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EL DIARIO digital
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Los presidentes del bloque de diputados provinciales de la UCR y del PRO, Hipólito Altolaguirre y María Laura Trapaglia, se reunieron en las últimas horas con varios intendentes del interior provincial, una forma de intentar mostrar buena sintonía y cerrar la brecha entre el bloque y los dirigentes que tienen responsabilidad de gestión en el territorio. La UCR tiene más presencia en la red de treinta pueblos que gobiernan en el territorio.
Generar estos encuentros -o al menos de exhibirlos- parece una estrategia de mitigación de riesgos, ante la comprensión de ciertas amenazas, que existen, una medida para reducir efectos de una situación tirante. Las diferencias entre los intendentes y el bloque han sido indisimulables desde diciembre. Y surgieron a partir de que los jefes comunales necesitan recursos y aceitar la relación con Casa de Gobierno, en plena sequía de fondos nacionales a la cual los somete el ajuste impuesto por el presidente Javier Milei.
Entre miércoles y jueves, el presidente del bloque de la UCR, Hipólito Altolaguirre, fue el artífice de las reuniones con varios intendentes en los despachos legislativos. Una forma de subir el voltaje político de las reuniones: lo acompañaron en algún encuentro la presidenta de la bancada del PRO, María Laura Trapaglia, y el exdiputado nacional y excandidato a gobernador Martín Berhongaray, que reapareció después de un largo impasse, desde el año pasado, luego de su buena performance en la elección gubernativa, y su sorpresivo paso al costado para las legislativas.
Hasta ahora, en las reuniones estuvieron los jefes comunales Nazareno Otamendi (Quehué), Iván Fuhr (Alpachiri) y Martín Mugica (Macachín). Además, transitaron el mismo despacho Francisco "Pancho" Tassone, de Quemú, y Mónica Stadler, de Colonia Barón.
El miércoles de esta semana el ministro de Gobierno, Pascual Fernández, se había reunido con una comitiva de intendentes para escuchar sus reclamos de auxilio en gastos de traslados de salud, mantenimiento en edificios educativos, y la idea de un leasing para adquirir maquinaria pesada. Si bien no hubo foto, el encuentro tuvo su impacto político. Una de las primeras reacciones fue el intento de acercamiento de los bloques opositores a los intendentes.
"Siempre me junto con los intendentes", explicó Altolaguirre, consultado por El Diario, para negar las supuestas peleas con los jefes comunales.
"Estamos haciendo una serie de encuentros con intendentes, recopilando las inquietudes de las localidades, analizando la situación nacional. Se analizaron los problemas y viendo la situación provincial y analizamos también las cuestiones políticas que se están dando. Fue una oportunidad invaluable para fortalecer la cooperación y buscar soluciones efectivas para nuestras comunidades.", completó.
A contramano
La cautela de los intendentes no oficialistas durante esos primeros meses de gestión contrasta con el ímpetu de los bloques opositores, que se abroquelaron en una postura confrontativa contra el gobierno provincial. La decisión de no dar quórum para evitar, por ejemplo, la aprobación del proyecto de aporte solidario obligatorio que el gobernador Sergio Ziliotto reclama desde marzo a la Legislatura, en búsqueda de recursos extra para atender programas alimentarios ante la crisis, es un hito en ese sentido.
Los funcionarios provinciales martillan cuando pueden con el argumento de que los intendentes piden ayuda económica, por un lado, y, por el otro, los legisladores opositores -también en el Congreso- avalan ajustes y niegan alternativas para financiar políticas de estado. A ampliar esa brecha, esa contradicción, que no pasa inadvertida, apuntan los operadores del gobierno provincial, que no pierden oportunidad de resaltarla y ponerla en blanco sobre negro.
Los intendentes de la oposición tienen juego propio desde fines el año pasado: más preocupados por la gestión que por la pelea política, dieron luz a una especie de liga del interior, que se reúnen periódicamente para compartir lecturas y preocupaciones. Los intendentes de Victorica, Hugo Kenny, de Acha, Abel Sabarots, y de Castex, Mónica Curuchet, llevan el pulso de la movida. Y sostienen, por obligación, conveniencia o convicción, una buena relación con Casa de Gobierno.
"Quieren amortiguar el golpe de que los intendentes resolvimos en la reunión de Quemú juntarnos con el gobierno en forma institucional por nuestra agenda, que es urgente y distinta a la del bloque, que tiene otros tiempos. Entienden que pierden representatividad y es una forma de aparecer", interpretó uno de los jefes comunales.
"Son dos partidos distintos y el vínculo con el gobierno lo vamos a mantener porque es el que, hasta acá, da respuestas", dijo otro, que además aclaró que la confluencia de los intendentes persistirá.