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EL DIARIO digital
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(Enviados especiales). "Siquiatra o montaña". Esa era la frase de cabecera de Raúl Espir. El grupo de amigos del asado de los martes, en el pueblo, recordaron, durante el último adiós, que el intendente de San Martín nunca le tuvo miedo a la montaña. Y que, como un mantra, siempre repetía esa muletilla.
En la cita del martes anterior a su última aventura en la cordillera faltó. Pero los había prometido juntarse cuando regresara, y cocinar él. No pudo ser. En cambio, este martes, todo el pueblo amaneció inundado de tristeza y desconsuelo.
Este martes sobre las 10 de la mañana comenzó la despedida de los restos de los dos andinistas que murieron en la cordillera a su pueblo, San Martín. Desde ese momento inició una sentida y desgarradora despedida del intendente de la localidad, Raúl Espir, y del escribano Sergio Berardo.
A partir de las 10.30 dejaron ingresar a las personas a la sala velatoria del pueblo. Los ataúdes estuvieron en la entrada de la sala para que se pudieran ver desde la vereda. Hubo un flujo constante de vecinos y vecinos que ingresaron, dieron el pésame, y salieron del lugar. En cada cajón había una foto de ellos en el ámbito de la montaña, en la nieve, o señalando un pico.
La ahora intendenta, Yésica Sibert, que había acompañado a Espir en la fórmula, y asumió el domingo último, fue de las primeras en acercarse al lugar.
"Tenía un humor increíble, tenía un positivismo, transmitía una energía que nos envolvía a todos, siempre una sonrisa, siempre una palabra de apoyo, de aliento, pensando en cómo nos sentíamos todos para acompañarnos lo mejor posible, así que tengo el mejor de los recuerdos, tanto yo como todo el equipo que trabajaba con él y mucha gente del pueblo también", lo homenajeó en el lugar (video de portada).
"Era un tipo muy humilde, siempre tenía un chiste, una sonrisa, un abrazo disponible, el apoyo, yo creo que a él le hubiera gustado que lo recordemos así, con todas sus facetas, su faceta de farmacéutico, óptico, profesor, intendente y montañista", agregó.
"Claro que era consciente de los riesgos, los dos, Sergio también, todos los andinistas y montañistas saben los riesgos que se corren, pero también saben de la felicidad que sienten ahí arriba, así que, en una balanza, la felicidad es lo que pesa", dijo.
Una colega, Gladys Codurelli, la farmacéutica de Jacinto Arauz, fue a despedir al intendente junto a compañeras de trabajo. Se conocían de la época de estudiantes, en San Luis. "Fue la primera persona que a mí me dio una mano como para comenzar con mi profesión. Y después toda la vida seguimos teniendo una relación de amistad, de compañerismo, últimamente viajaba una vez por semana con la óptica a mi farmacia", contó.
Evocó a su amigo "con su humor, sus chistes, un humor medio ácido, pero el que lo conocía sabía que él era así, y una persona muy tranquila". "Se metió en política para mejorar las cosas que veía mal desde afuera, para ayudar a la gente", confió.
"Él siempre decía que la montaña era su lugar de paz. Él se fue a ese lugar y espero que haya encontrado la paz que necesitaba", agregó.
Este martes a las 15.06 se hizo un minuto de silencio en honor a los dos fallecidos, porque fue el momento en el que hicieron cumbre, para que todos puedan rendir homenaje desde el lugar en el que se encuentren.
Los cuerpos habían arribado el lunes a la noche a Santa Rosa en un avión contratado por el gobierno provincial y fueron trasladados a la localidad en forma inmediata.
Los dos pampeanos y el mendocino Ignacio Lucero murieron por "hipotermia accidental", según reveló el Servicio Médico Legal Chileno luego de la autopsia correspondiente de los cuerpos. La hipotermia accidental es "el descenso no intencionado de la temperatura corporal central (TCC) por debajo de los 35°C".
Los tres andinistas fueron alcanzados por un temporal de fuertes vientos cuando intentaban escalar el cerro Marmolejo. El 29 de noviembre habían partido hacia la cumbre y fue el último día en el cual los avistaron.
A las 19:00 horas partió el cortejo fúnebre: la despedida final de los restos en el cementerio fue una "ceremonia íntima". Aquellos que quisieron acompañar ese momento tuvieron permanecer en el playón y una vez retirada la familia pudieron acceder.
Autoridades
A las 13 horas, como estaba previsto, se realizó la recepción de autoridades que concurrieron a despedir los restos de Espir y Berardo en General San Martín.
