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EL DIARIO digital
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Dos denuncias más se sumaron este viernes al primer grupo de siete damnificados que el día anterior había formulado una presentación penal por la presunta estafa cometida por dos representantes de la empresa AKSA Construcciones. Los acusan de haberles cobrado parte de los contratos de obra, mediante engaños, porque nunca cumplieron con la construcción de las viviendas acordada.
Algunos damnificados abonaron hasta el 50% del valor del contrato y los últimos denunciantes entregaron 10 y 15 mil dólares. El abogado patrocinante, Álvaro Ruggiero, asegura que hay más casos, aunque algunos prefirieron no sumarse a las denuncias. Este miércoles hubo tres denuncias más: son once en total.
Dos damnificados
En primer lugar, este miércoles una mujer de Santa Rosa denunció en la fiscalía que los representantes de la constructora la estafaron en 15 mil dólares. En la presentación, a la que accedió El Diario, relató que en abril de 2022 inició contacto con la empresa Aksa Construcciones mediante WhatsApp y redes sociales para consultar sobre sus proyectos de construcción y sus precios. Las respuestas siempre provenían, aseguró, de Luciano Andrada o de Daiana Krenz, quienes se presentaban como "asesor de ventas de la empresa".
"Durante nuestras interacciones, Andrada insistió en que AKSA era una empresa constructora de gran prestigio y experiencia, con un amplio inventario de materiales en un depósito en Santa Rosa. Aseguró que contaban con personal altamente calificado y con amplia experiencia en el sector", comentó la mujer en la fiscalía.
En 2021, el asesor de ventas "me urgió a celebrar un contrato de construcción debido al aumento inminente de los precios de los materiales. Acordamos un contrato por el cual le entregue en pesos, el equivalente a 15 mil dólares en efectivo a ambos en escribanía". "Este monto supuestamente cubriría la compra de todos los materiales y el pago de la mano de obra para la construcción completa de una vivienda en la modalidad "llave en mano", narró.
"Desde la firma del contrato, nunca me construyó nada a pesar de mis múltiples reclamos. La estrategia consistía en simular ser un constructor competente, con el único objetivo de obtener el dinero adelantado y luego no cumplir con las obligaciones contractuales", enmarcó.
La conducta imputada, detalló la presentación, puede encuadrar en la acción criminal del artículo 172: "Será reprimido con prisión de un mes a seis años, el que defraudare a otro con nombre supuesto, calidad simulada, falsos títulos, infuencia mentida, abuso de confianza o aparentando bienes, crédito, comisión, empresa o negociación o valiéndose de cualquier otro ardid o engaño". También podría encuadrarse en el artículo 173: "Sin perjuicio de la disposición general del artículo precedente, se considerarán casos especiales de defraudación y sufrirán la pena que él establece:1. El que defraudare a otro en la substancia, calidad o cantidad de las cosas que le entregue en virtud de contrato o de un título obligatorio".
Otra opción, detalló el patrocinante, es el 174: "Sufrirá prisión de dos a seis años:4º. El empresario o constructor de una obra cualquiera o el vendedor de materiales de construcción que cometiere, en la ejecución de la obra o en la entrega de los materiales, un acto fraudulento capaz de poner en peligro la seguridad de las personas, de los bienes o del Estado".
La segunda denuncia presentada el pasado miércoles la hizo un hombre, con domicilio en la capital pampeana. La maniobra descrita es similar. Aunque en este caso entregó un monto de 10 mil dólares.
Relató que en noviembre de 2020, inició contacto con la empresa mediante WhatsApp y redes sociales para consultar sobre sus proyectos de construcción y sus precios. "Acordamos un contrato por el cual le entregué 10.000 dólares en efectivo en escribanía. Nunca me construyó nada a pesar de mis reclamos", dejó asentado.
Primera denuncia
Cabe recordar que el día anterior, siete personas habían presentado denuncias del mismo tenor. El patrocinante de los denunciados, y uno de los afectados, el abogado Alvaro Ruggiero, le comentó a El Diario que empezaron a contactarse entre los perjudicados por la maniobra, armaron un grupo de wasap y terminaron en una denuncia colectiva.
La constructora tiene una oficina en la galería Gemellus de Santa Rosa. Promocionaban los planes para construir viviendas en las redes sociales. Los denunciantes son de la capital pampeana y de Toay. Y hacen responsable de la maniobra a Luciano Andrada y Daiana Krenz, quienes se presentaban como "asesores de ventas de la empresa".
De acuerdo a la denuncia, uno de los damnificados en 2021 abono un millón de pesos, siendo el 50% del contrato para la construcción de casa, sistema llave en mano. Una vez abonado, diez meses después colocaron la platea y solo unos paneles que dejaron a la intemperie, los cuales se pudrieron y deformaron la tirantería. Nunca se respetó lo pactado.
Otro de los denunciantes también abonó el 50% para la construcción de una casa sistema llave en mano a edificarse en Pehuencó. A la fecha, luego de casi dos años, solo se construyó la platea.
"El tipo penal de estafa se comete en el mismo instante en que se recibe el dinero por adelantado, resultado al cual llega a través de engaños que utiliza para convencer a la gente de que le entregue el dinero. Sin embargo, siempre a sabiendas de que no tiene la capacidad de cumplir con su obligación de construcción, carece de los conocimientos, la mano de obra especializada, etc. Todos los actos que realiza con posterioridad (enviar materiales insignificantes y jóvenes inexpertos a las obras) son actos que persiguen únicamente ocultar el delito cometido", describió la presentación en la fiscalía.
A partir de la firma de los contratos, "surgieron múltiples problemas que evidenciaron un engaño sistemático por parte de AKSA. Las construcciones no avanzaron según lo pactado, y los materiales entregados fueron insignificantes en cantidad y calidad, claramente insuficientes para la envergadura de los proyectos".
El abogado Ruggiero detalló que la operatoria tenía como finalidad "obtener el dinero adelantado y luego no cumplir con las obligaciones contractuales. En los contratos, se estipulaba que la empresa proporcionaría mano de obra especializada, lo cual nunca se cumplió. También se acordó que el dinero entregado sería utilizado para la compra de materiales de primera calidad, lo cual tampoco se materializó".
"Las construcciones no presentaban progreso alguno tras varios meses, con serias deficiencias y riesgos estructurales en las insignificantes obras. Finalmente, se comprobó que AKSA Construcciones no es solvente, no tiene empleados reales y es una fachada utilizada para defraudar a personas que buscan construir sus viviendas", agregó el patrocinante en la denuncia.