La Pampa

¿Son cosas compatibles cazar y amar a los animales?

En la columna ambiental de hoy vemos algunas definiciones del recurso natural fauna, el uso de caza y las modificaciones del ambiente pampeano. Invitando a repensar y debatir.Escribe: Ing. Florencia Srur*

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EL DIARIO digital

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Hoy vamos a hablar de un tipo de uso de un recurso natural y un tema bastante controversial con muchas miradas diferentes, la caza de fauna. Desde que hay registro histórico la especie humana ha cazado. Se denomina caza a la acción en la que se captura, tras su persecución, un animal en "estado salvaje". Pero vamos, como siempre, por partes.

Primero a definir a la fauna como el conjunto de especies animales que habitan en una región geográfica y que son propias de un momento o tiempo geológico. Se clasifican en tres tipos. Fauna nativa o autóctona, la cual involucra a las especies que pertenecen a una región o ecosistema determinados y su presencia es el resultado de fenómenos naturales sin intervención humana (pasada o actual). Fauna exótica o introducida, que son animales que han sido transportados por los seres humanos, ya sea accidental o deliberadamente, a una nueva ubicación donde la especie puede o no llegar a establecerse. Si la especie exótica se establece demasiado bien puede primero naturalizarse en el lugar y luego terminar siendo invasora perjudicando a la fauna local y al medio. Y, por último, la fauna doméstica, que son especies en cuyo proceso evolutivo ha influido el ser humano, con modificación genética, para satisfacer sus necesidades. Existen diferentes tipos de domésticos, como los animales destinados para alimentos (vacas, ovejas, etc.), para trabajo (caballo, llamas, etc.), para compañía (perros, gatos) y/o con fines de investigación (ratones de laboratorio). 

Segundo vamos a ver como se clasifica la caza según la ley provincial de La Pampa Nº 1194 "Conservación de la fauna silvestre". Existiendo la caza de subsistencia donde la persona necesita del alimento, caza comercial donde los productos obtenidos de carne, cuero, piel y trofeos pueden comercializarse, caza deportiva que es considerada un deporte por "ocio" y no se pueden comercializar los productos y subproductos derivados, caza científica o cultural, caza control donde se controla la población de algún animal que perjudique al ambiente o la población y/o sea invasora.

Ahora veamos un poco de historia de nuestra provincia para ver cómo ha afectado la caza al ambiente natural. Hacia principios del 1900, la hija de Ataliva Roca recibe 23.700 ha, las cuales su esposo, conocido como Pedro Luro, decide utilizar para crear el primer coto de caza organizado del país. Para esto, necesitaba tener animales por lo que importa desde Europa Ciervos Colorados, Jabalíes y Faisanes dorados de China. Tras la primera guerra mundial la casona de Pedro Luro queda desocupada y el gobierno de La Pampa adquiere el predio en 1964 cuando se conforma la Reserva Provincial Parque Luro. El Ciervo Colorado junto con el Jabalí han creado importantes modificaciones en el paisaje del bosque de Caldén. Entre estos impactos se encuentra el descortezado de árboles centenarios, el cambio en la composición vegetal del bosque debido a la alimentación, el desplazamiento de especies nativas, entre otras. La problemática del ciervo introducido en La Pampa no solo ha afectado a nuestra provincia, si no a provincias vecinas patagónicas que han tenido problemas en sus bosques y con sus especies nativas. 

Sin embargo, actualmente las cosas no se manejan como en la época de Luro y la caza deportiva representa no solo un ingreso económico muy redituable para la provincia de La Pampa si no que los cotos de caza son los primeros conservadores del bosque de Caldén por medio de planes de manejo realizados bajo la aprobación de entes competentes. Actualmente, la mayor parte del caldenal de la provincia se conserva gracias a los cotos de caza. Aunque, lamentablemente, la caza furtiva sigue siendo una gran amenaza, no solo para la conservación de especies nativas y bosques, sino para la seguridad de los dueños y peones de campos y sus familias.

No estoy diciendo que cazar ni los cotos estén ni bien ni mal. Solo que, aprovechando la pluralidad de opiniones respecto al tema, debemos empatizar y tratar un debate sano. Espero algún día podamos conservar los bosques y dejemos de introducir especies de otros lugares para luego quitarles la vida, o, peor aún, arrasar con todo, sea o no del lugar. El animal no tiene la culpa de su traslado de territorio. Invito al debate en esta época de Brahama, donde el turismo se disfraza de conservación.

*Ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente, UNLPam. Email: [email protected]

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