Arribaron a la localidad sureña la senadora nacional Victoria Huala, el diputado nacional Martín Maquieyra y los legisladores provinciales Lucaz Lazaric, Enrique Juan, Laura Trapaglia y quienes saludaron a los familiares de las víctimas.
Además, estuvieron Marita Mac Allister, el diputado radical Hipólito Altolaguirre y el exdiputado nacional, Martín Berhongaray, entre otras autoridades políticas.
También se hicieron presentes en el lugar representantes de la Comisión directiva del Colegio de Escribanos de La Pampa.
Minutos más tarde, llegaron el ministro de Gobierno, Pascual Fernández, y el director de Asuntos institucionales, Rogelio Schanton.
"Venimos a acompañar a la familia del intendente, del escribano y a la comunidad de General San Martín en representación del gobierno provincial", indicaron los funcionarios en un breve contacto con El Diario.
Amigos
Los amigos del asado del martes de Espir son diez. Se juntaban a comer habitualmente. "Siquiatra o montaña", les decía. Espir era una persona muy querida, farmacéutico, siempre ligado a las instituciones de la localidad, como la cooperativa. Este martes no faltó ninguno: Diego, Pablo, Rodrigo, Lucas, Lalo, Cristian, Anibal, Miguel, Ale, Rubén y Pope. Cumplieron en brindarle al amigo su último adiós.
"El pueblo está de duelo desde hace días. Es triste, es tristísimo ver que nadie tiene ganas de nada. Sinceramente, hay que hacer el duelo. Tendremos que seguir adelante", reflexionó.
El secretario de Gobierno de Bernasconi, Claudio Sept, se llegó para dar las condolencias desde la vecina localidad. "Son dos personas muy queridas en el pueblo y corresponde como institución, como municipalidad y como pueblo estar presente".
"Esto tocó muy fuerte a todos los pueblos vecinos, ya que somos pueblos chicos, nos conocemos todos y más cuando ocurre una tragedia de esta manera, de esta magnitud, toca a todos los pueblos, sin lugar a duda, es para todos. Es muy fuerte lo que pasó y un poco lo que se venía dando por la tele hacia esperar que las cosas por ahí no iban a ser lo de lo mejor", cerró.
El secretario de Gobierno de San Martín, Gustavo Funk, lo recordó como profesor y luego fueron concejales juntos. "Era un tipo extraordinario. Se puede ver con lo conmovida que está la gente del pueblo. La gente estuvo muy angustiada todos estos días y esperábamos este momento. Es necesario despedirlo y respetar siempre lo que decide la familia", completó.
"Se quedó en el lugar donde siempre encontró la paz que necesitaba", concluyó.
"Era un alumno y se hizo un amigo"
Mariano Peralta fue el preparador físico de Sergio Berardo para sus travesías y ese trabajo derivó en una amistad. Muy afectado por el desenlace de este último ascenso, Peralta contó a El Diario el último recuerdo que tiene con el escribano Berardo.
"Fue a través de un WhatsApp privado, de un grupo de amigos, donde compartimos un montón de cosas. Ahí él nos fue compartiendo fotos, varios momentos del ascenso", contó Mariano. "Una de las fotos es al que estuvo dando vueltas por todos lados a 3.700 metros de altura y estaba todo bien ahí", agregó.
"Era un alumno y se hizo un amigo, teníamos una cercanía muy profunda. En lo personal, lo acompañé desde el entrenamiento para este tipo de desafíos que él se planteaba. Antes de este viaje, le decía que se hiciera chequeos médicos y le dieron números fantásticos. ?Estas para el Everest le dije...y me respondió ?no, no,,, primero, Los Andes", relató Peralta.
- Los amigos de Raúl decían que su psicólogo era la montaña, ¿para Sergio era lo mismo? le consultó el cronista de El Diario.
- Sin dudas, tenían en común esa aventura, ahí se encontraban los dos. Plantearse los desafíos y lograrlos era lo que les gustaba.
El preparador físico consideró a Berardo como "un alumno ejemplar, vos le decías, tenés que correr tantos kilómetros y era muy dedicado, con lluvia, con frío, él cumplía. Muy dedicado a su entrenamiento, todos los días, una hora, de lunes a viernes".
"En base a ese vínculo compartimos una amistad muy profunda de 5 años a esta parte. Lo recuerdo como un amigo", añadió Peralta.
Y concluyó que "plantearse objetivos de este tipo con sus riesgos, cada uno lo plantea como puede. Ellos lo hacían porque tenían una alegría de estar vivos, otros pensarían que estaban locos. Yo lo recuerdo con la alegría de haberlo acompañado en este recorrido".