que "no hay prueba de que Facundo se haya recuperado de su adicción, todos dijeron que cuando consumía era una persona incontrolable".

Paesani destacó el problema de vista de Antonela, un glaucoma que le hizo perder el total de la vista en un ojo y el 70% en el otro, situación que la ponía en desventaja y le generaba mucho temor ante cada ataque del hombre que la podía dejar ciega.

Sobre el momento del hecho, el abogado recordó el estado de embriaguez de ambos, 2,56 de alcohol en sangre en Facundo y 2,46 en Antonela. Dijo que ella fue insultada cuando llegaron a la casa, que él le tiró los zapatos a la calle, la zamarreó y la empujó contra la mesada donde no pudo zafar y, mientras recibía "agresiones físicas incontrolables" y una posible violación, tomó lo único que tenía para defenderse que era el cuchillo de la bacha.

Y aseguró en ese sentido que "forma en que lo apuñaló fue solo una maniobra defensiva, instintiva de alguien que no ve bien, no fue un ataque".

Justificó que la acusada no contara las situaciones de violencia de género a la policía ni a su familia "por vergüenza", mientras afirmó que también era coaccionada con su hija, a quien Facundo –que no era el padre biológico y vivía con sus abuelos maternos- "se la había ganado".

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